Capítulo 20

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Vete y no mires atrás 

Intento recuperar el ritmo normal de mi respiración mientras busco mis bragas en el suelo.

— Es un lindo lugar — dice divertido

— Vístete y vete — digo de manera fría

— ¿Segura? Creí que después de un año tuvieras ganas de hacerlo más de una vez.

— ¿Qué demonios haces aquí? — digo molesta mientras cruzo los brazos intentando cubrir mis pechos

— Volví por ti, todo está mejor solo faltas tú...

— No — digo con firmeza — Tu dinero no lo es todo es esta vida Daren y parece que nunca vas aprender eso, vete de mi casa y de mi vida.

— Tú eres la que me aleja Anne, nunca soy yo — dice entre dientes mientras se pone de pie y comienza a vestirse

— Tú eres el que hace que te quiera lejos.

— ¿Por qué, por querer darte todo? Para eso necesito la vida que tengo Anne.

— Porque no entiendes que lo que necesito es a ti, no me importaba todo lo demás solo tú.

— ¿No te importaba o no te importa? — se acerca a mi de manera peligrosa

— No me importaba, ya no te quiero Daren y tampoco te odio, solo te quiero lejos.

— ¿Ahora? — sujeta mi cintura

— Vete antes que llame a seguridad.

Su cuerpo desnudo choca contra el mío mientras sus manos recorren mi abdomen hasta llegar al elástico de mis bragas haciendo que mi respiración se corte.

Una sonrisa se forma en su rostro al notar mi reacción, muerdo mis labios para evitar rogar para que se termine esta tortura.

— Vete — logro decir finalmente — ¡Vete!

Él se aleja de mi y toma su ropa, comienza a vestirse, se coloca los zapatos y busca su saco, yo me coloco una blusa la cual me llega hasta los muslos

— Adiós Anne... — dice con la cabeza baja

— Adiós Daren — digo como los brazos cruzados

Se dirige a la puerta hasta que todo queda en completa oscuridad.

— Maldición — murmuro entre dientes mientras alumbró la habitación con mi teléfono — No puedes abrir la puerta, se cierra de manera automática cuando hay apagones.

Él se da la vuelta con una sonrisa en el rostro, la luz del teléfono alumbra su rostro haciendo que sus ojos azules resalten aún más y su cabello negro se pierda entre la oscuridad.

— Tengo una idea de lo que podemos hacer.

Se acerca a mi y coloca sus manos en mi cintura.

— Solo déjame esta noche... — sus dedos bajan rozando el borde de la blusa levantando levemente la tela

— Sí te doy una noche más no te vas a ir nunca.

— Prometo que lo haré — susurra contra mi oído mientras su mano se adentra en mi blusa subiendo hasta mis pechos

— Adelante — digo casi en un suspiro

Dejo el teléfono a un lado al sentir como él me levanta y enrollo mis piernas al rededor de su cuerpo, me deja caer con delicadeza en la cama haciendo que mi cuerpo se hunda en el colchón.

Mi blusa no tarda en desaparecer cuando sus besos se adueñan de mi cuello, sus manos juegan con mis pechos.

— Dar... — digo en un gemido al sentir los movimientos de su lengua sobre mis pechos

— Así Anne... di mi nombre.

Presiono mis piernas al sentir como el calor se junta hasta que sus manos se encargan de abrirlas de par a par, él se aleja de mi, baja mis bragas por completo y se adentra en mis piernas impidiendo que pueda cerrarlas, sus deseos suben por mis muslos hasta llegar al punto palpitante entre mis piernas, su pulgar ejerce presión hasta que comienza a moverse, dos de sus dedos se adentran en mi haciendo que me aferre a las sábanas.

— Solo yo logro ponerte así Anne... tan solo con un toque ya estas mojada y lista para mi.

— Cállate Daren — digo entre dientes antes de que acelere sus movimientos y sus dedos salgan de mi

Su pulgar sigue moviéndose en círculos hasta que siento como se adentra en mi de una sola estocada, se queda inmóvil un instante hasta que sus manos se posicionan en mis caderas y comienza a moverse.

— Vuelve a decirlo — dice entre entre dientes mientras sus estocadas se vuelven más fuertes

— Cállate Daren — digo con dificultad

Cada estocada se vuelve más intensa, sujeta mis manos sobre mi cabeza y aferro mis uñas a su mano, mi respiración pierde su ritmo y mis piernas tiemblan hasta llegar al orgasmo.

Me cubro con las sábanas para recuperar el aliento notando que la luz ya había vuelto, Daren se vuelve a vestir y sale del lugar sin decir nada más.

Me quedo acostada en la cama visualizando el techo maldiciendo el momento en el que acepte la propuesta de Daren, era cierto, fue bueno, pero también me hace recordar la falta que me hace.

Me levanto y me doy una ducha rápida para poder dormir finalmente, ya es de madrugada y el sueño aún no aparece, incluso puedo decir que me da miedo cerrar los ojos y notar que él ya no está.

Vete y no mires atrás, logro entender que estuvo mal en esta noche comenzando con todo.

Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora