Esperanza

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Había soñado con ella los últimos dos días, no era un sueño normal, no era como los otros sueños. Estaba con ella, sobre ella, besándola, haciéndola suya.

Despertó bruscamente, estaba sudado, su respiración agitada y miró su entrepierna con una evidente erección. Se llevó una mano al rostro y se maldijo por tener esa clase de sueños con una mujer que no era su esposa, golpeó las sábanas.

Seis años y aún la recordaba: «estúpido», se dijo en voz alta.

No, no quería saciar sus ganas de sexo con su propia mano, era algo más que lo hacía arder en el interior. Era Eloise. Volvió a recostarse, anhelando soñar de nuevo con ella ya que era la única manera de tenerla entre sus brazos.




A la mañana siguiente llegó correspondencia. De Londres, un par de sobres sobre trabajo, trabajo, más trabajo y... Bridgerton.

Palideció y su sangre poco a poco abandonaba su pecho. Le costaba respirar, alzó la vista, nadie lo estaba mirando. Dobló la carta y la metió en su bolso. Caminó deprisa hasta su despacho y cerró la puerta.

Cuando se sintió listo, sacó el sobre, buscó el abrecartas y rompió el papel, dentro había una sola hoja con apenas un párrafo escrito y lo leyó:


Estimado Sir Phillip Crane.

Es un placer invitarlo a usted y a su familia a la semana de verano que realizamos cada año en Aubrey Hall. Como uno de los amigos de la familia Featherington y Bridgerton, sería un honor contar con su presencia.

Vizconde Anthony Bridgerton.


Lo leyó una vez más, ¿por qué ahora?

Dejó el pedazo de papel sobre el escritorio y siguió buscando dentro del sobre, cayó un pequeño pedazo de papel doblado por la mitad, revisó su contenido:


Phillip:

Adjunto una pequeña nota más informal, para pedirte que te unas a nosotros en la semana de verano, mi madre en persona ha pedido tu presencia.

Anthony.


La letra era distinta, era de Anthony lo supuso. ¿Su madre?, ¿la misma mujer que lo obligó a irse de Londres aquella vez? Sí, ella. 

Se puso de pie y caminó directo a la habitación de Marina, llamó antes de entrar y no recibió respuesta como siempre, así que entró cautelosamente.

Ahí estaba ella, mirando jugar a Amanda a través de la ventana, solo eso hacía, mirarla con rostro inexpresivo, luego, Amanda se fue.

Phillip pensaba que una madre al menos tendría una sonrisa en el rostro al ver a sus hijos jugar, él nunca lo sabría, perdió a su madre cuando era muy joven, pero era lo mínimo que esperaba de una.

—Marina —dijo, cuidadosamente.

Ella volteó y lo miró un segundo, después giró para seguir mirando por la ventana.

—Hemos recibido una invitación de Anthony Bridgerton.

Marina ni se inmutó al escuchar el apellido Bridgerton.

—¿Qué quiere? —preguntó hostilmente.

—Nos invitan a su casa de verano, supongo que por el final de la temporada social —explicó Phillip.

(REEDITADA) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || LAS COSAS QUE HICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora