Cuando siente que se encuentra entre las aguas heladas del mar, abre sus ojos brillantes y observa a sus amigos llenos de escamas, cola, branquias y las pupilas un poco extrañas.
—¡Wow! Mírenme, soy una sirena —se ríe JingYi. Sus escamas son azules como las de Lan SiZhui.
—¡Eres un monstruo marino! ¡Las sirenas no se ven así! —le corrige Jin Ling, sus escamas son amarillas con toques dorados.
—Seriamos tritones, ¿no? —se confunde OuYang ZiZhen. Él es de un color verde claro y A-Qing tiene un tono más oscuro.
Xue Yang, que tiene escamas negras y franjas azules, se ve obligado en quitarse las botas, lo lastiman.
Los demás hacen lo mismo que él, sus pies son aletas y serán útiles para nadar con más rapidez.
Sin embargo, A-Qing tiene una aleta, no dos como ellos.
El Beta guarda los calzados de todos en su bolsa Qiankun.
—Te quedaste sin piernas, mocosa —se burla Xue Yang de A-Qing. La niña le pega con su bastón.
—¡Piérdete!
—Chicos, vamos al Arrecife Coral. No perdamos tiempo —dice SiZhui.
—Síganme, hay un atajo por aquí —indica OuYang ZiZhen y todos van tras él, nadando con un poco de dificultad, les cuesta acostumbrarse a sus nuevos cuerpos.
SiZhui admira las maravillas del mar. Es como estar en un sueño agradable y divertido. Algunos peces se le acercan y se meten entre sus túnicas, provocándole cosquillas.
A-Qing se divierte recogiendo corales en el camino. A los niños perdidos les gustara tenerlos como juguetes. Mientras toma un coral, su mano roza con la de JingYi. Él hace lo mismo que ella.
—Oh, lo siento, puedes quedártelo —se disculpa JingYi ruborizado.
—Ya tengo bastantes.
—Insisto.
—¡Dejen de coquetear y sigan nadando! —les regaña Jin Ling.
—¡¿Quién coquetea?! —responden sonrojados A-Qing y JingYi. Xue Yang carcajea.
Siguen contemplando el bello paisaje, intentando memorizarlos eternamente en sus cabezas.
OuYang ZiZhen ve en la arena un coral muy bonito. Lo toma antes de que se lo ganen y lo guarda con una sonrisa.
Hasta que un olor conocido invade sus narices.
Los seis detienen sin poder creer lo que ven.
¿Cómo es que eran ignorantes de eso?
Cadáveres de sirenas.
Basura por todos lados y el agua repentinamente se ha vuelto gris, con mal olor y mientras más nadan, es incomodo.
JingYi traga cosas sin querer, la aleta de A-Qing se atora con una red de la Secta Jin y pronto miran hacia arriba.
Les cae sobre ellos un montón de basura.
Un bote acaba de pasar y arrojo sus porquerías.
—¡Mierda! No puedo respirar —admite JingYi.
Jin Ling consigue liberar a A-Qing y se sacude para quitarse las cascaras de banana. Xue Yang maldice, algo se le metió por la nariz y no consigue sacarlo.
—¡Malditos cerdos!
SiZhui se da cuenta que las escamas de ZiZhen palidecen, y sus ojos muestran terror.
YOU ARE READING
Los ángeles también lloran.
RomanceUna profecía muy vieja, dicta que un niño (un Beta), hijo de los mejores cultivadores y de dos varones dará fin al clan Wen, asesinando a su líder actual y destruirá el Sello del Tigre, un amuleto que por siglos se encuentra perdido y todos lo busca...