Capitulo. 14 Una Cita y Morfeo

245 11 4
                                    

Capítulo 14. Una cita y Morfeo

Cristel

Montañas de ropa yacían sobre mi cama, vestido tras vestido, faldas, pantalones y blusas volaban uno tras otro al descartarlos ¡ninguno me convence para usar en mi cita! Ian me invitó a salir, ¡soy tan feliz! Y al mismo tiempo me muero de los nervios, de por sí ya es suficiente que su sola presencia me descontrole ahora agregarle que no tengo ni la más remota idea de a donde me llevara y eso complica un poco las cosas, influye en mi indecisión para elegir mi vestuario, porque es una cita y no iré en jeans ¡no señor! Seré una damita.

Por última vez me puse frente al espejo y coloque encima de mí los dos últimos vestidos que quedaban en el closet me mire y sopese como me lucia cada uno y al final me decidí por uno blanco con un craquelado discreto en azul pálido pareciera que destello con elegancia, me parece adecuado ya que además de ser lindo se combina perfecto la elegancia (mi tipo de elegancia) con lo casual, al ser tan suelto y justo en las partes adecuadas pero sobretodo es coqueto Ni sexy para no darle un mensaje equivocado ni tampoco es largo como el de una monja, honestamente es lindo.

Las manecillas del reloj son tan presurosos que están por marcar la hora exacta en que Ian pasará por mi. Como relámpago, inicie mi arreglo, primero me maquille y peine, y una vez eligiendo el vestido solo me tarde 45 minutos, hice record ya estoy lista y aún me sobran. 15 minutos, me calcé unos zapatos de piso en azul para no parecer como pollo quemado por culpa de los tacones, así no perdería el glamour.

Baje a la sala para encontrarme con mi madre, necesitaba su opinión, y quien al verme se emociona muchísimo, es verdad que sólo uso vestidos o faldas para ocasiones especiales y está definitivamente clasifica como una, no puedo ir como me gusta vestir siempre.

Mi madre emocionada me abraza y yo sonreí. Eso significaba que en verdad me veo linda, mi madre no me halaga solo porque soy su hija, al contrario me crítica si no me veo bien. Mi padre permanecía sentado en su sillón favorito bastante serio, aún no acepta que su "pequeña" (como todos no dejan de llamarme) tenga citas.

―Antes que nada debe conocer las reglas y oficialmente tiene que pedirnos permiso a nosotros― decía mi padre bastante autoritario.

―¡Papá! ¿En qué siglo crees que estamos?

―En el que sea, debo conocerlo y formarme una idea ¿qué tal si es un bueno para nada?

Estaba por interferir pero mi madre se me adelanto, eso me calmaba pues sabía que ella me apoyaría y cuando el asunto se calmaba, de la cocina aparece Adam con su dotación de frituras para disponerse a ver el fútbol con mi padre y cuando él me mira abre la boca de la impresión y deja caer todo al piso

―De ninguna manera ―grita y comienza a agitar las manos en negativo ―no te dejaré salir así de hermosa. ¡Anda! Cámbiate

Corrió hasta mí y con las brazos fingía taparme de una multitud inexistente, por un segundo creí que hablaba enserio pero su sonrisa me indicaba que estaba bromeando.

―¡Espera! ―Decía mi papá ― es verdad ¡no saldrás así! Te encerrare en la torre rapunzel

―¡Papá! ! -Grite y le di un zape a mi hermano, él solo reía y yo lo perseguí mientras él corría por toda la casa para evitar ser golpeado nuevamente -¡ven acá!

Adam reía y reía y mis padres también lo hacían, fue entonces cuando supe que mi padre se había puesto de acuerdo con Adam para molestarme y entre tanta risa se escuchó el inconfundible sonido del timbre y con el todos nos callamos súbitamente. ¡Ian llegó! ¡Llegó!

Mi padre con toda la autoridad del mundo declaró que el abriría la puerta, sin contenerme fui detrás de él; en cuanto mi padre abrió la puerta y vi a Ian me quede sin aliento, vestía tan sencillo y eso precisamente resaltaba su atractivo rostro y musculado Cuerpo, vestía jeans rasgados, una camisa negra ajustada y encima un saco que le daba ese toque formal pero sin duda algo que definitivamente me confirmaba que se trataba de él son sus botas estilo militar. Sonreí como boba en cambio, Ian, al ver a mi padre hizo uso de su mejor sonrisa y su encanto como arma mortal.

Sentimientos controlados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora