Miedo

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Eloise Bridgerton jamás imaginó estar al lado de un hombre, pero ahí estaba esa noche, mirándolo babear su almohada, sí, en la que ella dormía. Creyó que envejecería sin que alguien pudiera llegar a tocarla como Phillip lo había hecho, no había significado un problema para ella hasta ese momento; tampoco creyó que las madres pudieran ocultar a sus hijas algo tan relevante como lo es un encuentro íntimo, y es que después de haber sentido los dedos y los labios de Phillip paseando sobre su cuerpo, entrando en ella y haciéndola estallar, quería más de él, necesitaba más de él.

Y sonrió. 

Phillip tenía el rostro pegado a la almohada, dejando descubierta su espalda, Eloise inevitablemente lo miró y descubrió las cicatrices. Desapareció la sonrisa, frunció el ceño. Se acercó a él y pasó sus delgados dedos por las marcas; quería sentirlas.

Phillip comenzó a moverse de manera extraña, ella volvió a mirarlo. Tenía los ojos cerrados, pero por el movimiento que hacían, sabía que estaba soñando y no era un sueño bueno... lo estaba atormentando.

—Suéltame —decía entre sueños.

—Phillip... —Eloise trató de despertarlo y movía su hombro.

—No me pegues... —Phillip parecía un niño pequeño tratando de protegerse.

—Phillip.

Y despertó, su frente brillaba a causa del sudor, tenía los ojos muy abiertos, al principio parecía estar muy confundido, no fue hasta que encontró los ojos de ella, cuando dejó salir el aire que estuvo conteniendo.

—Eloise.

Ella sonrió, colocando una mano en su mejilla.

—Estabas teniendo una pesadilla.

Phillip asentía, tomó la mano con la que tomaba su rostro y la llevó a sus labios.

—¿Estás bien? —preguntó ella.

—Sí —trató de hacerse una sonrisa.

Pero al mirarlo, Eloise supo que había algo más en su expresión... era tristeza.

—Puedes contarme.

—Tal vez otro día, esta noche no —volvía a sonreír con más ánimo.

—Las marcas en tu espalda... —comenzó a decir mientras mordía su labio inferior— ¿tienen algo que ver con lo que soñaste?

Phillip se lanzó sobre ella una vez más y la besó fugazmente, Eloise no pudo contener la risa que salió de sus labios.

—Prometo contártelo después, no quiero que nada arruine esta noche.

Ella sonrió y sin decir nada, tomó su rostro entre sus manos y besó su frente.

—¿Puedo quedarme contigo esta noche? —preguntó él, aún con los labios de Eloise pegados a su frente.

—Me sentiría ofendida si no lo hicieras.

Phillip alzó la cabeza y sus miradas se encontraron.

—Quédate conmigo... —soltó.

—Por supuesto, no te dejaría dormir solo.

—Para siempre —aclaró—. Que no sea sólo esta noche y la siguiente y la siguiente. Quédate siempre, conmigo; déjame estar entre tus brazos... justo como ahora lo haces.

Se incorporó un poco sin dejar de estar sobre ella y siguió hablando:

—Eloise, déjame darte una vida, déjame darte hijos... déjame... déjame ser tuyo.

Él sabía que había levantado la voz, no le importaba si alguien hubiera escuchado.

—Phillip... ¿Sabes lo que harían mis hermanos si se enteran de todo esto? ¿O tu mujer?

—No me importa realmente lo que diga ella, además... —él se encogía de hombros— Mis hijos te adoran.

—Mis hermanos no creo que te adoren a ti si llegasen a saber esto.

—Salvé a su hermana...

—Y después te la cogiste.

—Eloise Bridgerton —abría mucho los ojos —. Es la primera vez que te escucho decir un improperio... —soltó una sonrisa burlona—Además, aún no me la cojo.

—Phillip —susurraba Eloise severamente.

—No levantes la voz, nos escucharán.

Eloise, con una sonrisa, se llevó un dedo a los labios y Phillip volvió a besarla, introduciendo su lengua y sonriendo de vez en cuando hasta que ella terminó, empujándolo, hizo una mueca de dolor.

—Lo siento —dijo y miró su costado —. Estás sangrando de nuevo.

—No es nada—respondió sin darle importancia.

—Para mí lo es —Eloise se incorporaba—. Si alguien se da cuenta de las manchas de sangre en mis sábanas, seguro mi madre preguntará.

—Ya están manchadas...

Eloise tiró las sábanas, efectivamente, pudo visualizar algunas gotas de sangre.

—Phillip.

—Te dije que de alguna extraña manera ya no eras virgen.

—¿Cómo lo explico?

Phillip encogió un hombro y la miró:

—Si alguien pregunta... solo diles que se te ha adelantado el periodo o que te ha sangrado la nariz...

Eloise se mantuvo en silencio unos segundos, recogió unos mechones de pelo detrás de sus orejas y respondió:

—Lo siento, es solo que... no sé cómo ocultar algo como esto a todo el mundo... Tengo una especie de miedo.

—Puedo irme, si tú lo deseas.

—No, Phillip.

Él se mantuvo en silencio, volvió a recostarse y sonrió mientras miraba al techo.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó ella.

—Las veces que dices mi nombre: Phillip, Phillip, Phillip. Eres la única persona que conozco que me llama así.

—Supongo que tendrás algún amigo que te llame así.

—Todos me llaman Crane, o milord, o Sir Phillip o cualquier otra muestra de respeto... pero ninguna de afecto como la tuya.

—Phillip —decía ella, sonriendo.

—Tu Phillip.










(REEDITADA) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || LAS COSAS QUE HICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora