Flor Salvaje

Prólogo

¡Eres la prometida del duque Alec Donovan Callen! ¡Deberías comportarte y actuar como una dama!.—Bramaba la voz furiosa de aquel jóven de mirada gris, quién en ese momento su vista se mantenía fija en aquella jóven de cabellera pelirroja qué solo mostraba una sonrisa burlona de oreja a oreja.

-¿Oh en serio? ¿Adivine qué su majestad? No soy ni pretenderé ser una de esas zorras estiradas de la alta sociedad que su única preocupación es casarse con un hombre rico y reunirse a tomar el té para contar chismes.—Respondía la voz de aquella jóven rebosante de diversión restándole importancia a la ira contenida en la voz de su prometido.— ¿Quiere una golfa noble? Vaya corriendo con sus padres y que le consigan una, ¿Quiere domar a una mujer salvaje? Aprenda a ganársela.

Salvaje.

Esa palabra lo dejó pensando por varios minutos sin nada que decir.

¿Cómo el hijo de la familia más respetada de Inglaterra había decidido tomar por esposa a una mujer que en su vida había vestido ropa decente y ni siquiera sabía la diferencia entre una cuchara para sopa y otra para café?

¿Como había podido fijarse en aquella chiquilla salvaje qué había encontrado viviendo a escondidas en su casa de campo? Una sola palabra respondía sus preguntas:

Había sido esa misma actitud salvaje y apasionada lo que había despertado su interés por ella.

Una mujer salvaje.

Una mujer apasionada.

Simplemente se había convertido en la Flor Salvaje de su jardín.