Capítulo 8

7.9K 459 30
                                    

Daren

Un día como cualquier otro, ir a la oficina, entrar a reuniones, salir hasta tarde y con suerte comer algo rápido, últimamente mi vida era un caos gracias a los tratos de mi padre. Mi día finalmente cambió al verla en mi cama, plácidamente dormida sujetando la almohada, su cabello castaño y sus grandes ojos color avellana.

— Señor Lambert — indica Gregor

— ¿Si? — aclaro mi garganta

— Creo que dejamos la reunión por hoy, considere nuestro acuerdo.

Lo único que consideraré es sacarlo de mi empresa.

Salgo de la sala de juntas y paso por el escritorio en donde hay un arreglo floral.

— Señor su cita de las diez fue cancelada y el señor Robinson faltara a la de las ocho.

— Gracias Marien — sigo caminando, pero me detengo antes de entrar
— Podrías comprar un ramo de tulipanes y traerlo a mi oficina por favor.

Ella asiente con una sonrisa en el rostro y se levanta del asiento, entro a la oficina, recibo unas llamadas y me quedo firmando papeles.

— Señor aquí tiene las flores — me entrega el ramo de tulipanes amarillos

— Gracias, puedes irte temprano.

— Gracias señor Lambert.

———————————


Las luces cálidas del restaurante caen sobre la piel de Anne haciendo que sea un espectáculo casi hipnotizante, su sonrisa y nerviosismo al dirigir su mirada en mi.

— ¿Cómo se conocieron? — pregunta Jake mientras juega con el tenedor

— En la lavandería, Daren no sabía utilizar una lavadora — dice Anne

— Me alegro que alguien te haga compañía en un lugar tan grande como Nueva York, en lo personal a mi me daría miedo caminar entre tantas personas.

— Después de tanto te acostumbras — dice en un suspiro

— Tal vez Nueva York no es tan grande como parece, después de todo Anne y yo nos topamos cuando no había mucha probabilidades de eso.

— O tal vez solamente tuve suerte — dice con la mirada baja

— Esto se está volviendo incómodo — murmura Jake mientras le da un sorbo a la copa de vino

La cena transcurre con normalidad, a pesar del evidente nerviosismo de Anne, Jake se despide de nosotros al terminar la cena.

— ¿Qué sucede Anne? — la observo fijamente

— Hace mucho no miraba a Jake...

— Podemos cancelar los planes de hoy para que pases más tiempo con tu hermano.

Sus ojos brillan al escuchar mis palabras y una sonrisa, pero niega con la cabeza.

— Conociendo a Jake volverá en una semana — esboza una sonrisa
— Sabes... nunca me has mostrado tu apartamento.

— Estábamos muy ocupados la última vez — coloco mi mano en su pierna haciendo que su rostro se torne rojo

— Creo que está noche también estaremos ocupados — muerde levemente su labio al sonreír

— Está entre mis planes de esta noche.

Subo levemente por su pierna, pero me detengo al ver a la camarera. Nos vamos del restaurante y conduzco hasta llegar a la quinta avenida.

— Me gusta este lugar — dice al bajar del ascensor — El ascensor es del tamaño de mi apartamento.

— Es un lugar un tanto grande — me encojo de hombros

— Amo este lugar — se lanza al sillón

— Me alegro, porque pasaremos mucho tiempo aquí — me siento en el sillón

— ¿Y qué otros planes tienes? — se sienta sobre mis piernas

Paso mis manos por sus piernas y subo levemente su vestido, juego con los tirantes dejando caer uno seguido del otro dejando al descubierto su sostén color negro el cual no dura mucho en ella.

— Anne...

— ¿Si? — dice con una cálida sonrisa

Sus movimientos sobre mi hace que comienza a ponerme duro, sus manos bajan por mi torso mientras yo hago presión en su trasero, desabotona los botones de mi camisa y muerde mi cuello.

Levanto su quijada y devoro sus labios mientras sus movimientos siguen sobre mi, baja a mi pantalón liberando mi miembro y envolviendolo en sus manos jugando levemente con el haciendo que un gruñido salga de mi boca. Abro sus piernas y dejo sus bragas de lado para poder adentrarme en ella de una sola estocada haciendo que suelte un gemido.

Aferra sus uñas a mi espalda y sus movimientos cada vez y comienzo a guiar sus movimientos, juego con sus pechos, sus pezones se endurecen y su respiración se vuelve agitada.

Sus mejillas se tornan de un color rojo y tomo su cabello en mi mano mientras la otra sigue en su trasero, le doy una leve golpe haciendo que su cuerpo se estremezca, nuestros movimientos se vuelven más fuertes y torpes hasta que finalmente llega al orgasmo cayendo sobre mi.

Su corazón late con fuerza y su respiración es errática, paso un mechón de su cabello detrás de su oreja y comienzo a besar su cuello.

— Eres... increíble — dice en un suspiro

— Apenas comenzamos Anne...

La levanto haciendo que enrolle sus piernas alrededor mía, subo las gradas mientras ríe ante todo lo que susurro a su oído, pasamos por el pasillo hasta que la dejó en la cama, me quito por completo lo corbata y la tomó entre mis manos.

Me quito la camisa y fijo en como Anne me observa fijamente, tomo la corbata, junto sus manos y las ato a la cama, bajo por completo su vestido al igual que sus bragas, besos sus labios mientras nuestras lenguas juegan entre sí, dejo su boca para bajar a sus pechos dejando un camino hasta llegar entre sus piernas, la observo antes de adentrarme, pasó por su clitoris mientras uno de mis dedos se adentra en ella haciendo que un suspiro salga de sus labios.

— ¡Daren! — dice en un grito al sentir como intensificó los movimientos de mi legua

Su exquisito sabor, junto a sus gemidos y su cuerpo reaccionando a los movimientos de mi boca, su espalda se vuelve un arco y sujeto una de sus piernas sobre mi hombro, sus manos se aferran a la tela de la corbata cuando está por llegar al orgasmo, coloco mis dos manos en sus caderas y le doy la vuelta.

— Demonios — murmura al sentir mi miembro junto a su trasero

— Cada parte de tu tembloroso cuerpo Anne — digo entre una sonrisa antes de penetrarla

Anne Russo, una castaña que encontré por casualidad en una lavandería, no puedo decir que la conozco como la palma de mi mano, pero estoy encargarme de eso.





Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora