Capítulo 11

6.7K 378 99
                                    

Los secretos de Daren

— ¿Estás bien? — pregunta con preocupación

— Creo que tengo polvo en la
garganta — digo tosiendo

— Vamos, empaca tus cosas te vas a quedar conmigo — se pone de pie dejando caer los pedazos de techo

La mayoría del techo está disperso en el suelo y la cama, logró ver la hubiera y unos cuantos cables, sobre todo mucho polvo, no era buena idea quedarme más tiempo en el lugar por lo cual no reniego ante la petición de Daren.

— Voy a tomar algo de ropa y nos vamos.

— Está bien, lleva lo que necesites, llamaré a Michel.

Sacude el polvo de su ropa y sale del apartamento, tomo mi bolso en el cual guardo lo necesario para la noche y el siguiente día, cierro todo.

— ¿Nos vamos?

— Por ahora si — sonríe — Después voy a volver y demandar a los dueños de este lugar.

— No vas a hacer eso — reniego mientras tomo su mano

— Puedo comprar el edificio — se encoje de hombros — Tal vez dejaría de ser un peligro eminente con los cambios que le haría.

— No vas a comprar el edificio.

— Es eso o una demanda, Michel ya está esperándonos — toma mi mano

— Perdón por tener que invadir tu apartamento.

— Yo lo veo más como una oportunidad.

— Daren... creo que prefiero ir a un hotel — bajo la mirada

— ¿No te sientes cómoda en el apartamento? Podemos cambiarlo si te hace sentir mejor.

— No me siento segura contigo Daren.

Sus ojos expresan evidente preocupación junto con algo de confusión, frunce el ceño levemente y se queda en silencio.

— Creo que no deberías quedarte con alguien en quien no tienes confianza.

— ¿Y puedes culparme? — digo mientras mi voz tiembla — Se que llevamos poco tiempo conociéndonos, pero pasan miles de cosas en tu vida y no me gusta no saber nada.

Intento mantener una postura firme, era mi oportunidad para terminar todo necesito la información porque cada vez todo se vuelve más grande.

— Michel, vamos a la oficina — dice tajante

— Antes de que te vayas a tu oficina ¿puedes llevarme a un hotel?

— Vamos a mi oficina porque te voy a decir todo, tienes razón ahora formas parte de mi vida y tienes derecho a saber.

Como si me dirán un golpe siento que el aire sale de mí, mi corazón late con fuerza y no soy capaz de decir algo más al respecto, fijo mi vista en el camino, en los autos y los grandes edificios hasta llegar a su oficina, mis piernas tiemblan y mi respiración se vuelve cada vez más pesada, él me toma de la mano y saluda al de seguridad.

— Todo está tan vacío...

— Es lo que pasa a las once de la noche, si hubieran personas trabajando sería explotación laboral.

— Daren... yo...

No puedes retractarte en este momento.

— ¿Si? — pregunta con una sonrisa en el rostro

— Nada — niego con la cabeza

Entramos a la oficina y me siento en el sillón mientras Daren busca algo en su escritorio hasta que viene a mi con una carpeta grande con bastantes papeles.

— ¿Qué es esto? — tomo la pesada carpeta

— Todo lo que tienes que saber, la mitad son investigaciones del detective, la otra sobre mi padre y lo demás un poco de todo...

— ¿Y quieres qué lo lea, estás seguro?

— Así es, tienes derecho a saber todo y si tienes alguna duda respecto a esto o prefieres alejarte lo entenderé.

— Gracias Daren — dejo la carpeta a un lado y salto para darle un abrazo

El sentimiento de culpa de adueña de mi, tenía en mis manos la vida de Daren, un lado que nadie más que él y su familia saben, un lado el cual próximamente todo Nueva York conocerá.

Daren juega con los botones de mi suéter mientras yo leo las primeras páginas de la carpeta, lo primero que veo es sobre unas propiedades inexistentes en Noruega y Washington las cuales eran controladas por su padre.

Él expediente de la muerte de su padre la cual fue por ahogamiento aunque en todos los medios especificaron que fue un paro cardíaco.

— ¿Estás muy ocupada leyendo? — susurra a mi oído mientras desabotona los primeros botones

— Muy ocupada — digo en un susurro

— Demasiado ocupada — vuelve a susurrar contra mis labios

Daren se acerca cada vez más devorando mis labios por completo de manera rápida y ágil, su mano desabotona el último botón de mi suéter dejando mis pechos al descubierto haciendo que su mano ataque mis pezones mientras su lengua sigue jugando con la mía, su mano baja hasta mi pants haciendo que haga a un lado mis bragas y que un gemido salga de mis labios.

— No dejes de leer — susurra contra mis labios

— Daren... — digo en un gemido al sentir como sus dedos comienzan a moverse en círculos sobre mi clitoris

— Sigue leyendo Anne...

Intento seguir leyendo, pero los movimientos de Daren hacen que me concentre más en evitar gemir, hace que abra aún más mis piernas mientras sus dedos se adentran en mi haciendo que clave las uñas en su pierna.

— Si no sigues leyendo no voy a hacer que te vengas — susurra a mi oído hasta bajar dejando leves mordiscos en mi cuello

— Estoy haciendo lo... — un suspiro sale de mis labios al sentir como acelera los movimientos — ¡Daren!

Sigo leyendo mientras su boca ataca mis pechos, mis piernas tiemblan y mi respiración se acelera hasta que llegó al límite llegando al orgasmo aferrándome al sillón.

Lo observo fijamente, esos ojos azules llenos de lujuria hacen que deje los papeles de lado y me lance sobre él, paso mis manos por su abdomen firmen hasta llegar al elástico de su pants.

— Oh Anne... — dice con una sonrisa en el rostro

— Es mi turno...

Bajo su pants junto a su boxer dejando al descubierto su miembro el cual tomó entre mí mano, comienzo a mover de arriba hacia abajo haciendo que Daren gruña y me observe.

— ¿Qué sucede Daren? — digo divertida

— No juegues con fuego Anne, créeme que no quieres provocarme.

Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora