Corazón y cabeza

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Una vez SiZhui intentó irse del Receso de las Nubes.

Ese día los estudiantes estaban golpeándolo, incluyendo los del clan Lan.

—No comprendo porque HanGuang-Jun decidió tomarte como un discípulo del clan Lan — se quejó una Alfa.

—Das asco, eres un prostituto. Siempre lo serás — señaló Jin Chan.

— ¡No lo soy! — Lan SiZhui se limpió la sangre que escurría de su nariz.

Las ropas del Beta estaban maltratadas, su pelo en desorden y por alguna extraña razón no se regeneraba tan rápido.

Tenía su labio partido, el ojo izquierdo morado y un brazo roto.

No recuerda quien pero alguien le dio una patada en el rostro que le dejo totalmente mareado. Todo daba vueltas y vueltas.

—Jin Chan, dijiste que se regeneraba. Mentiste — mencionó un Omega —. Yo quería divertirme con él sacándole los intestinos.

—Se regenera. Lo juro. Cuando me insinuó permitió que lo apuñalara. Le encanta.

—Yo... yo no te insinué — temblaba SiZhui.

—¡Se los demostrare!

Jin Chan tomó a Lan SiZhui del cuero cabelludo, lo arrastró hasta un lago y hundió su cabeza en el agua.

SiZhui luchaba para liberarse del agarre del Alfa pero no lo conseguía. Sentía como el agua entraba por su nariz y boca.

El resto de los niños se burlaban de la situación.

—Lo mereces por ser una mancha del Clan Lan.

—Un prostituto no pertenece aquí. ¿Escuchaste?

—Este no es tu lugar, maldito puto.

—Mejor busca un burdel. Es tu lugar.

—Alguien como tú no merece la protección de HanGuang-Jun

—Oigan... dejó de moverse... — dijo aterrada una Omega.

Jin Chan entró en pánico y sacó a SiZhui del agua. Se aterró y arrojó al Beta lejos de él.

—¡Lo mate! — lloró Jin Chan retrocediendo varios pasos.

Dos personas estaban corriendo hacia los estudiantes asustados.

Esa "travesura" llegó bastante lejos.

Jin Ling se quedó helado al ver a SiZhui en el suelo herido, mojado y sin respirar.

—¿Qué hicieron? — Jin Ling apretó con fuerzas la empuñadura de su espada —. Maldito Jin Chan...

—¿No se supone que este prostituto se regenera? — señala Jin Chan a SiZhui —. Yo no le hice eso... él... él se lo buscó. Ese maldito prostituto se lo buscó...

JingYi estaba tan enojado que le dio un puñetazo a Jin Chan.

Jin Ling dejo caer su espada para socorrer a SiZhui. Le administró la reanimación cardiopulmonar.

Treinta presiones y no había pasado nada.

Inclinó la cabeza de SiZhui hacia atrás, levantó su barbilla y cerró la nariz para después juntar sus bocas.

Por fin SiZhui escupió toda el agua que había entrado a su cuerpo. Tosió varias veces.

—¡Eres un idiota, Jin Chan! — gritaba JingYi. ZiZhen tuvo que sostener a su amigo para calmarlo y evitar que continuara masacrando a Jin Chan —. ¡Casi matas a SiZhui!

Los ángeles también lloran.Where stories live. Discover now