Capítulo 6

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El día había llegado y nuestros valientes héroes se aventuraban hacia la dirección donde su querida amiga había partido. Avanzaban a toda velocidad en el peculiar cerdo de color verde, con los miembros del equipo reunidos dentro de la taberna. El silencio era tenso, solo interrumpido por el zumbido constante del viento golpeando contra las paredes del establecimiento y el murmullo de los corazones preocupados. Elizabeth observaba pensativa el paisaje que se deslizaba más allá de la ventana, con una expresión cargada de determinación y esperanza.

—Solo espera Diane —susurraba la princesa, con la mirada fija en el horizonte lejano. —Nosotros te encontraremos.

—Tenemos que recorrer 500 kilómetros más, creo —murmuró finalmente el capitan de la orden, su voz resonando en la quietud de la taberna. 

—Es bueno que nos movemos rápido, pero... —llamó la atención del orbe. que contenia el "alma de su camarada, con voz temblorosa. —Oye, Merlín, ¿Hay modo de que puedas usar teletransportación?... Estoy muy preocupada por Diane... —dijo con angustia en su voz.

—Por ahora, no puedo hacer nada más que tener mi alma contenida en Aldan —explicó, su tono denotando una preocupación similar a la de King. —Lo lamento King.

El suspiro de resignación de King fue seguido por una mirada dirigida hacia el origen de sus preocupaciones: Gowther, quien observaba con una expresión imperturbable, como si estuviera ajeno al drama que se estaba desarrollando a su alrededor.

—No sólo eso —intervino el holograma del jabalí, su voz resonando en la sala. —Me gustaría guardar mi poder mágico para alguna emergencia.

—¿Cómo que emergencia? —Pregunto el hada a lo que la maga puso frente a ellos hologramas de mapas con la ubicación de Diane. —A donde se dirige Diane, a través de las ruinas del castillo de Edimburgh siento la presencia de un mal monstruoso —finalizó, esto preocupó mucho a las chicas cercanas a la gigante.

El camino siguió sin alguna broma, el ambiente estaba algo tenso.

—Merlín —ahora fue el rubio quien se dirigió a la maga. —¿Has logrado averiguar algo sobre el estado de King?

Merlín volvió su mirada hacia Meliodas cuando él la llamó, y sus ojos reflejaban una mezcla de frustración y preocupación. —Lo siento, capitán —se disculpó con un tono sombrío. —He recopilado muy poca información. Parece que el hechizo, por más trivial que parezca, es sorprendentemente poderoso. Solo el mago que lo lanzó tiene el poder de deshacerlo, pero en mi estado actual, me resulta imposible obtener más información.

Meliodas suspiró profundamente, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros. Se acercó a King, que parecía desanimada, y se sentó a su lado en un gesto de solidaridad. Trató de consolarla con palabras de ánimo, tratando de transmitirle una sensación de esperanza en medio de la incertidumbre que los rodeaba.

—Todo estará bien King —dijo con voz suave, intentando calmarla.

—Diane me preocupa mucho, es alguien muy importante para mí... -. Lanzó un suspiro el hada. —Mi primer amor.

El corazón de Meliodas latía con fuerza mientras escuchaba las palabras de King. Sus sentimientos por él eran un torbellino de emociones difíciles de contener. Cada vez que lo veía, una chispa se encendía en lo más profundo de su ser, pero sabía que esos sentimientos nunca podrían ser expresados abiertamente, eso le dolía, lo perforaba en lo más profundo de su alma.

Se quedaron en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Meliodas deseaba poder encontrar el valor para expresar sus sentimientos, pero sabía que el camino hacia el amor verdadero estaba lleno de obstáculos y sacrificios.a, una chispa se encendía en lo más profundo de su ser, pero sabía que esos sentimientos nunca podrían ser expresados abiertamente, eso le dolía, lo perforaba en lo más profundo de su alma.

Girl [Meling] [Corrigiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora