Capítulo 17

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Llegó el sábado, mi mamá se fue de vacaciones a las Bahamas y mi papá estaba arreglando un negocio.

Bajé a la cocina donde estaba mi desayuno, terminé de comer y subí a mi cuarto para tomar una ducha, puse shampoo en mi cabello, lo enjuague y después puse acondicionador, enjaboné mi cuerpo,lo enjuague con agua al igual que mi cabello, me envolví en mi toalla y en otra mi cabello, me sequé el cuerpo y me puse la ropa interior escogí un bra negro de encaje, una tanga negra con encaje, de ropa me puse una playera negra de manga larga con agujetas en el escote, unos short y unos Adidas superstar.

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Benicio pasó por mi a la finca para ir a la suya y enseñarme a disparar.

Él estacionó su Jeep frente a la puerta de mi casa y se bajó de este para abrir mi puerta.

—Gracias—dije y me subí al Jeep en el asiento del copiloto

—¿Estás lista?—preguntó

—...Si...—respondí y arrancó el Jeep hacia su finca, durante el camino él acarició mi pierna como siempre lo hace, debo admitir que me gusta.

—Oye...—dije e hice que frenara solo para besarlo

—¿Y eso por qué?—preguntó confundido

—Porque tú has sido el único, además de Indiana que siempre han estado ahí cuando los necesito, incluso creo que hasta paso más tiempo contigo que con mis padres y me atrevo a decir que tú me has enseñado mucho más que ellos—dije

—Pero fueron tus padres los que te criaron—dijo 

—Eso es mentira, cuando era pequeña tuve una nana, ella fue quien me enseño modales y todo eso, mi madre se la pasaba haciéndose tratamientos de belleza, en un spa, de vacaciones etcétera, jamás a estado conmigo—dije

—¿Qué hay de Marcus, tu padre?—preguntó

—Él se la pasa de viaje de negocios o al menos eso es lo que siempre me han dicho—dije

—Siempre estaré cuando me necesites—dijo

Estábamos a unos diez minutos de llegar a su finca cuando el metió su mano en mi short

—Oye... no—dije y aparté su mano

—No voy a obligarte a nada que no quieras—dijo

—Cuando deje de ser ilegal tal vez—dije y reímos

—Eres mi maldición Támara—dijo y reí

Llegamos a la finca, estaciono el Jeep bajó de este y me abrió la puerta, bajé y caminamos hacia el jardín.

—Está todo preparado—dijo y vi botellas de cristal paradas en una vieja mesa de madera, había otras botellas colgadas de las ramas de los árboles.

—¿Lista?—preguntó entregando un arma, la miré era algo pesada

—Eso creo—dije y suspiré

—Es una nueve milímetros, es un regalo para ti—dijo

—Gracias—dije

—A lo que venimos, vas a tomar el arma así—me quitó el arma de las manos y me demostró como—estiras bien tu brazo y disparas—dijo y le disparó a una botella

—Tú turno—dijo y me entrego el arma, seguí  sus indicaciones y le disiparé a la botella

—Me impresionas—dijo, sonreí y me besó

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