capitulo 4. Nuevos Desconocidos (II)

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Nuevos Desconocidos (II)

Cristel

Al llegar a la academia, me cambie de ropa y comencé con mi calentamiento, sé que debería haber pasado a la enfermería primero pero no quiero ver al médico, no todavía, si el medico en su chequeo descubriera  que me he torcido o esquinzado el tobillo me prohibiría toda actividad y eso es arriesgarme a que me remplacen en la próxima presentación  y primero me muero antes de ser reemplazada, también estoy consciente que el tomar la clase y seguir con los ensayos lo podría agravar sin embargo prefiero ese riesgo que la otra alternativa, después de todo Ian me dijo que no tenía nada y Adam siempre dice: << el que no arriesga no gana>> y prefiero eso a dejar de ser << The Swan Queen >>me he esforzado demasiado como para perderlo todo por un simple accidente.

Me mire en el espejo del salón y me mire la frente, justo donde Ian me había besado, no sé porque mis pensamientos cambiaron tan rápido pero no pude evitarlo, quizá Ian pueda venir a verme, una vez más me lleve la mano a la frente y pude sentir nuevamente sus suaves labios y su aliento cálido en ella.

Deje escapar un suspiro enorme y me concentre en mi calentamiento, si quiero que Ian venga a verme entonces tendré que esforzarme y dar un 200% de mí. Realizaba unos estiramientos de piernas cuando escuche un alboroto, por alguna extraña razón mis compañeras cuchicheaban emocionadas y dejaban salir unos pequeños grititos eufóricos y los dos hombres de la clase se comportaban extraño.

Como anteriormente confesé, poseo una enorme, gigante curiosidad y por supuesto este comportamiento tan raro llamo mi atención, tanto que me acerque a las chicas rubias y huecas del grupo, un enorme sacrificio debido a que no las soporto y ellas no me soportan a mí, esa es una de las razones por las que trato de evitarlas, las demás razones… bueno si tiene un IQ promedio podrán darse cuenta solos si desperdician solo cinco minutos con ellas.

Alce la mano para tocarle el hombro a una de ellas y pedirle que me dijera el motivo de sus gritos pero gracias al cielo en ese instante la puerta se abrió y apareció mi amigo Ryan, un morenazo bastante atractivo y fuera del alcance de toda mujer; estando los hombres un paso más cerca de conquistar su corazón.

El rostro de Ryan desbordaba felicidad y sus ojos estaban brillosos y desorbitados la combinación de todo eso daba como resultado una sola cosa: Hombres. Ryan vino directo a mí y me tomo del brazo para alejarme de las rubias con spaguetti en el cerebro.

-¿rubio o castaño? –le pregunte, no era necesario que me dijera de que se trataba.

-castaño claro y esta…. Ufff –se puso una mano en la frente y con la otra se abanicaba, eso me hizo reír a montones.

-¿tan guapo?

-más de lo que te imaginas -<< no creo que sea más guapo que Ian>> pensé.

Me tomo nuevamente del brazo y nos acercamos a la puerta, primero se asomó él y yo lo imite. En el pasillo se encontraba nuestra maestra, << la Madame>>  así insiste en que la llamemos y junto a ella había un chico alto, de piel blanca, cabello castaño claro y unos hermosos ojos azules aunque sus facciones eran demasiado finitas para mi gusto, en resumen me había equivocado este chico es muy guapo, no más que Ian pero si demasiado guapo para mi gusto, algo en él que no me dejaba confiar.

-vamos, aun no termino mis estiramientos –le dije a Ryan y lo obligue a alejarse de la puerta, el me miro suplicando que lo dejara espiarlo por más tiempo –tarde o temprano tendrá que cruzar esa puerta –la señale y justo cuando hice eso, la puerta se abrió y Madame y el chico nuevo entraron.

El cuchicheo se avivo entre todas, Madame mando callar a todos  y nos presentó al chico, su nombre era Jeremy, se unió a los cinco minutos restantes de calentamiento y las rubias plásticas lo absorbieron por completo.

Sentimientos controlados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora