Te llevare y te haré feliz.
Sus ojos, peligrosos y hermosos. Llorando sin control alguno, se arrepiente de no haber peleado por regresar...
A D V E R T E N C I A S.
_ Abuso psicológico y sexual.
_ No lo intenten en casa niños.
_ Solo Ficción.
_ Mike...
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Por la mente de Mike tan solo pasaba el hecho de que justo ahora estaba viendo a Mike. Exe desnudo. Su rostro rojo de la vergüenza, parecía un tomate tierno y bonito. Pero una incomodidad comenzó a crecer en medio de sus pantalones, su miembro, que tan solo veía en él la utilidad de hacer sus necesidades y nada más allá que eso, comenzaba a doler de la nada. La piel que tenía ahí se sentía estirada y era doloroso, su instinto lo primero que le dijo fue que se tocara allí para al menos tratar de calmar su dolor, vaya sorpresa que se llevo.
Al tocar su miembro con su mano temblorosa soltó un pequeño jadeo he incluso sentía como su pantalón apretaba un poco mas que antes, lo curioso era que esta vez no sentía tanto dolor como antes.
Sin estar aun muy convencido de lo que iba a hacer, suspiro intranquilo, abrió sus pantalones y vio cómo el bulto crecía aun más en su boxer, el suspiro que soltó ahora fue uno de miedo. Su hombría estaba descubierta ahora ¿cuándo había crecido tanto? Podía medirlo con su brazo y su pene era muy grande. Pero no entremos en detalles por ahora.
La piel de aquel lugar comenzaba a doler nuevamente al pensar en Mike. Exe desnudo, cerro los ojos y comenzó a revivir esa escena en su mente, una y otra vez, tocando la punta y llegando nuevamente a lo largo del miembro. Siempre imaginando al otro híbrido.
Sin darse cuenta y sin saber, se estaba masturbando pensando en Michel... en la misma habitación.
Sus suspiros comenzaron a ser erráticos pero se vio interrumpido por ¡Chan Chan Chan! El místico sonido de la llave cerrando el paso al agua que viene con presión.
Por alguna extraña razón algo le decía a Mike que tocarse así era malo, por lo que rápidamente y aunque le estuviera doliendo se metió su miembro en el pantalón tratando de disimular que este estaba parado.
Michel paso de largo, el de cabello rubio como el oro se confundió bastante ¿Qué no se necesitan toallas para secarse? En efecto se necesitan, pero el castaño oscuro ya llevaba unas, así que no necesitaba sacar otras del mueble.
– ¿Entonces... me quedare aquí? – Se preguntó el de menor edad entrando en pánico. - ¡EXEEEEEEEEE! - Se limito a gritar la pequeña criatura asustado. - ¡AYUDAAAAAAA! -
Al cabo de unos minutos llego Michel para ayudarlo a salir.
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