prólogo.

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Narrador: diálogo
Narrador: " pensamientos"
Narrador: (acciones)

Narrador omnisciente

Hace unos cuantos años en el reino de ko que significa niño, existía una pequeña princesa de cabellos rubios y ojos miel, ella era la siguiente sucesora al trono de ko para guiar a los Senju, sin embargo estaban en guerra, muchos reinos cayeron pero ellos no se rendirián ante nada.

La pequeña princesa fue creciendo hasta llegar a la adolescencia y entonces lo conoció, un joven de cabellos albinos, piel tostada y ojos negros, ella quedó prendada de lo maravilloso que se veía ese joven entrenando, ella sabía que los jóvenes tenían que participar en la guerra.

Todos los días lo observaba entrenar sin dirigirle una palabra, pues el no sabía quién lo observaba así que ella podía ver lo que quisiera, de el aprendió a defenderse con tan solo mirar al otro entrenar.

Un día la joven princesa llegó al mismo punto de ese espacios lugar, estaba en los límites del reino de Ko y el reino de Noha, ella esperaba al joven pero el joven estaba atrás de ella.

Joven— así que eres tú la que me miraba.

Princesa—¡¡WAAAA!!, ¡¡PERO QUE TE PASA!! ¡¡CASI ME MATAS DEL SUSTO!!

joven— y la culpa de quién es?

Princesa— TUYA POR SUPUESTO.

joven— lo siento pero yo no tengo la culpa de sentirme observado todo el plazo de mi entrenamiento y sentirme amenazado por futuros enemigos.

Princesa— lo siento mucho pero te descubrí una vez por venir por plantas medicinales, no fue mi intención de que te sintieras amenazado.

Joven— está bien, mi nombre es Jiraiya.

Princesa— yo me llamo Tsunade.

Jiraiya— bien Tsunade entonces que haces por estos rumbos tu sola?

Tsunade— vengo de vez en cuando para recoger plantas medicinales, cada día hay heridos por la guerra y muchos también mueren, quisiera que la guerra terminará y todos pudiéramos vivir en paz.

Jiraiya— yo también quisiera lo mismo, pero por ahora debo entrenar para ayudar a los demás.

Tsunade— tienes razón.

Ambos hablaron tranquilamente pero esa tranquilidad se esfumó cuando. Empezaron a ver humo a lo lejos.

Tsunade— no puede ser, atacaron la aldea.

Jiraiya— eres de la aldea de Ko?

Tsunade— si, me tengo que ir nos vemos después.

La princesa fue corriendo hasta llegar y para cuando llegó todo era horrible, había cuerpos sin vida y otros estaban calcinados, las casa estaban quemadas y para cuando llegó al castillo, se encontró con los heridos, todos siendo atendidos por las curanderas de la aldea, ella al saber un poco de medicina también las ayudó, algunos tenían puntas de flechas en su cuerpo y otros fueron cortados por espadas, todos se movían con eficiencia, ella estaba preocupada por su gente, así que que ayudaba con lo que podía, así paso un buen tiempo sin poder ir a ver a Jiraiya pero pronto iría por plantas medicinales otra vez.

Al llegar el día tan esperado Tsunade se dirigió al lugar y ahí lo encuentro.

Tsunade— hola Jiraiya.

Jiraiya— hola Tsunade, vienes por más plantas?

Tsunade— sí.

Jiraiya— puedo ayudar en algo?

el príncipe y el plebeyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora