VENENO (+18) [Completo]

Diez: Noche de desvelo.

10. Noche de desvelo.

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Iban a casarse.

El simple hecho de pensar en ellos dos frente al altar me parecía un completo disparate, imaginar a Paris con el vestido blanco y a Hassan con el traje elegante al lado del padre o el que fuera que los casara debido a su religión musulmana me hacía sentir irracionalmente molesta y celosa.

¿Cómo es que el universo me hacía algo tan retorcido y cruel?

No podía creerlo... o bueno sí podía, después de todo ellos vinieron hasta acá para presentarse ante mi madre, obviamente debí pensar que su objetivo era mayor. Casarse.

Que hijo de puta era Hassan al estar conmigo, desflorarme y luego fingir ser el prometido perfecto y casarse con mi hermana.

Hijo de las mil putas.

—¿Cuándo van a casarse? —le pregunté a mi madre en un hilo de voz cuando mi hermana fue a abrir la puerta.

—En una semana —dijo—, contrataron a una empresa de festejos y será por todo lo alto.

No podía cerrar la boca, estaba en shock.

Una semana.

Mi corazón vuelto un pequeño y arrugado pedazo de papel, mis ojos aguándose, pero maldición es que me daba era rabia conmigo, por dejar que volviera a tocarme en la cocina para confirmar que aun existía algo cuando en realidad lo único que hacía era lastimarme porque él no iba a dejar a mi hermana por mí.

Yo solo fui un juego, un rato, una distracción.

Saberlo dolía y ardía mucho en mi pecho porque lo había metido a mi corazón para sacar un clavo, pero ahora sentía que se había vuelto a romper, pero de una peor manera.

Estúpida, no había más palabras para mí; yo debía de poner límites en esto, todo esto era mi culpa por no tener la voluntad de acabarlo. ¿Dónde me había metido mi amor propio? De seguro en el hueco del culo.

Esto era lo peor, porque sabía que necesitaba olvidarlo, pero no quería hacerlo porque sentía que nadie iba a ser él o me iba a hacer sentir lo que logró él... odiaba quererlo a pesar de todo el daño que me había hecho y a él ni siquiera parecía importarle.

Mi hermana abrió la puerta y mis ojos se alzaron observando al hermano de Hassan, joder... vaya distracción para mis turbulentos pensamientos, era un hombre completamente grande, es decir, sus brazos musculosos cubierto de tinta y distintas formas, pelo rubio y abundante, era tan alto como su hermano, pero sin duda llamaba muchísimo más la atención, por su apariencia de chico malo. Su belleza también parecía surrealista como de esas personas que no puedes dejar de ver porque no te acostumbras a que exista gente así, sus ojos de un intenso azul se alzaron y se cruzaron con los míos, su expresión era de ligero fastidio o molestia no estaba segura.

—9 horas en el puto avión —dijo, su voz era bastante firme y profunda—, maldita sea con el clima de mierda.

Vaya, ni un hola o algo más que quejas.

Que desagradable.

—Hola George, me alegro de verte, pasa —dijo Paris con algo de sarcasmo, creo que ella sí estaba acostumbrada a su carácter extraño.

George, era un nombre más normal.

—Me alegraré cuando logre dormir —dijo sin ocultar su mueca de desagrado y su ceño fruncido, definitivamente daba algo de miedo, pero en mi caso me caía pesado; este tipo no tenía modales. Detrás de él entró un chico más sonriente y calmado, un poco más bajo que George pero puede que igual de musculoso.

—Hola Paris, mucho tiempo sin verte —dijo el otro.

—Hola Alí —dijo Paris—, ven pasen, ya sus habitaciones estás listas en la parte de arriba. Mamá, Paula, él es George el hermano de Hassan y él es Alí, el primo.

—Me hubieran dicho que la casa era así de pequeña —dijo George mirando alrededor sin ocultar una mueca—, hubiera ido a un hotel.

Giré los ojos con desagrado mirando a mi mamá quien parecía impactada por lo mal educado que era este tipo, de aquí se le notaba lo engreído y petulante.

—Pues si no te gusta vete —solté sin miedo al éxito.

A los idiotas que no le importaba herir o incomodar con sus comentarios había que ser igual, nadie era más que nadie para pisotear a los demás.

—Paula —me regañó mi madre, obviamente a las visitas se les trataba bien... pero esa visita se estaba portando muy mal y yo realmente no estaba de humor, simplemente me di media vuelta y subí las escaleras hacia mi habitación, Gato me siguió como mi perro fiel, ya esta noche había sido demasiado larga.

Fui a mi closet y me cambié a un pijama más cómodo de pantalones cortos de algodón y camisa de tirantes de la misma tela, antes de acostarme en la cama mirando el techo, joder, se me había olvidado apagar la luz.

Gato se subió a la cama acostándose a mi lado, él también debía de estar cansado siguiéndome todo el día y sintiendo mis emociones que parecían todo un tobogán.

Lo peor era ese sentimiento de culpabilidad y vacío, sentía que no podía arrancarlo de mi pecho.

—¿Puedes creer todo esto? —dije acariciando la cabeza de Gato y él comenzó a quedarse dormido—, el tipo que me hace olvidarme de hasta mi nombre se va a casar con mi hermana en una semana.

¿Advertirle a mi hermana de la clase de persona que era él o simplemente hacerme la ciega?

Es decir, ella no era tonta, debía de saber quién era él... pero es que apenas le comenté algo, ella se puso a la defensiva comenzando a contraatacarme con palabras hirientes.

No, definitivamente creo que no podía decirle que se iba a casar con el diablo.

Cerré los ojos mordiendo mis labios al recordarlo sobre mí y luego en la cocina, la pasión, la intensidad, todo hacía que comenzara a sentirme temblorosa y caliente... ¿Cómo renunciar a un sentimiento que me hacia sentir tan viva? Definitivamente fue un error haberme entregado a un hombre de manera tan fácil, porque eso era lo que él quería; llevarme a la cama y desaparecerse.

Intenso, apasionado, adictivo. Son las únicas palabras que me vienen a la mente cuando pienso en él, siento que me metí al infierno y bailé con el diablo, lo peor es que no me arrepentía de nada a pesar de que sabía que todo estaba mal desde cualquier punto de vista, desde el inicio; acceder por despecho, hasta el final; dejar que me tocara con la única intención de manipularme.

Ni siquiera podía dormir, solo daba vueltas sumergiéndome en pensamientos de torturas y patéticos.

Así me sentía, patética.

Vaya noche de desvelo, me hubiera gustado teletransportarme o simplemente desaparecer hasta que ellos se fueran...

Me levanté de la cama para darme un baño a ver si de esa forma lograba enfriar mis pensamientos. Salí de mi habitación al oscuro pasillo y entré al baño, me encerré quitándome la camisa sintiendo que mi cabeza iba a explotar.

Maldito Hassan.

Yo era la única que podía bajarlo de ese trono en el que lo había montado, pero esa era la cosa, yo aun no quería dejar de verlo como todo un rey supremo.

Patética, demasiado patética.

De repente me congelé cuando escuché que la puerta de la ducha se deslizó y me volteé cubriéndome los pechos quedándome sorprendida.

—¿Acaso no hay privacidad aquí? —soltó George sin importale que estuviera completamente desnudo a mi vista.
 

 
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🤣🤣🤣🤣🤣 Doble capitulo, pero recuerda votar por éste o te dara diarrea con hipo🥺❤
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