Presente.

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Una joven con la mirada perdida sobre la vista que la ciudad le brindaba, las luces que acompañaban cada edificación, una noche en la que probablemente no podría descansar de la mejor forma, así como desde hace un par de días la visita de un par de sueños la despertaban, sueños en los que recordaba lo que habían sucedido ya hace meses atrás pero que la marcaron, sabia la causa de su presencia en sus horas de sueño, y es que desde el día en que su mejor amigo le comento de esa posible reunión así como la confirmación de esa misma, le había removido diversos sentimientos, ella había aceptado y no se arrepentía de ello, no podía ser egoísta y dejar pasar una oportunidad como esta, ella más que nadie entendía que esa empresa no contactaba a cualquiera, las pocas ocasiones en las que pudo observar el filtro que manejaban así como la implementación en la selección de sus posibles candidatos era todo menos un juego para ellos, podría ser esa la oportunidad que muchos buscan y que ahora se había presentado ante ellos, así como también comprendía la posibilidad de que existiera alguien más que hubiese intervenido por su empresa, pero siendo franca ella misma dudaba que eso fuera cierto.


— Debería descansar, mañana es un día importante y no debería ir con cara de inmunda. — Hablaba para si aquella chica de ojos aceituna. — Debo tomar un baño relajante y tratar de dormir, Juancho me hará un show si me ve llegar a la oficina con ojeras.

Después de varios días de espera en los cuales se había mantenido ocupada con el trabajo en la empresa así como la firma del contrato con el proyecto de LA, mañana sería el día de la reunión pactada con Gael Perriot, la espera había terminado, comprendía el valor de ese encuentro, sin más, dedico la energía que tenía para irse a la tina y relajarse en compañía de una copa de vino, tomar un break de sus pensamientos, se dirigió a la cama para caer en el mundo de los sueños.

***

—Solo han pasado 5 min, por favor, no. —La joven empresaria trataba de encontrar el origen de aquel sonido que interrumpió su descanso —. Debí dejarlo en el buro y no dormirme con él, maldición.

La ojiverde por fin lograba detener aquel sonido que la estaba irritando, eso fue hasta que vio la hora proyectada en la pantalla, tenía 40 min para alistarse y estar en su oficina, había quedado con Juancho para tratar de cuadrar las suposiciones de su reunión con el ejecutivo, debía darse prisa sino quería escuchar un sermón, así como pudo se levantó y tomó un baño, estaba segura que por la hora Lore ya debía estar en su casa, no se equivocaba, al salir de su habitación casi lista, su fiel compañera ya tenía servido su desayuno.

—Nunca me dejes por favor—. Exclamaba a su amiga.

—Es mi trabajo Poché, además fuera de eso me gusta poder ayudarte, sé que sueles estar ocupada gran parte del tiempo, sino escuchaba algún ruido iba a entrar a tu habitación para que te prepararas, ahora come.

—No sé qué hice para merecerte, no te dejaré ir nunca.

—Bueno, eso está por verse señorita.

—¿De qué hablas?

—No quiero incomodarla por favor coma y yo le comento, ¿vale?

—Está bien, lo hago porque en verdad muero de hambre y quiero escucharte. 

—Ayer por la noche recibí una llamada, al parecer alguien me recomendó con una joven que está en busca de alguien de confianza que pueda apoyarla con los cuidados de su casa, al parecer esta próxima a regresar a NY, me propusieron un horario tentador con grandes beneficios.

—¿Me dejaras? — La ojos aceituna dejo su desayuno al escuchar las palabras de su amiga.

— Déjame terminar por favor, claro que escuche la propuesta, pero la rechace, señorita como bien me ha dicho me siento cómoda con mi trabajo, además que con todo permiso y respeto la considero como una hija, me tendrá con usted el tiempo que me necesite, estaré para usted.

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