¿Estás bien?

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Después de un breve silencio, lo miró: su cabello despeinado era más claro cuando estaba cerca, además, olía a café y sus ojos... Eloise amaba sus ojos.

—Si hubiera una manera de aceptar todo lo que me has ofrecido, lo haría —musitó.

Phillip abrió mucho los ojos, ella miraba hacia la ventana.

—Lo sé.

Ella sonrió:

—¿Qué haremos?

—Ya se nos ocurrirá algo.




***

Los primeros rayos del sol se filtraron a través de las cortinas; Phillip estaba despierto, llevaba al menos treinta minutos así, sabía que era hora de marcharse si no quería que los descubrieran. Eloise dormía profundamente, podía escuchar su respiración. No quería despertarla, tampoco quería salir de su cama, pero tenía que hacerlo. Besó su frente suavemente y se levantó. Buscó su ropa de dormir en el suelo, volvió a vestirse y salió del dormitorio.

En el pasillo se topó con una cara conocida que no hizo más que mirarlo atónito.

—Sir Phillip —susurró Michael con los ojos muy abiertos y el rostro palidecido.

—Stirling... —dijo casi sin poder respirar— Yo... mira, yo...

—No, no —alzaba las manos—... no lo explique.

Michael alcanzó a escuchar el rechinar de una bisagra, alguien más había salido; tomó a Sir Phillip de los hombros y lo obligó a alejarse de esa puerta.

—¿Madrugando? —preguntó Gregory cuando apareció.

—Las necesidades nos obligan —respondió Michael con una sonrisa en los labios.

—Muy cierto —miró a Phillip— ¿qué hace fuera de su cama, Sir Phillip? Hace bastante frío para caminar descalzo y sin abrigo.

Phillip miró sus pies, se preguntó por qué no había pensado en su calzado.

—Lo siento...

—No se preocupe, pero será mejor que mi madre no lo vea así.

Phillip sonrió incómodo:

—Tiene razón, Lord Bridgerton.

Gregory alzaba una ceja.

—Hace una semana era Gregory.

—Bueno, me voy. Necesito orinar —se apresuró Michael y desapareció.

Miró de reojo a Phillip.

—¿Usted no quería hacer lo mismo? —Gregory señalaba en dirección de Michael.

—No, yo...

—¿Le resulta difícil? Porque yo puedo...

—No —se apresuró a decir—. Regresaré a dormir.

Phillip hizo una última reverencia y se alejó hasta encontrar su habitación y entrar; tenía la respiración alterada y sentía pánico, verdadero pánico. 

«Debí salir antes», pensó.

Permaneció sentado en el borde de la cama, pensando en sus acciones, no se arrepentía, por supuesto; pero tenía miedo, miedo de que pudieran hacerle daño a Eloise, dañar su nombre, el de su familia o peor aún, que alguien la hiriese. Y eso lo incluía a él, ¿qué tiene él para darle?, se preguntaba una y otra y otra vez. Se había dejado llevar por sus sentimientos y sus deseos.

(REEDITADA) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || LAS COSAS QUE HICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora