Capítulo 36

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Tuvimos un nuevo aliado, Fidel Castaño. Su padre fue secuestrado y después asesinado por las FARC años atrás, esta historia trágica conmovió a Pablo.

El líder del cártel de Medellín decidió sacar de la universidad a su hermana por seguridad, debido a que una compañera de Irma fue quien dio información sobre ella a los guerrilleros, la finca del mismo estaba todo el día vigilado por escoltas para proteger a su familia de estos bandidos, ya que ni en la casa podía estar uno tranquilo, tal fue el caso de Herbert que en su propia finca sufrió un intento de secuestro.

Al menos con los Motoa y sus hombres de seguridad que nos vigilaban mientras estábamos confinados me sentía más segura.

Por otro lado, Irma Motoa no había sido liberada aún, a su familia se le estaba agotando la paciencia en especial a Pedro, Escobar estaba casi todo el día buscando a la joven, a pesar de todos los esfuerzos la menor de los Motoa no aparecía por ningún lado.

Esta situación también me había mantenido distraída de mis propios problemas, Verónica. El líder del cartel de Medellín descuidó a mi potencial enemiga por ayudar a encontrar a Irma, no me molestó en lo absoluto pero la incertidumbre estaba matándome, el insomnio acompañado de ansiedad estaban acabando conmigo, aun así, trataba de dejar mis problemas de lado para poder ayudar en cualquier momento que mis anfitriones me necesitasen, ellos ya tenían suficiente con el secuestro de la hermana como para que estuviesen lidiando conmigo, no me parecía justo estar aquí de arrimada por esta situación tan delicada aunque estar aquí le beneficiará a mi seguridad, sin embargo, me quedé porque Pedro me lo había pedido, yo era su única compañía en las noches de insomnio.

Solíamos conversar de cualquier otro tema excepto nuestros problemas para distraernos de todo aquello que al alba nos atormentaba.

Cómo ya sé había acordado Marino sería mi escolta y de nuevo al salir de la Hacienda Nápoles me acompañó, los Motoa estuvieron de acuerdo, ni siquiera en mi nueva residencia me descuidaba.

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Era de madrugada cuando Pablo llegó a la finca de los Motoa, nos reunimos en la sala de estar, Pedro continuaba angustiado por su hermana secuestrada.

—Necesitamos una solución, pero pa antier—aseguró Pedro, Germán repasó sus manos por su rostro en signo de hartazgo

—Hombre, ¿Cuántas veces les he dicho que paguemos eso? —insistió el hermano mayor de los Motoa

—Es que ya van cincuenta días, Pablo—agregó Julio

—Yo lo sé hombre Julio, pero no podemos permitir que esos guerrilleros financien su movimiento a costa de la vida de nuestros familiares o inclusive la de nosotros mismos—afirmó Pablo—En todo caso es importante destacar que después de hacer una inversión como la que hicimos para la creación del grupo paramilitar MAS, que están comprometidos a darle muerte a todos los miembros de MR20 y ahora nosotros estemos echándonos para atrás, como organización nos hace quedar como pendejos—destacó, ante esta situación Pablo se miraba serio, sus ojos tenían una intensa y sombría mirada

—Pablo, mira todo que ha pasado y no hemos logrado nada—alegué, Pedro coincidió conmigo

—Cálmense, el Mariachi ya está en Bogotá, se esta encargando de montar la logística del operativo, vamos a organizarnos militarmente, vamos a organizar operativos de intimidación, quema de casas, secuestro, mutilación, desaparición, tortura y asesinatos, con todos y cada uno de los guerrilleros del MR20 que en este momento estén la capital de la República, todo esto para demostrar a los señores guerrilleros quiénes somos los que mandamos—decretó Escobar, en ese momento vi algo en él que nunca antes había visto, conocí sus naturaleza malvada debí correr lo más lejos de él, sin embargo, me quedé junto a Pablo hasta el final porque me hacía sentir segura.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2023 ⏰

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