『 Focus on me 』Kihyun +18

8; era nuestra primer cita...

Kihyun y yo caminamos por el parque durante un largo tiempo. Le conté las cosas que me gustaba hacer en mi tiempo libre, y él también me contó sobre él. Algo en él hacía que me sintiera muy cómoda cerca suyo.
Luego decidimos ir a tomar un café a una cafetería cercana. A todo esto, Kihyun solo se había bajado el cubrebocas para darme un beso. El resto del tiempo siguió con el cubrebocas arriba y con una gorra puesta para que no lo reconocieran.

Llegamos a la cafetería y nos atendió muy amablemente una chica. Pedí de tomar una limonada especial, color rosa.
Cuando charlaba con Kihyun, sin querer, se me cayó algo de limonada en la ropa. Le avisé que iba a limpiarme y me dirigí al baño.

Nate

La vi entrar. Otra vez con el mismo chico. Bastante más alto que ella, de buen físico... pero no podía ver su cara. Tenía tantas ganas de golpearlo por robarse a mi mujer. Probablemente era él la razón por la que ella dejó de contestar mis llamadas y mis mensajes.

—Qué maldita...—maldije.
—¿Qué te pasa?—Minhyoon me dió un codazo.
—Mi ex acaba de entrar—me revolví el cabello y suspiré molesto—me estresa... está  loca.
—¿Si?
—Si, está loca. Decía que me amaba y me acusó de engañarla—reí—y ella me engañó a mí. Con ese chico, seguramente.
—Qué perra—rió Minhyoon.
—¿Debería darle una lección?—pregunté al verla entrar al baño de damas.
—Solo dale un pequeño susto, yo te cubro. Después de todo, la cafetería no está muy llena hoy.

Minhyoon se puso a trapear la puerta del baño de mujeres y les prohibió el paso temporalmente a las que querían entrar. Me escabullí al baño de mujeres y entré en silencio.

Tú

Me quedé unos segundos mirándome al espejo. Me veía bastante bonita. Acomodé mi cabello un poco y abrí la canilla para intentar limpiar un poco la mancha rosa en mi ropa. Entonces sentí un soplido en mi oreja.
Me sobresalté y miré en el espejo. Nate estaba detrás mío con esa sonrisa (que conozco tan bien) en su rostro.

—¿Qué quieres? Dejame en paz...—ordené sin voltearme.
—Perfecto, quédate asi.

Nate se acercó y apoyó su cuerpo contra el mío. Me tomó de la cintura con tanta fuerza que dolió.

—Qué desperdicio...
—¡Sueltame!
—...un cuerpo tan bonito que no está a mi lado. Es un desperdicio. Tú siempre serás mía.

Empezamos a forcejear e intentó besar mi cuello. Finalmente me solté de su agarre y me alejé agitada y asustada. Lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.
—Estás loco. Y necesitas ayuda.
Tragué saliva intentando contener mis lágrimas. Nate solo se rió.
Salí rápidamente del baño y fui a buscar a Kihyun. Él me miró con una sonrisa dulce, pero mis lágrimas comenzaron a caer de manera inevitable y por ende su sonrisa comenzó a desvanecerse.
—Vámonos—pedí.