capitulo once

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El viaje a Shaftesbury había sido, tal vez, la experiencia mas incomoda en la vida de Daisy y Lily. No solo entendían porque estaban viajando en primer lugar, sino que su madre las había obligado a llevar a Petunia, quien no dejaba de quejarse de absolutamente todo. Parecia una película de autentico terror psicológico, tres horas en un bus en el medio de la nada, sin aire acondicionado y habiendo olvidado completamente llevar algo de comida o agua.

Evan Evans era el familiar de los Evans mas antiguo con vida, bisabuelo de las tres chicas de pie en la estación, era un hombre de cabello blanco y ojos azules, que a causa de la edad se encontraba descansando en su cama gran parte del día. Por alguna razón no le resulto ninguna sorpresa que sus bisnietas fueran a visitarlo tan de la nada y hasta parecia esperar que eso ocurriera.

—Y encima ese viejo no ha venido por nosotras—se quejo Petunia por decimo quinta vez en los últimos diez minutos, ojeando con desprecio a los habitantes del pequeño pueblo que paseaban de un lado al otro. 

—Es un hombre mayor, Petunia—le reprocho Lily, odiando la insensibilidad que su hermana mayor podía exteriorizar en algunos momentos.

—¿Hermanas Evans?

Las tres voltearon al mismo tiempo para observar a una chica de pie frente a ellas. Tenia largo cabello oscuro y era delgada, de contextura pequeña. Al ver que finalmente la notaban les dio una sonrisa mostrando sus dientes perfectamente blancos y removiéndose levemente en su lugar, como si le resultara algo extraño estar de pie frente a ellas.

—Mi nombre es Betty, Betty Salazar—se presento—Evan me envió a recogerlas para llevarlas a Golden Hill, el no se sentía muy bien esta mañana.

—Oh, al fin—rodo los ojos Petunia—ahí tienes mis maletas—las señalo para luego colocarse sus gafas de sol y caminar hacia el exterior de la estación, dejando a la morena con una expresión de sorpresa incomparable.  

—Por Merlin—murmuro Lily, tapando su cara con sus manos en símbolo de vergüenza. 

—Lo siento—negó Daisy, ella misma sorprendida de aquel comentario—Petunia es algo...especial. Lo sentimos mucho.

—No hay problema—dijo con una sonrisa incomoda—No puedes caerle bien a todo el mundo ¿cierto?

—Cierto—asintió Lily, encogiéndose de hombros aun apenada—Soy Lily Evans, un gusto Betty—le estrecho su mano. 

—Yo soy Daisy, hola. 

En el momento en que ambas manos se estrecharon, Daisy observo como Betty la miraba fijamente, sosteniendo su mano con suavidad y por mas tiempo del que seria normal hacerlo. La rubia sintió sus mejillas sonrojarse y estomago revolverse, algo sobre la forma en la que la morena la observaba la ponía nerviosa, una clase de nerviosismo que no había sentido con anterioridad. Después de unos buenos cuarenta segundos moviendo sus manos unidas hacia arriba y hacia abajo, Lily solto una risita y decidió intervenir.

—Y la trama se complica—murmuro la pelirroja. 

Llegaron a Golden Hill una media hora después, arrastrando sus valijas colina arriba y sudando de sobre manera a causa del ejercicio físico y el calor. Al llegar, Daisy distinguió a Lynx ya esperándola en el marco de una ventana del piso superior y sonrio levemente, a veces le gustaría tener alas y poder volar para llegar a lugares mas rápidamente. Cosa que haría, sin las alas, cuando cumpliera 17 años y pudiera sacar su licencia de apariciones oficialmente. 

La casa de su abuelo era la mas hermosa en todo el pueblo seguramente y hacia honor a su nombre de gran manera. Con el sol cayendo podían observar un bello color dorado teñir toda la colina, casi como si estuviera hecha de oro, pero la casa en la cima de ella resaltaba mas, mucho mas, parecia casi mágico. Y por un momento, Daisy deseo no tener que apartar sus ojos de aquella hermosa vista nunca mas. 

WHAT A TIME || regulus blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora