Treintiseis: Meses infernales

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Capítulo 36: Meses infernales

GEORGE BADJOK

Llegué al barrio siguiendo la dirección en mi teléfono, mordí mis labios y pasé una mano por mis ojos intentando calmar mis nervios estacionándome en frente, todo esto lo hice por ella.

Por Paula.

Para mantenerla a salvo.

Por unos meses funcionó, y es que todo era perfecto, el cuerpo de la mujer muerta con la ropa de Paula para hacerla pasar por muerta, y Paula con los policías amigos de la familia, bueno, con "amigos" me refería a que se dejaban guiar por el dinero y siempre nos encubrían las cosas, en este caso todo este montaje para poder poner a salvo a Paula y desapareciéndome un tiempo para que ella ya no estuviera en peligro.

Dejarla para protegerla, fue lo más duro que había hecho en la vida.

Ya George, eres un roble, así que a enfrentar esta mierda.

Me bajé del auto y entré al bar a la mesa del fondo tomando asiento, así estaba Hassan, ligeramente inclinado hacia atrás con un trago frente a él.

—¿Cómo que la secuestraron? —solté, más que una pregunta fue un completo cuestionamiento.

El plan fue de ambos, se suponía que esto no tenia las maneras de fallar, ambos le teníamos aprecia a Paula, bueno, yo la amaba, pero Hassan solo se metía en el medio porque su forma de ser era así, las quería tener a todas, que todas murieran por él, más aún cuando sabía que había otro interesado; y el otro interesado era yo, siempre estaba la competencia entre ambos, algo de hermanos que nos daba cierta rivalidad desde siempre.

Hassan tomó un poco de su trago y me miró.

—Mohamed se enteró —dijo.

Apreté la quijada, sabía que esto podía pasar, el equipo de Mohamed estaba en todos lados con espías que nos seguían a cada momento.

—¿Y por qué estas tranquilo? —lo acusé entrecerrando los ojos, él tomó de su trago lanzándome una mirada mortal intensa de las que podían asesinarte en el acto, pero ya estaba acostumbrado y no me intimidó, nunca me intimidaba.

—¿Qué se supone que haga? —replicó.

¿De verdad me lo estaba preguntando?

—Rescatarla. —dije, era lo que necesitábamos hacer con urgencia, en manos de Mohamed todo podía pasar, no quería pensar que ya estuviera muerta, la policía la estaba buscando cosa que obviamente nunca iba a encontrar porque Mohamed era de los hombres mas influyentes de país, su madre, su hermana, las redes sociales estaban conmocionados por su secuestro y desaparición.

—Me vale mierda, George —soltó—, ya es una vida por una vida, no puedes quemar el infierno por ella.

Tragué pasamente saliva apretando los puños de mis manos, no iba a dejar que por mi culpa ella sufriera.

Quemaría todo el puto mundo hasta encontrarla.

Me levanté mirando a Hassan fijamente para decirle:

—Tal vez tú no lo hagas, pero yo sí.

Me di media vuelta hacia mi auto, yo mismo mataría a Mohamed de una vez por todas.

PAULA MIEL

Esta habitación era mas amplia, de paredes blancas y no olía a humedad, tampoco me tenían las manos amarradas y todo sucedió esta mañana. Tal vez era mi falta de apetito, por más comida o postres que me dieran no me provocaba comer por la misma ansiedad de estar encerrada, y solo vomitaba, sentía que moría cada día junto con mi ánimo, pero ahora, aquí estaba, en otra habitación con televisión y acondicionador de aire.

VENENO (+18) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora