『 Focus on me 』Kihyun +18

5; ascensor

Jalé el brazo de Kihyun y comencé a actuar. Fue lo único que se me ocurrió para que Nate se fuera; sabía que la única razón por la que entraba al edificio era para acosarme.
—Amor, no te vayas—rogué a Kihyun con la voz temblorosa. No solo por la actuación, sino por el miedo que estaba sintiendo.
Kihyun se quedó callado y quieto unos segundos, probablemente sorprendido. Jalé su brazo otra vez.
—¡No te vayas!—levanté la voz un poco más e inevitablemente comencé a llorar... la actuación era perfecta gracias a los nervios que sentía: razón por la cual lloraba.

Kihyun me escuchó llorar y se volteó, me miró confundido. Lo abracé y me aferré a él, mirando a Nate de reojo. Nate reaccionó dándose la vuelta y saliendo del edificio. Vi como se alejaba y sentí como un peso inmenso dejaba mis hombros en paz. Entonces relajé mi cuerpo, pero no pude soltar a Kihyun. Me largué a llorar en sus brazos.
—¿Qué, qué sucede?—me susurró confundido.
—N...no pu-puedo...—mi llanto me impedía hablar.
Kihyun me dio palmaditas en la espalda intentando darme consuelo y correspondió el abrazo. Después de un rato se soltó del abrazo y tomó mi mano.
—Te acompañaré hasta dentro de tu casa, ¿está bien?—asentí—así me cuentas qué sucede con más calma—volví a asentir como niña pequeña.

Entonces Kihyun me guió hasta el ascensor llevándome de la mano, y entró conmigo.
—¿Que pisó es?
—El último, el doceavo.
Él presionó el botón del doceavo piso y tomó su celular.
—Le avisaré a Changkyun que no me espere. Prefiero que me regañen a mi solo en la empresa.
—Lo siento...—las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos—lo siento, no quiero ocasionarte problemas...—me cubrí los ojos.

Kihyun se inclinó un poco para estar a mi altura y puso sus manos sobre las mías para retirarlas de mi rostro con mucha suavidad. Tomó ambas de mis manos mirándome a los ojos, cerca de mi rostro.
—Está bien, en serio...

Mantuvo su mirada en mis ojos unos segundos. Sus ojos brillaban y su mirada era dulce y profunda. Después la dirigió a mis labios. El sabor salado de mis lágrimas era lo único que me distraía de las ganas de besarlo, que me estaban volviendo loca... él solo estaba a unos centímetros...

Entonces el ascensor tembló y escuchamos un golpe. Las luces se apagaron por un momento, asustándome y haciendo que me aferre a él. El ascensor se detuvo. Tuvimos que apretar el botón de emergencias y decidimos sentarnos a esperar.

—Supongo que faltaré a la práctica—rió un poco y se sentó en el suelo.
—Es mi culpa...
—Claro que no. ¿O puedes parar ascensores a tu gusto?—bromeó y me hizo reír.
—¿Cuánto tiempo crees que estemos aquí?—me senté a su lado.
—No lo sé...—apoyó su cabeza y suspiró.—¿qué sucedió allá afuera, hace un momento? ¿Quieres hablar de ello?

Y le conté todo. Le conté desde mi ex novio hasta desviarme y contarle que Jihyo me llevó a una fiesta para que me sintiera mejor. Él me escuchaba atentamente.