Capítulo 4

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Al mismo tiempo en la capital de Camelot

El cielo sobre Camelot se oscureció con la sombra de la calamidad mientras una bestia humanoide, monstruosamente redonda, de colores grises, blancos y verdes con ojos rojos, asolaba el reino con su furia desatada. El rey Arthuro, con su espada en mano, se alzaba como un último bastión de esperanza en medio del caos que se cernía sobre su amado pueblo.

—¡Caballeros, prepárense para atacar a ese gigante! —clamó el rey con una determinación que inspiraba coraje incluso en los corazones más temerosos de sus guerreros.

—¡Rey Arthuro! ¡Mire hacia el cielo! —grito uno de los caballeros detrás de él, y dirigió su mirada a aquella dirección.

Allí, en lo alto, surcando los cielos con una majestuosidad grotesca, un enorme cerdo de color verde con una extraña estructura sobre su espalda avanzaba hacia ellos, llevando consigo a los pocos miembros de los Pecados Capitales.

 —¡¿Un cerdo que vuela?!

Mientras tanto, en la cabeza del colosal animal, Elizabeth, Hawk y un caballero sacro observaban con horror la creciente amenaza que se cernía sobre el reino. —¿Qué es esa cosa gigante parecida a una montaña —preguntó el tembloroso animal rosa, cuya inocencia infantil contrastaba con la oscura magnitud de la situación. —Es mucho más grande que mi mamá —agregó, con un temblor en su voz que reflejaba el pánico que se agitaba en su interior.

—De la raza gigante no conozco a nadie que se parezca a él —se adelantó para proteger a Elizabeth con su imponente figura, dispuesta a enfrentar cualquier peligro que se interpusiera en su camino. —No quiero que te pase nada, princesa —murmuró Diane, con una ternura protectora que contrastaba con la ferocidad que ardía en sus ojos.

—Diane...

—Detecté múltiples reacciones mágicas en todo su cuerpo —informó Merlin, su mirada aguda y analítica escudriñando cada detalle del coloso que se alzaba ante ellos. —Pero no hay señales de vida. Es posible que sea un golem —concluyó, su voz fría y calculadora resonando en el aire tenso de la batalla.Sin embargo, la explicación racional de Merlin no calmó los temores que se agitaban en el corazón de los presentes.

—Si, esa es la gran bestia: Albión —habló el rubio.

—¿Bestia Albión? —pregunto la castaña. 

—Una arma creada por la antigua raza demoníaca durante la Guerra Santa. Debió despertar cuando revivieron a los 10 mandamientos —dijo de manera muy seria.

—¿Los 10 mandamientos? —pregunto la gigante, ya que no había escuchado ese nombre antes. —Te lo explicaré después, Diane.

—Es como tener la misma pesadilla —murmuró el caballero sacro con mascara en su rostro, su voz ahogada por el horror que lo invadía.. —El impulso que percibí de esa cosa está al mismo nivel que cuando Hendrickson se convirtió en demonio.

—Es una broma —balbuceó el cerdo, su voz temblorosa con el peso del terror que se cernía sobre ellos —el nivel de poder de Meliodas es de 3370, incluso el de Merlín es 4710, pero ese monstruo... ¡Tiene 5500! —añadió, su incredulidad mezclada con el terror puro que le embargaba el alma.

El monstruo, al detectar la presencia de nuestros héroes, rugió con una furia desatada, su eco retumbando en los corazones de aquellos que se enfrentaban a él con valentía desafiante.

—¿Así que reacciona a los niveles de poder? —sonrió Merlin, su mente ya trabajando en el siguiente movimiento de su estrategia implacable mientras el monstruo se abalanzaba hacia ellos con una ferocidad inigualable, pero la sorprendente barrera mágica que rodeaba Camelot, creada por el poder inigualable de Merlin, fue la única cosa que les separaba de la destrucción total.

Girl [Meling] [Corrigiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora