Quédate

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Phillip dejó cuidadosamente la taza de té a un lado y se levantó para poder mirar a Violet directamente a los ojos.

Extendió un brazo, le estaba pidiendo caminar con él, había muchas personas en la cocina y cualquiera podría escucharlos hablar. La mujer se adelantó y Phillip la siguió hasta que pudieron estar alejados de cualquier multitud para poder hablar:

—Después de tantos años pensé que podría hacer algo con Marina... —explicaba—, le rogué durante mucho tiempo, seguí su consejo y lo intenté todo. Me odia y no comprendo los motivos.

—No sé qué decir, Sir Phillip...

—Sigo amando a Eloise, incluso más que antes —dijo sin dudarlo.

Violet era la única con quien podía expresar sus verdaderos sentimientos.

—Mi hija tiene que casarse... aunque hayan pasado algunos años, ella piensa de vez en cuando en el matrimonio.

—Y sin embargo —Phillip agitaba una mano en el aire—, Eloise sigue soltera. Ella no quiere un esposo.

—¿A qué viene todo eso?

—Déjela en paz con lo del matrimonio.

—Es usted el que debería dejarla en paz.

Phillip se irguió ante él comentario de Violet.

—Eso mismo haré, milady.

Dio media vuelta, estaba decidido. Regresaría a Romney Hall, alcanzó a escuchar el último comentario de Violet:

—Siento mucho la situación que tiene con su esposa.

No se detuvo, sentía que había cometido un grave error al estar ahí.




***

Eloise había terminado de derramar sus últimas lágrimas, no era de las que lloraba y eso le extrañaba a su hermana, no recordaba cuándo había sido la última vez que había visto a su hermana así.

—Dime algo... —Francesca se sentaba en un extremo de la cama— ¿En qué momento comenzaste a sentir algo por él?

Eloise se encogió de hombros.

—No sé qué siento por él, Francesca —se mordía el labio inferior—, además, le dije a madre que regresaría a Londres.

—No te haré cambiar de opinión con nada. Me consta que no quieres estar aquí.

Eloise le dedicó una sonrisa llena de tristeza.

—Sólo quédate hoy y termina la competencia de tiro —Francesca le devolvía la sonrisa—. Mañana yo misma te ayudaré con tu regreso.

—Está bien.




***

Era jueves, ya habían pasado algunas horas desde que Phillip les había indicado a algunos sirvientes, prepararan todo para su regreso a casa; habló con Sara, sus hijos tenían que estar listos para su regreso.

—Papá... —suplicaba Oliver— No queremos irnos.

—Hemos hecho amigos aquí... —agregaba Amanda.

Los niños llevaban al menos diez minutos rogándole a su padre que se quedasen hasta el viernes, que era el último día.

—Basta niños... —susurró.

(REEDITADA) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || LAS COSAS QUE HICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora