Luego de varios desencadenamientos históricos, la humanidad volvió a sus antiguas normativas de gobierno:Rey, reinas, príncipes, condes, etc.
Ahora, en el siglo "XXX", un grupo de jóvenes de alto rango, son básicamente obligados a unirse por alianz...
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Caminaba tan rápido que no le interesaban los gritos de su querido prometido, llamándolo insistentemente e intentando alcanzarlo.
Una locura, fuera de lugar y efectivamente algo que le parecía insensato y no tenía nada de lógica. ¿Habían adelantado su baile para mañana? Sin consultarle nada, ni siquiera esperar a su llegada al menos. No era justo;quien se iba a casar era él, no ellos, ¿tan difícil era un poco de consideración?
— ¡Kenma, por todos los cielos espera..! — la insistente voz del pelinegro y los ruidosos pasos agitados que daba para alcanzarlo resonaban perfectamente en sus oídos. Se detuvo, y fijó sus ojos en él con el ceño fruncido — Oye no me veas así, te estuve buscando toda la mañana para advertirte y que no te llevaras la noticia así.. ¿Dónde demonios estabas?
"Posiblemente huyendo de ti porque hace unas horas tuvimos sexo hasta que no recordábamos ni que día era" fue lo primero que pasó por la mente de Kozume, pero aguantó su comentario y relajó su rostro. Al menos quería advertirle — En el pueblo, quería aire fresco. ¿Está prohibido salir o..?
— ¿Hablaste con alguien? — interrumpió rápidamente.
— ¿Eh? Sí, con un sujeto pero..
— ¿Le diste tu nombre? ¿Algo de tu información personal?
Kenma arqueó una ceja por la inmensa confusión que sintió ante aquella pregunta, ¿qué importaba si dió algo de información personal? Claramente no lo hizo, ni siquiera le preguntó el nombre al chico — No — admitió —, ni mi nombre, ni absolutamente nada de mí. ¿Por..?
Sus palabras se cortaron al ver a un caballero acercarse a ellos sosteniéndose de las paredes, con pasos temblorosos y una mano en su estómago. Kuroo también desvío su mirada hacia ese lugar y, él entendió rápidamente lo que Kenma se había tardado en ver.
— Está herido — fue lo único que dijo antes de salir corriendo hacia el hombre.
El pequeños doncel miró con más cautela la situación y notó un camino de un espeso líquido rojo se espacia por el precioso y delicado piso del palacio.
Contuvo el aliento. ¿Qué había sucedido?
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