Cuando Lan WangJi se reunió con Wei WuXian y Jin ZiXuan por primera vez en la cabaña, hablaron sobre la búsqueda de BaoShan SanRen, el enfrentamiento contra los Wen y el de ayudar a los niños fantasmas.
— Son tantas cosas por hacer —dijo Jin ZiXuan—. Pero Lan SiZhui no es un Beta, es un Alfa. No es el elegido.
Lan WangJi no puede decirles que ese chico es un Beta en realidad. Mientras menos gente lo sepa, mejor. Sobre todo porque...
—Debemos actuar, Jin ZiXuan —comento Wei WuXian con seriedad—. En estos meses nosotros nos prepararemos para...
— Descansar. No harán ningún movimiento —aconsejó Lan WangJi. Ambos Omegas se asombraron por sus palabras.
—¿Por qué no? —se quejó Jin ZiXuan.
— No han conseguido nada en estos dos años.
—¡Tú menos!
Wei WuXian tuvo que ponerse de pie para evitar una discusión entre esos dos.
—Jin ZiXuan, debemos pensarlo bien. Creo que es mejor estar calmados estos meses para evitar llamar la atención. Lan Zhan tiene razón, hay que descansar lo suficiente y prepararnos para cuando tengamos que viajar al Arrecife de Coral.
Los tres callan.
Viajar en el pueblo de las sirenas es una locura total. No saben que clases de peligrosos encontraran en ese viaje y no pueden asegurar que encontraran a BaoShan SanRen.
Quizá sea una pérdida de tiempo.
No obstante, es mejor tratar por todos los medios posibles si desean encontrar las otras piezas del Sello.
— Wei Ying... —Lan WangJi toma un respiro antes de contarle algo importante—. También necesito contarte algo.
— ¿De qué se trata?
— Nuestro hijo sigue vivo.
Jin ZiXuan se ahogó con la comida. Wei WuXian tardó en reaccionar para auxiliarlo y evitar que su cuñado acabara muriendo por un pedazo de vegetal.
Una vez que el Omega Jin escupió la comida, tosió y no supo que decir. Wei WuXian también trató de asimilar la noticia de Lan WangJi.
Se contentó segundos después y sin pensarlo, abrazó a Lan WangJi.
— ¡Te lo dije! ¡Lan Zhan, lo has encontrado!
— Mnn —Lan WangJi no lo resistió y correspondió al abrazo.
— ¿Cómo sabes? ¿Dónde está el muchacho? —preguntó Jin ZiXuan aún sin salir del asombro.
Wei WuXian tosió y se alejó de Lan WangJi, esperando una respuesta.
—No puedo decirlo.
— ¿Qué? —Wei WuXian se alteró—. ¡¿Por qué?!
El Alfa suspiro e intentó acomodar sus ideas, ya que era complicado de explicar.
Un día Lan WangJi se reunió con Wen Qing, ya que la mujer tenía las maquinas necesarias para realizar una prueba de ADN. Le costó trabajo conseguirlas pero Lan WangJi estaba muy insistente. Porque él sospechaba que Lan SiZhui era su hijo. Necesitaba con urgencia salir de la duda y sólo los de la secta Wen tienen ese tipo de acceso para realizarse este tipo de exámenes. Muy injusto para las otras sectas.
Una vez listo el resultado, los hermanos Wen y Mo Xuan Yu quedaron con la boca abierta y hasta saltaron de alegría por SiZhui.
Lan WangJi quedó más pálido de lo que realmente es. Tardó un buen rato en procesar el descubrimiento más maravilloso del mundo.
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Los ángeles también lloran.
RomanceUna profecía muy vieja, dicta que un niño (un Beta), hijo de los mejores cultivadores y de dos varones dará fin al clan Wen, asesinando a su líder actual y destruirá el Sello del Tigre, un amuleto que por siglos se encuentra perdido y todos lo busca...