WHAT A TIME || regulus black

capitulo final

Daisy mantuvo a Regulus sujeto de su mano hasta que finalmente llegaron al campo de quidditch, completamente alejados de los ojos de cualquier persona, sabiendo a ciencia cierta que todos se encontraban demasiado ocupados durmiendo o comentando el chisme de todo lo que recientemente había ocurrido en la sala común de gryffindor. 

—¿Que esta mal contigo?—pregunto Regulus enojado—¿Cómo pudiste saber quien era ella todo este tiempo y no contárselo a nadie? ¿¡Eres consciente del peligro en el que podrías haber estado!?

—Lo habría hecho si hubiera sabido que fue ella quien abrió la cámara de los secretos—se defendió—¿y como lo descubrió Corvus, de todos modos? 

—Todos sabemos que el Señor Oscuro es descendiente de slytherin—dijo como si fuera obvio—no debió tomarle mucho tiempo llegar a esa conclusión cuando descubrió quien era. 

—No lo se—suspiro, dejándose caer sobre el césped recién cortado y recostándose sobre el para poder mirar las estrellas en el cielo. Esa noche se veían particularmente bonitas—Megara no era mala...no lo se. 

—¿Cómo estas tan segura?—pregunto, tomando asiento al lado de ella—Bien podria ser una bruja tenebrosa y estar engañando a todo el mundo.

—Hay mucho que no se sobre Megara, créeme—rodo los ojos, pensando en como parecia no saber nada sobre la morena—pero si se que no es malvada, que no es su padre. Lo se de la misma forma en la que se que tu no lo eres.  

—Estas equivocada, Dais—suspiro, sabiendo que finalmente había llegado el momento de decirle la verdad. En solo tres días tendrían que tomar el tren de vuelta a sus hogares para pasar las vacaciones de navidad y Regulus sabia perfectamente que esa seria la ultima vez que el y Daisy tendrían alguna especie de contacto directo el uno con el otro—Voy a recibir la marca tenebrosa durante las vacaciones. 

Daisy se sentó rápidamente, no pudiendo creer lo que sus oídos estaban escuchando. Pensar en Regulus siendo un seguidor de un monstruo como quien no debe ser nombrado no tenia sentido. Regulus no era un mortifago, no podía serlo. 

—No puedes—susurro. El slytherin la miro fijamente con sus ojos llenos de lagrimas y la gryffindor comprendió en ese momento que era cierto, todo eso estaba ocurriendo realmente. 

—No tengo otra opción, Dais—respondió en el mismo tono, temeroso de que alguien fuera a escucharlo ser vulnerable con la única persona que realmente significaba algo para el—Y cuando vuelva a Hogwarts ya nada será lo mismo...No podremos seguir juntos. 

—No digas eso—suplico, sus ojos llenándose de lagrimas ante la idea de vivir una vida sin Regulus. 

—Es lo mejor—contesto sintiendo su corazón romperse ante la vista frente a el. Levanto su mano y comenzó a acariciar la mejilla de su novia tiernamente, eliminando cada lagrima que se atreviera a caer y perturbar la belleza e inocencia en su rostro. Regulus no fue consciente de que el tambien estaba llorando hasta que Daisy empezó a imitar su acción, secando sus mejillas. 

—No es justo—contesto—No mereces esto, nada de esto—nego una y otra vez—Por favor no lo hagas...escapa de ellos, encontraremos la forma, idearemos algo como hicimos con Leonie... 

—Es diferente...ellos no me dejarían ir solo asi y lo sabes—nego amargamente. 

—Reg...solo ven conmigo, podemos ponerte a salvo.

—No puedes—aseguro—créeme Daisy, no hay nada que me gustaría mas que seguirte hasta el fin del mundo. Escapar de todo esto, de esta estúpida guerra. No sabes cuantas noches he pasado despierto pensando en lo increíble que seria poder vivir una vida normal contigo...graduarnos de Hogwarts y mudarnos a una linda casa en algun lado apartado de la ciudad, porque se lo mucho que te gusta el aire libre...podríamos casarnos y tener hijos, Kreacher vendría con nosotros y visitaríamos a Lily  los fines de semana para que nuestros niños se hagan amigos de el hijo que seguramente tendrá con Potter—rio, sus ojos brillaban ante la mención de todo lo que podria hacer si tan solo tuviera la oportunidad. Daisy no pudo evitar sonreír tontamente, todo lo que el decía sonaba tan perfecto y odiaba al universo por no permitirle cumplir cada una de esas cosas.