Capítulo 26

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Logré graduarme de mi segundo año de bachillerato con ayuda de la profesora Dávila, a causa de que no lo disfruté mi padre movió sus influencias para crearme una nueva identidad falsa con la intención de que estudiase en Estados Unidos, lamentablemente la Visa me fue denegada. Con esta nueva identidad un colegio en Medellín me abrió sus puertas y como era el último año la mayoría ya tenia sus grupos de amigos predeterminados por lo que era difícil integrarse aún así entable amistad con la hija de un general, Sofía Urriaga y yo éramos hermanas en el infortunio; ambas éramos hijas únicas sin muchas amistades y con padres con un trabajo que implica tener un pie en la tumba. Yo no sólo tenía un nuevo apellido (Gaytán) sino que también tenía una familia con un trabajo dentro del marco de la ley, Javier no existía para Támara Gaytán pero luego de ocho horas el cuento de hadas se terminaba y mi vida era la misma.

Mi nueva mejor amiga y yo disfrutábamos de nuestros almuerzos al mismo tiempo que intercambiábamos información de nuestras vidas.

—¿A qué se dedican tus padres?—tragué saliva y abrí los ojos como platos

—Mi papá es... químico...químico farmacobiólogo y mi madre contadora—sonreí orgullosa—Ellos se conocieron en unas vacaciones de verano, en Madrid—conté la verdad a medias

—¿Y quién es ese hombre qué pasa por ti después del colegio?—no podía creer lo que me acaba de preguntar, ¿qué debería responder?

—Tu padre te está educando bien—reímos—Es un amigo de la familia, algo así como mi tío—Javier no era bueno para mí pero no podía dejarlo; de nuevo retomamos nuestra relación y se sentía como un sueño, en otras ocasiones como una pesadilla.

A pesar de que seamos amigas el oficio de su padre pone en peligro a mi familia y a mi amante por esta razón no podía ser completamente honesta con Sofía. La campana sonó finalizando la incómoda plática, regresamos al aula dónde nuestras clases transcurrieron con normalidad.

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Minutos antes de finalizar las clases pedí permiso para ir al tocador y retocar mi maquillaje para verme bien cuando Javier pasara por mí, la hija del coronel se reunió conmigo en este lugar y después salimos juntas del colegio, su progenitor y los escoltas esperaban por ella en la puerta. Aprovechamos la situación para conocernos.

—Támara, te presento a mi papá—mencionó mi nueva mejor amiga, el coronel extendió su mano hacia a mí y copié la acción después él besó el dorso de mi mano.

—Mucho gusto Coronel Urriaga—sonreí dulcemente

—El placer es mío, discúlpeme el atrevimiento pero usted es bellísima—Me halagó aunque me miraba con cierta desconfianza.

—Támara por favor acompáñanos a comer en la casa—solicitó Sofía, abrí la boca en respuesta a la sorpresa que su propuesta causó en mí—Tu tío puede acompañarnos también si quieres, ¿será que ya llegó?—buscó con la mirada a la camioneta negra que Javier siempre conduce

—...Que pena con ustedes, no podré ir. Sofi olvidé decirte que mi mamá contrató un chofer y si él no me lleva a casa ella me
asesinaría—fingí preocupación

—Puedo hablar con tu madre desde la casa, seguro lo entenderá—trató de convencerme

—De verdad Coronel lo siento mucho pero mi madre no lo permite, podríamos ponernos de acuerdo para alguna otra ocasión—mire a todos lados en busca de la camioneta de mi novio

—No te preocupes, entiendo a tu madre yo haría lo mismo por proteger a Sofía, es lo más preciado de mi vida. En otra ocasión será—me despedí de Sofía y del Coronel, este abrió la puerta de la camioneta para su hija y se montó en el automóvil para marcharse.

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