"Cuando te vi me enamoré
y tú sonreíste porque lo sabías."
—WILLIAM SHAKESPEARE▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬✑
Julieta se sentía nerviosa y el corsé que se ajustaba a su figura no le ayudaba mucho, al contrario, sentía que apenas y podría respirar. Ya tenía una silueta menuda y no veía el porqué debía verse aún más ajustada, pero eran órdenes de su madre y no estaba dispuesta a discutirle, Isabella Capuleto era una mujer de mano y opinión firmes, una simple chiquilla como ella no le ganaría nunca una batalla.
Julieta sería presentada a la sociedad de Verona, lo que la hacía sentir peor de incomoda. Había tenido la ciega esperanza de que pudiese estar un poco más escondida en su propio mundo antes de que su madre decidiera que era buen momento para buscarle un prospecto, pero llegar a los 20 años sin ningún pretendiente ya era demasiado para los planes que tenía su madre. Isabella Capuleto estaba ansiosa de verla desposada, sin importarle que a su hija no le interesaba aquello, el verdadero interés de Julieta estaba en confeccionar ropa. En diseñar, pero debía ser realista, iba a ser casi imposible que pudiera dedicarse a lo que ella quisiera por el simple hecho de que era una mujer y eso era sinónimo de esclavitud.
Los hombres podían ser lo que quisieran, podían andar tras muchas mujeres y nadie les cuestionaría su reputación, incluso podían darse el lujo de permanecer solteros y nadie les reprocharía. A las mujeres les tocaba conformarse con el sueño de ser esposa y criar niños. Pero Julieta no quería contentarse con sueños que no eran los propios.
Aún no sabía cómo, pero lograría convencer a sus padres de que su destino era confeccionar ropa, no aletear las pestañas para conseguir un hombre. Julieta tenía claro que había nacido completa y no necesitaba de un varón a su lado.Todos los que vivían en la casa Capuleto, sabían que ella era quizá una de las mejores confeccionadoras de Verona. Se la pasaba remendando ropa, agregando novedades a sus vestidos, diseñando vestidos, incluso las nuevas cortinas de color zafiro que estaban en el salón principal, habían sido de su autoría.
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Buscando el rostro de Julieta | j.p. villamil
Romance"Te buscaré aunque suene loco, de Bogotá hasta Buenos Aires..."