¿Bailas?

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Hyacinth miraba dormir a su hermana, le había prestado un camisón para dormir. Su madre estuvo buscándola durante una hora hasta que un sirviente le entregó una nota de su hija menor diciendo que estaba en su habitación y que probablemente se quedaría ahí el resto de la noche. Entonces la miró dormir hasta que los ojos de Hyacinth se cerraron de cansancio.

Phillip no había podido salir de aquel armario, su cuerpo temblaba de frío y de rabia. Creyó, creyó, creyó...creyó que ella lo recibiría con los brazos abiertos, que lo besaría y que tal vez diría que lo había extrañado durante todos esos años, en lugar de eso, salió corriendo, aterrada. No supo cuánto tiempo duró encerrado hasta que llegó a su dormitorio arrastrando los pies y la niñera estaba de pie junto a su puerta.

—Sara —dijo con voz cansada—, ya deberías estar durmiendo, ¿pasa algo con los niños?

—No —la chica sacudió la cabeza—. No lo encontrábamos por ningún lado, sus hijos comenzaron a preocuparse.

—Estoy bien, vete a descansar.

Sara asintió y se marchó.

Él entró, dio un portazo y se lanzó a la cama. No sabía qué sentir, no sabía qué creer.

«¿Por qué has venido, Phillip Crane? », se preguntó. Sus pensamientos se fueron apagando hasta que todo se volvió oscuro y tranquilo.




***

La familia Bridgerton tenía planeado un día de cacería el día jueves. Los planes seguían en pie, incluso después de la tormenta del día anterior, aún tenían que terminar la competencia de tiro. Así que los hombres salieron de cacería muy temprano, por supuesto, un sirviente llegó para despertar a cada hombre que se tenía contemplado en la lista, entre ellos, Phillip.

—¿Quién? —contestó él, al escuchar los golpes en la puerta.

—Milord, hoy es día de cacería. Anthony Bridgerton lo espera.

—Bajaré pronto —avisó.

No escuchó la respuesta al otro lado, supuso que con eso bastaba. La verdad, su cabeza dolía como si tuviera una terrible resaca, tenía escalofríos y sus piernas dolían bastante, sentía su cuerpo como una gelatina.

—No puede ser... —dijo, seguido, estornudó.

Era un resfriado.




***

Por la mañana, la doncella peinaba a Hyacinth, sentada frente al espejo mientras Eloise apenas podía abrir los ojos, le molestaba la luz del sol que entraba por la ventana. Giró para mirar de reojo a su hermana, estiró su cuerpo y volvió a plantarse en la cama.

—Buenos días, El —saludó Hyacinth. Miraba a su hermana por el espejo.

—¿Qué estoy haciendo aquí? —preguntó.

—No lo sé, dímelo tú —respondió—. No quisiste salir, tuve que mandarle una nota a mamá diciendo que dormirías conmigo.

—Listo, señorita Bridgerton —avisó la doncella, su peinado estaba terminado.

—¿Nos das un minuto? —Hyacinth miró a su doncella, esta asintió y salió por la puerta.

Eloise se incorporó y miró a su hermana girarse para poder hablar cara a cara.

(REEDITADA) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || LAS COSAS QUE HICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora