39. Maestra Eula

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Había un pequeño problema que estaba atormentando a Lumine, y no se trataba de nada más ni nada menos su nula capacidad para el baile, y tendría que practicar o algo si no quería hacer el ridículo en los ensayos.


—Te puedo ayudar en eso —sonrió Amber— conozco a alguien más bien

—¿Y crees que me podrá enseñar pronto?

—¡Claramente!, Eula es muy amable —sonrió posando sus manos en su cadera— ahora te doy su dirección, espera un momento —dijo para comenzar apuntarla— Tal vez deberías decirle a Albedo que él te enseñe o tal vez no sabe

—¿Tú crees que Albedo no sepa hacer algo? —preguntó Lumine alzando la ceja

—¡Nunca sabremos si no le preguntas!, incluso, tal vez se ofrezca a enseñarte él mismo —dijo de manera pícara dándole ligeros codazos, ganándose un sonrojo de Lumine— Es broma, es broma —sonrió la castaña dejando de molestarla 

—De todos modos seguiré tu consejo —suspiró avergonzada— gracias —sonrió ligeramente al ver que ya le había llegado la dirección que le mandó Amber

—¡Ya me dirás cómo te fue! 




La rubia asintió, para comenzar a dirigirse hacia donde sería el laboratorio, hora de preguntar a Albedo.

Sinceramente si que tenía la ligera esperanza de que le dijese que si sabía y que la enseñaría o que negase saber bailar, así tal vez podría conocer más facetas del rubio.





—Ey Albedo —sonrió entrando al laboratorio— ¿Y Sacarosa y Timaeus? —preguntó extrañada mirando a los lados

—Tenían recados que hacer —se secó las manos con una toalla— ¿Les necesitas para algo?, tal vez yo te pueda ayudar

—¿Uhm? —murmuró extrañada pero luego negó con las manos con una leve sonrisa— Vine a buscarte a ti, solo que me parece raro no verlos contigo aunque sea solo Sacarosa —continuó con la sonrisa y posó sus manos tras su espalda en un gesto inocente— Solo vine a preguntarte si sabías bailar para la obra teatral

—¿Bailar? —preguntó de manera retórica, pero luego negó— nunca vi la necesidad de aprender, así que no —dijo de manera concisa

 

—¿E-eh? ¿¡Enserio?! —posó sus manos en la mesa— ¿¡Él gran Albedo no sabe algo?!  —abrió sus ojos más que sorprendida

—Soy humano después de todo —dijo soltando una leve risa— No debería sorprenderte

—Y-ya... pero no me lo esperaba —murmuró jugando con sus manos

—¿Me ibas a proponer que aprendiésemos juntos?

—En realidad le pregunté a Amber para no molestarte con eso, pero no pensé que de verdad no supieses... —susurró de manera algo tímida— De todos modos pensaba pedirle a una tal Eula si me podía ayudar


—Oh, ella, seguramente que sea una gran profesora —sonrió este

—B-bueno... ya que no sabes y tal podríamos ir juntos a que nos mostrase —dijo con cierta ilusión



Albedo se quedó pensando unos, el siempre prefería la comodidad de su estudio, pero por una vez y por aquella ocasión, no estaría mal probar a soltarse un poco y aceptar la proposición de la chica.





***





—¿Humn? ¿Hermana de Aether? —dijo Eula de brazos cruzados mirándola— es difícil dudar de ello —sonrió un poco— cómo tu hermano tiene que recibir una venganza mía, por buscarme la recibirás por él —sonrió

—¿V-venganza? —preguntó algo nerviosa 

—Tranquila, Eula es así —soltó una leve risa

—¿Te estás burlando de mi? ¡La venganza será mía! 







Lumine miró confuso a esos dos, pero sin más preámbulos la mujer empezó a enseñar a aquellos dos a aprender, y que decir...

Cómo era de esperar de Albedo, aprendió al segundo, mientras que Lumine parecía pato mareado tratando de seguirles el paso.

Pero ya al cuarto intento, la rubia se las pudo apañar además de dejar de pisar a Albedo, que en verdad le prestaba bastante poca atención a eso, sus zapatillas eran resistentes, aunque se le cayese un partillo en los pies ni lo sentiría.







—Perfecto —aplaudió Eula complacida al ver que los dos pudieron realizar la pieza de manera natural— con esto debería bastaros







Albedo y Lumine se miraron con una sonrisa, para chocar palmas en señal de complicidad, y mientras Eula, se quedó pensando en algo.



—Por cierto Lumine —la llamó la peli celeste acercándose a ella con unos documentos— escuché de tu situación

—... ¿Cuál exactamente?

—Lo del abismo, me lo contó Yanfei —dijo posando su mano en su cadera— si tienes problemas cuando lo sepan y la gente te comienza a dejar de lado, puedes contar conmigo

—Gracias —sonrió a su vez que asentía





La chica se quedó callada cuando comenzó a irse con Albedo, sumiéndose en sus recuerdos, sonaba triste, y tal vez cruel, pero... tal vez volvía al abismo y seguiría haciendo lo que estuvo provocando hace apenas unos meses atrás.

Sus ansías de venganza por sus ex compañeros seguían ahí, por la propia ciudad de Khaenri'ah, además de que tenía más cuentas pendientes además de esa razón.







—¿Estás bien? —le preguntó Albedo poniendo su mano en su hombro

—Sí, solo estuve pensando en lo de decírselo a todo el mundo, apenas hay gente que lo sabe —suspiró llevándose la mano a la frente— he ir diciéndolo de uno en uno es agotador además de un mar de sentimientos, pero tampoco puedo gritarlo sin más y se me agota el tiempo

—Es una situación en verdad complicada, ¿necesitas que te ayude a que las personas no se lo tomen tan mal?

—Sinceramente dudo que sea hasta necesario —murmuró 

—Lumine

—Dime 

—Ya que confías tanto en mi, me gustaría que me ayudases en una cosa, sinceramente no se la conté a nadie y apenas hay personas que lo sepan, pero estoy dispuesto a confiar en ti

—¿Estás seguro Albedo? —le preguntó Lumine confundida





Estaba feliz de que confiase en ella, pero, ¿A qué precio?, ella en algún momento se convertiría en sus enemigos y mandaría todas sus amistades y a Aether a la mierda.

¿Por qué tenían que hacer más dura su posible traición en el futuro?




















Hay una historia de Scaramouche en mi perfil si os interesa-


Universidad de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora