Diecinueve: Un pelotero que tenga dinero

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19. Un pelotero que tenga dinero

*
 


Abrí los ojos pestañeando un par de veces intentando ubicarme, era mi habitación, pero ¿Dónde...? ¿Qué...? Solo recordaba la pelea con mi hermana y entonces yéndome del balcón, pero... ah, ya lo recordaba, me había caído y rodé por las escaleras. Pasé una mano por mi cabeza, mi hombro me dolía un poco, pero creo que era el trozo que Paris me había lanzado, esperaba que sanara pronto.

Solté un suspiro viendo el techo de madera, de seguro George me había traído, me sentía mal por tratarlo de la forma que lo hacía, pero tenía que alejarlo de mí, si me apegaba a él creyendo en nuestra "aventura amorosa" sufriría y era un daño que no estaba dispuesta a correr, ya había sufrido demasiado, me limitaba a pensar que estuve con él por despecho, él tampoco querría algo serio conmigo así que simplemente estaba bien para mí. Solamente recordar lo que pasó con París me tenía la cabeza enorme, no sabía qué pasaría ahora entre nosotras.

Abrí mi gaveta para sacar unos audífonos de orejitas de gato que cambiaban y tornaba en varios colores, eran mis favoritos para estos momentos donde me sentía depresiva y confusa, sin saber qué hacer. Tomé mi teléfono para conectarlos y coloqué música al azar, estaba sonando Way To Fail de Starsailor me dejé fundir en la música mientras buscaba en Google información de Los Yankees de New York, me intrigaba mucho saber que George pertenecía a ese equipo, descubrí muchas fotos de George, con el uniforme, jugando, descuidado, con el bate en la mano, joder... sentí sonrojarme al pensar que había estado íntimamente con él, era tan sexy y ese uniforme le quedaba tan...

«Yo quiero un pelotero que tenga dinero

Me lleve de shopping por el mundo entero

Viajes, lujos, joyas, pero, pero

Que me deje coja sino next...»

 
¿Qué mier...?

Me metí a la música que se reproducía sin saber cómo es que había saltado a esa canción tan rara. Cuando de repente vi que la puerta de mi habitación se abrió y me senté casi enseguida al ver que se trataba de Paris, Gato vino con ella como si hubiera esperado que alguien le abriera.

Mierda.

Apagué el bluetooth creyendo que así se apagaría la música, pero lo único que logré fue que se desconectaran los auriculares y la música comenzara a escucharse a todo volumen por toda la habitación.

«Coja, coja, coja, coja, coja, coja, coja, coja

Que me deje coja sino next

Coja, coja, coja...»

Cerré la aplicación y la habitación quedó en silencio, Gato se subió a la cama y yo lo agarré en mis manos para acariciarlo, Paris apretó los labios intentando oprimir una sonrisa, al menos parecía que estaba de buen humor.

—Interesante, canción —comentó Paris.

Qué vergüenza.

—Estaba en aleatorio —murmuré intentando justificarme, de seguro que como había buscado a Los Yankees, el internet me mandó como sugerencias peloteros y canciones que tuvieran que ver con eso.

Puta vida.

Paris se sentó a un lado de la cama y la miré sin saber muy bien lo que quería de mí, tragué en seco observándola y ella tomó una profunda respiración acariciando la barriga de Gato.

VENENO (+18) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora