S I E T E.- t u s e c r e t o

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«Todas las historias de amor son historias de comienzos

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«Todas las historias de amor son historias de comienzos. Cuando hablamos de enamorarse, vamos al principio, para señalar el momento de la caída libre«. —Meghan O’Rourke.

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Mariella terminó de aplicar delineador en sus párpados y sonrió satisfecha por el resultado, no se había maquillado demasiado porque para empezar, en su maleta sólo empacó lo básico: rimel, labial y delineador

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Mariella terminó de aplicar delineador en sus párpados y sonrió satisfecha por el resultado, no se había maquillado demasiado porque para empezar, en su maleta sólo empacó lo básico: rimel, labial y delineador.
No sabia si la cena seria algo formal, pero de todos modos eligió un vestido ligero con estampados verdes.

Juan Pablo no se encontraba en la habitación, salió a aprovechar el rato para conocer los jardines de la casa, cosa que Mariella agradeció, pues su presencia la ponía nerviosa y más desde que minutos anteriores lo vio sin camiseta. Si él ya la consideraba despistada, luego de eso, quizá se preguntaría si ella tenía cerebro porque ya se había tropezado al menos siete veces con sus propios pies por estar pensando en Villamil sin camiseta.

Se sentía un poco culpable de estar pensando en otra persona mientras que su prometido estaba a kilómetros.

¡Erik!

Mariella se golpeó la cabeza con la mano al recordar que en varios días ni siquiera se había molestado en hablarle a su novio. Es más, ni siquiera un WhatsApp o mensaje.
La castaña tomó su teléfono y solicitó una vídeollamada en el perfil de Erik. De inmediato, Erik atendió. Mariella sonrió al verlo, él jamás la hacía esperar y ella no podía decir lo mismo.

—Ey—dijo él sonriendo—. ¿Todo bien?

Mariella volvió a sonreír, esperaba reclamos por no haberse acordado de él, pero Erik no era así. Jamás había reclamos de su parte.

—Todo bien—respondió ella sonriendo—. Perdóname por no haberte hablado. He estado un poquito atareada.

—Entiendo, Ellie—dijo él llamándola por el apodo cariñoso—. ¿Es por lo del artículo, ya encontraste inspiración?

—Sip... algo así—respondió Mariella con una pequeña mueca.

—¿Sobre qué escribirás?—cuestionó con interés.

Buscando el rostro de Julieta |  j.p. villamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora