Peter Pan. Todo el mundo conoce la historia donde los niños nunca crecen y pelean con piratas, viven rodeados de indios, sirenas y hadas. Todos los días hay nuevas aventuras.
¿Qué pequeño no desea visitar y quedarse para siempre en el País de Nunca Jamás?
Poder volar y tener el valor suficiente para enfrentarse contra los malvados adultos.
Pero está es la realidad. Las hadas no son amables, las sirenas se quieren comer a la gente y los niños no saben defenderse ni mucho menos volar por los aires.
Al menos que estés bajo el cuidado de Xue Yang porque enseña a los pequeños robar, enfrentarse a los mayores y ser valientes.
Hay un Omega en el pueblo que coquetea con los Alfas más ricos que ha podido encontrar. Tiene un vestido negro al estilo victoriano y sus cabellos están amarrados en una coleta.
Una vez que se despide de los Alfas, se aleja y se dirige a un rincón para revisar los monederos que exitosamente robó.
—¡Ladrones!
Escucha el Omega un escándalo, se trepa en el techo para poder ver mejor el acontecimiento.
Dos niños pequeños están corriendo lo más rápido posible. Entre sus brazos llevan mercancía robada.
El niño con parche es atrapado. Lanza golpes en vano. El hombre intenta darle una bofetada pero otro niño vestido de verde le da una patada en la entrepierna, consiguiendo que el adulto suelte a su amigo.
Los menores siguen con su escape.
Otros mayores con aspecto desagradable y con obesidad se ponen frente a ellos, bloqueando su paso. Sin embargo, el Omega salta desde el techo y aterriza sobre los gordos.
— ¡Xue Yang! — se emocionan los niños.
—Shen Yuan, Hua Cheng... es una falta de respeto no despedirse antes de retirarse— anuncia Xue Yang mientras saca unas canicas.
Los Alfas regordetes no pueden levantarse y las victimas de las fechorías de los niños se dirigen a ellos a toda velocidad.
El Alfa menor y el Omega menor se despiden con la mano antes de que Xue Yang arroje las canicas al suelo para que dejen salir un humo gris.
Los tres ladrones desaparecen.
Jin ZiXuan y Jin Ling caminan hablando, recuperando el tiempo perdido y disfrutando de su compañía.
Wei Ying se rinde, no quería estar con los mocosos pero al final tuvo que acceder, después de todo le interesa reencontrarse con su mamá. La extraña bastante.
La niña de los ojos blancos los guía hasta un enorme árbol de cerezo.
—Es aquí.
Nunca habían visto un cerezo tan grande. Incluso Jin ZiXuan y Wei Ying que han visto muchas cosas quedan asombrados.
YOU ARE READING
Los ángeles también lloran.
RomanceUna profecía muy vieja, dicta que un niño (un Beta), hijo de los mejores cultivadores y de dos varones dará fin al clan Wen, asesinando a su líder actual y destruirá el Sello del Tigre, un amuleto que por siglos se encuentra perdido y todos lo busca...