The Drug Lord

Capítulo 24

Visitamos a la ginecóloga una vez más, ingresamos al consultorio después saludamos y le conté mi situación.

—Ese sangrado es completamente normal en algunos casos la toma de la pastilla del día siguiente puede adelantar la regla

Me devolvió la paz.

Luego de la visita al ginecólogo Javier me devolvió a mi casa, la noche había caído pero no era lo suficientemente tarde como para dormir pero yo estaba agotada. Ya en mi habitación me cambié para estar más cómoda, una playera holgada fue mi mejor opción; al meterme en la cama me cubrí con el edredón y me dispuse a dormir.

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—Maldita sea Támara, vas a llegar tarde, levántate—Samantha intentaba despertarme al sacudir mi hombro y lo consiguió—Ve a ducharte, vístete y
que sea rápido, hoy te llevaré—Obedecí sus órdenes pero desganada, quisiera negarme a ir
hoy me sentía como la mierda, tenía una intensa migraña que estaba matándome pero por el tono que mi madre utilizó parecía que estaba enterada de mis anteriores inasistencias. Al momento de ducharme el pensamiento de una posible infidelidad por parte de mi novio se apoderó de mi mente, intentaba olvidarlo pero no podía dejar de pensar en el peor escenario. Terminé de ducharme y alistarme, salí corriendo de la habitación para montarme en la camioneta de mi madre, emprendimos el camino con la escolta a nuestras espaldas.

Logré llegar poco antes de que cerrasen la puerta principal de Colegio, subí con prisa las escaleras para encontrar a todos mis compañeros fuera del salón debido a que el profesor aún no llegaba. Di un paso para ingresar al aula cuando alguien a mis espaldas me jaló del cabello —¿Cuánto te paga Javier Carrillo por chupársela?, puta del narco—todos los presentes comenzaron a reírse por mi lado rodeé los ojos y suspiré con cansancio posicionándome frente a mi agresora
—¿No vas a responder? ¿Estás esperando que Pablo Escobar te defienda al igual que el cobarde de tu padre?—Sus palabras hicieron mi sangre hervir, estrellé mi puño contra su mejilla haciéndola caer, me acomodé encima de ella tomándola del cuello de la camisa, nuevamente golpeé su rostro con mi puño pero ella logró pegarme y romper mi labio, al soltar su camisa cayó al suelo donde seguí golpeándola. El resto de los alumnos alababan e incitaban a que continuara la agresión que fue detenida por el prefecto.

—Señorita Greene, vamos a la oficina de la directora—La multitud comenzaba a dispersarse, me levanté.

—Estás muerta—Patee las costillas de la chica. De todos modos ya estaba jodida, el prefecto me tomó del brazo hasta llegar a la oficina de la directora donde ya me esperaba.

—¿Se da cuenta de la gravedad de sus actos?

La rabia nuevamente se apoderó de mí

—Ella me agredió e insulto primero—respondí incrédula por su actitud, su semblante se volvió todavía más serio

—Entonces hubiese acudido a un profesor o hubiese venido a hablar conmigo, pobre muchacha se ha llevado la peor parte—llevo su mano hacia el rostro y preocupó su ceño

—¿Está diciéndome que ella no será castigada?—pregunté

—Eso no es de su incumbencia, hace rato llamé a su madre porque usted está oficialmente expulsada de esta institución—Nadie me consideraría una víctima luego de los negocios ilícitos de mi padre.

—Pura mierda—me levanté de mi asiento furioso y tiré algunos papeles que tenía sobre su escritorio, salí furiosa de la oficina azotando sonoramente la puerta. Me acomodé en una silla fuera de la oficina de la rectora. Samantha llegó y me fulminó con la mirada antes de reunirse con la directora, palidecí; si le decía sobre mi inasistencia de ayer mi madre me asesinaría.

Samantha's POV
Cuando llegue a la escuela miré a mi hija fuera del despacho de la rectora, tenía la boca rota y debido a eso un poco de sangre en el labio, la miré con rabia. Támara nunca se metía en problemas pero aquello no justificaba su expulsión, sería mejor averiguar antes de victimizarla.

—Buenos días, tome asiento por
favor—la directora al mismo tiempo que recogía unos documentos, me ofrecí a ayudarle pero se negó—Lamento tanto esta situación, Támara golpeó a una de sus compañeras—expuso la directora con cierto nerviosismo,

—Algo debió provocarlo, mi hija nunca se mete en problemas y mucho menos lastimaría a alguien sin motivo
alguno además que Támara tampoco salió ilesa, supongo que algún castigo tendrá ella también—le dediqué una mirada seria y comenzó a balbucear

—Su hija me comentó que la señorita Pardo le ofendió verbalmente y por eso Támara recurrió a la violencia, señora las palabras se las lleva el viento pero en esta institución no podemos permitir el comportamiento como el que tuvo su hija

—Lo que significa que no recibirá un castigo la señorita Pardo, discúlpeme pero no me parece justo ambas han hecho mal las cosas Támara pagará sus consecuencias y debería haberlas para la otra muchacha aunque sea en menor grado—dije a punto de estallar de la ira

—Que pena señora Greene pero eso no le corresponde a usted, siento mucho ser yo quien se lo diga pero además de esta situación nosotros no queremos tener nada que ver con mafiosos, por cierto Támara no asistió a clases el día de ayer debería poner más atención sobre su hija podría estar en malos pasos. Necesitó que firme este papel—me levante de mi asiento y firmé el documento con la pluma le apunté.

—Váyase al carajo usted y su maldita institución, debería cuidarse las espaldas directora, Colombia esta muy insegura estos días—le di la espalda para salir de ahí y azoté sonoramente la puerta lo que causó que mi hija brincara del susto, quise darle un abrazo y consolarla pero era mejor mostrar mano dura con ella para que no se echara a perder a pesar de toda la podredumbre en la que vivimos.

Támara's POV
Mi madre y yo no cruzamos palabra en el camino a casa, ella me ignora cuando hago algo que la molesta.

Llegamos a casa y ella bajó primero de la camioneta, ya sabía el infierno que me esperaba una vez que la puerta se cerrara, cuando decidí entrar y afrontar las consecuencias Samantha estaba sentada en un sofá fumando su cigarrillo, cruzamos miradas y se levantó frente a mí segundos después recibí una cachetada de su parte, gemí de dolor.

—¡Maldita sea Támara,
te expulsaron!—me miró con desprecio negando con la cabeza

—Está bien, odio la escuela, ha sido un maldito dolor de cabeza desde que regresamos, todos me molestan con el tema del coronel y el trabajo de mi papá, sin mencionar que ha sido un infierno sin Indiana, sin alguien con quien conversar—mi comentario sólo logró enfurecerla más y ganarme otra bofetada.

—Ni modo, esta es la familia que te tocó—Samantha nunca me entendería—¿Con quién estuviste ayer?—fruncí el ceño actuando como si no supiese de qué me hablaba aunque mi mente los nervios me carcomían—Respóndeme maldita sea—nuevamente estrelló su mano contra mi mejilla

—Con nadie—chillé—Ayer no fui al colegio porque me sentía mal—hicimos contacto visual y le dediqué una mirada de odio, harta de esta discusión mi madre regresó a su asiento y yo subí a mi habitación. Lavé mi cara y delicadamente mis heridas a continuación cambié mi uniforme por un pijama de seda rosa pastel y encaje blanco, considerando la situación en la que me encontraba lo último que quería hacer era escuchar mis pensamientos por ello encendí el televisor y poco tiempo después caí en un sueño profundo.