WHAT A TIME || regulus black

capitulo quince

La noche caía en Londres pero las personas caminaban de un lado al otro como si no necesitaran irse a dormir en ningún momento cercano. El ruido de los autos, de la música ocasional y la charla indistinta era lo único que Daisy Evans podía distinguir mientras movía sus piernas en dirección a aquel oscuro callejón. Su cabello rubio estaba cubierto por una capa negra y si no pudiera sentir su propia respiración acelerada juraría que estaba muerta, no sentía nada, ni siquiera los nervios y el miedo que había experimentado antes de escaparse de la mansión Potter cuando todos finalmente se durmieron. 

—Regulus, Leonie—los saludo al verlos de pie al fondo de aquel callejón, ambos cubiertos con capas similares y la cabeza gacha para evitar que sus rostros sean distinguidos. 

—Estábamos preocupados de que no lo hubieras podido lograr—dijo Leonie, quien se veía extremadamente pálida y cuyos ojos estaban perdidos y carente de emoción. Esos últimos días parecían haber pasado factura finalmente, o tal vez solo era un efecto de la poción.

—Lamento haberme retrasado—se disculpo—¿todo salió bien?

—Si—asintió su amiga—bebí el filtro de muertos en vida que Regulus preparo esta mañana pero antes lance una maldición con mi varita y deje una nota de suicidio para justificarlo de esa forma. 

—La nota decía que ella estaba quitándose su vida a causa del amor secreto que sentía por un hijo de muggles que había conocido en Hogwarts—le explico Regulus—su familia la tachara como una traidora de la sangre y no le darán un funeral, es mas, trataran de borrar cada rastro de que ella alguna vez haya existido del mundo mágico.

—Mis padres hicieron que los elfos me lanzaran en un campo lejano a la casa, como si fuera una cosa—rio Leonie amargamente, claramente herida del despreciable trato que su familia le había dado al creer que estaba muerta—Alli es donde Regulus me busco, me asistió con la poción de wiggenweld y eso fue lo que me despertó.

—¿Tu parte esta lista?—pregunto Regulus, ignorando la mirada de dolor que Daisy había puesto al escuchar la historia de la chica frente a ellos.

—Mi madre te esta esperando en Madrid—explico a Leonie—alli tiene una familia amiga, el marido es muggle y la mujer es bruja, tienen un hijo además. Están dispuestos a recibirte y hacerte pasar como una prima lejana de la familia, empezaras tu vida alli, al menos hasta que nazca el bebe. 

—¿Qué familia?—quiso saber Leonie, nerviosa con la idea de irse a vivir a otro país con personas que no conocía para nada.

—Los Wood—contesto—Aaron y Eliza, y su hijo Oliver, es un bebe a penas. Ellos se encargaran de conseguirte nuevos documentos y pasaras a llamarte Diane Wood, ese es el nombre con el que debes firmar todas las cartas que nos envíes. 

—Por favor, recuerda escribirnos de vez en cuando pero no tan seguido—le recordó Regulus—y en especial a mi, temo que estén revisando mi correo. Es mas, solo escribe a Evans y ella me contara lo importante.

—...¿Los volveré a ver?—pregunto Leonie con lagrimas en sus ojos, eso realmente estaba pasando, ella realmente estaba despidiéndose de sus amigos, tal vez para siempre.

—Haremos todo lo posible—afirmo Daisy, sabiendo que no podía hacer promesas en ese clima realmente.

—Díganle a Sirius que lo amo, y que lo siento. Y Dais, por favor cuida de Corvus—suplico. 

—Claro que si—asintió ella para que el chico la imitara luego de unos segundos de, seguramente, considerarlo. 

La estación de tren parecia mas oscura que cualquier otro lugar de la ciudad. Pocas personas estaban esperando por abordar el transporte a esas horas y el silencio era tan grande que se podía escuchar a los tres adolescentes caminar lado a lado sin importar que tan lejos estuvieras de ellos. Sus capas ya habían sido guardadas y tenían ropa muggle camuflándolos con el resto de las personas, Leonie era la única que no parecia quien realmente era a causa de que su largo cabello negro estaba siendo cubierto por una peluca rubia que la volvía alguien completamente diferente.