No era un cobarde.
Kenma no había dejado de repetirse eso ni un segundo. Lo hacía cuando se despertaba, en las tardes y cada vez que evitaba a cierto azabache que no solo era rey, sino también el padre de sus hijos.
Y se lo repetía aún más ahora. Con su equipaje casi listo para irse del reino por unos meses.
Pero él no era un cobarde. Tenía sus razones, quizás no eran tan.. Entendibles para las demás personas que no veían la situación como él, pero eran razones a fin de cuentas y eso era lo que importaba. No podía estar un día más en ese palacio, no desde que..
—¿Te vas?
He allí, la dichosa persona que Kozume Kenma ha estado ignorando durante la última semana: Kuroo Tetsurō. Su figura alta y ropas elegantes, parado justo en la entrada de su habitación con expresión pasmada e incrédula, Kenma incluso podía decir que parecía aterrado.
Tan solo verlo hizo que sus mejillas enrojecieran. Tetsurō llevaba el cabello desordenado, mucho más que de costumbre y tenía la cara roja, tan roja que parecía haber llegado corriendo al lugar. Como si alguien le fuera notificado que Kozume estaba empacando para irse.
—Un tiempo.. — respondió Kenma, casi en un murmullo. Dejó de ver al rey, demonios, se supone que lo estaba evitando, esa era la razón por la cual se iba.
—¿Un tiempo? — repitió el azabache, adentrandose a la habitación, como si eso le diera una respuesta a todo. Kozume sentía su mirada clavada en él, sentía la confusión y el horror, pero no tenía el valor de verlo a la cara. No ahora — ¿Y por qué..? Un segundo, ¿te llevas a los niños también?
—No los quiero dejar solos.
—Kenma-..
—Solo será una visita a Shoyo. Y posiblemente a mis padres-..
—¿Por qué te vas?
Cristo le ayude. Kuroo Tetsurō iba a causarle un infarto.
Desde su accidente en el pueblo, hace una semana, Kenma no ha podido sacarse de la cabeza aquella expresión suplicante junto a sus palabras. “Quédate conmigo”. Por supuesto, eso podría significar muchas cosas; quédate conmigo porque estoy hirviendo en fiebre, quédate conmigo por si la herida empeora, quédate conmigo ya que el doctor abandonó la habitación. Pero no, ninguna de esas opciones era la correcta y Kenma lo sabía, no importaba cuantas patas le buscara al gato, no podía ignorar el verdadero significado detrás de sus palabras.
Quédate conmigo. Solo eso. Que se quedara allí, en Ómicron, que críen a sus hijos juntos y puedan reparar todo el daño del pasado. Que no lo abandonara.
Y él quería todo eso. Lo estaba pensando desde hace tanto tiempo que las palabras le salieron solas.
“No tengo pensado irme a ningún lado.”
ESTÁS LEYENDO
Amor y Coronas (Haikyuu M-preg)
FanfictionLuego de varios desencadenamientos históricos, la humanidad volvió a sus antiguas normativas de gobierno:Rey, reinas, príncipes, condes, etc. Ahora, en el siglo "XXX", un grupo de jóvenes de alto rango, son básicamente obligados a unirse por alianz...