capitulo dieciocho

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—Vamos Daisy, arriba. 

Daisy se removió sobre su cama, tratando de cubrir el sonido de la voz de Megara con su cubrecama y de esa forma conseguir un rato mas de sueño. La rubia no había podido dormir bien en toda la noche, solo logrando un par de horas entrecortadas de perder la conciencia. La sensación de su cerebro pidiéndole descansar mas estaba pegándola a la cama y si bien sabia que debía levantarse, una parte de ella deseaba no hacerlo.

—Estoy cansada—murmuro haciendo que Megara suspire preocupada. Durante aquel verano Daisy le había comentado que solía no dormir bien, especialmente porque sufría de sonambulismo y a menudo se encontraba a si misma despertando en los lugares mas extraños sin recordar como llego a ellos.

—¿Recuerdas algo de anoche?—pregunto suavemente, sabiendo que la respuesta seria negativa. 

—¿Anoche?—frunció el seño, girando sobre si misma para poder observar a la chica que estaba sentada en el espacio libre de su cama—Anoche dormí poco.

—Si, pero cuando estabas dormida—le empezó a explicar—yo me desperté hace una hora y te encontré parada junto a la ventana. Alli es cuando te traje a la cama y te deje dormir unos minutos mas. 

Daisy rodo los ojos quitándole toda importancia al asunto. Ese era un comportamiento normal para ella desde que era niña. Eran incontables las ocasiones en las que Lily la había encontrado en otros lugares de la casa, incluso en la calle.

—No te preocupes, suele pasar—se limito a decir, cubriendo las sabanas de ella misma para poder levantarse—¿Por que me levantas tan temprano?—frunció el seño viendo que el reloj indicaba que aun faltaban dos horas siquiera para el comienzo del desayuno.

—James te pidió que lo asistas en las pruebas de quidditch, ¿recuerdas?—frunció el seño. Daisy sin dudas estaba rara últimamente.

Con solo una semana de clases, todos empezaban a notar que el comportamiento de Daisy no era el usual. Solía confundirse con las cosas mas sencillas, su desempeño escolar no era el mismo y empezaba a verse físicamente enferma, no solo por la falta de un buen descanso por la noche sino por los nutrientes que no estaba ingiriendo. Daisy se sentía extraña durante la hora del almuerzo o la cena y sin darse cuenta, estaba salteando mas comidas de lo que se consideraria "saludable".

—Oh, claro—frunció el seño—bien, te veré alli. Sirius dijo que te probarías para el equipo ¿no?

Una extraña amistad se había formado entre Megara y Sirius, que ahora pasaban cada minuto libre del día juntos. Daisy se sentía feliz por eso, le agradaba que Sirius tuviera compañía que estuviera para el en todo momento. Sabia que los merodeadores eran su mas grande apoyo, especialmente James, pero ellos también tenían muchas cosas que hacer y otras amistades. Megara no parecia verse interesada en conocer mas gente fuera del grupo dorado de gryffindor.

—Si—sonrio—escuche que necesitan un cazador. 

—Asi es, aunque será difícil llenar los zapatos de Frank. El era increíble.

—¿Es el novio de Alice, cierto?—pregunto, pensando en aquella gryffindor amiga de Lily que había conocido durante el desayuno hace algunos días. Daisy se limito a asentir y una vez preparada, salió por la puerta de su habitación—¡Okay, adiós!—exclamo soltando una risa, viendo como la rubia ni siquiera había recordado saludarla. Daisy sin dudas estaba confundida esos días.

Al bajar al campo de quidditch pudo observar como todo el equipo ya se encontraba alli, incluido el resto de los merodeadores y Lily que venían por apoyo moral. Les dedico una sonrisa de disculpa y entro a los vestidores a ponerse su uniforme rápidamente. 

WHAT A TIME || regulus blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora