¿Eres real?

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—¡Hey!— ¿Pero qué?, en ese momento la peli oscuro fue lo único que pudo procesar. 

Bárbara miraba asombrada a la castaña que se encontraba fuera de su hogar.

—¿Eres real?

—Espero y sí, porque sino sería una segunda vida muy fuera de sí —La castaña estaba nerviosa, la reacción de su amiga la estaba confundiendo un poco, ¿enojada? ¿feliz?, no lograba leerla —. ¿Es tarde para decir sorpresa?

—En verdad estás loca Daniela.

—Bueno, no sabía cómo decirte—.Fue interrumpida por un par de risas y los brazos que ahora la rodeaban.

—Solo debías decirme, B iré a México, ¿podemos cuadrar?, y no es por ser obvia pero deberías saber mi respuesta.

—Joder, lo tendré en cuenta para mi próxima visita "sorpresa".

—Me ha encantado Dani, pasa —.B la tomó de la mano y la dirigió al ascensor saludando ambas al portero, dando la indicación de que aquella castaña tenía autorizado pasar a verla no tardo en quedar clara—. ¿Hace cuánto llegaste exactamente?

—Eh, sobre eso, llegué por la noche, fui directo al hotel y descansé.

—Debiste avisarme y así poder ir por ti.

—No quería molestar, además que se supone es una sorpresa.

—Muy grata déjame decirte, aún no creo que estés aquí.

Sin mucho que agregar el ascensor indicó la llegada al piso de B, dando esta paso para que Daniela pasará directamente a su departamento.

—Permiso —. La oji avellana para ese momento había dejado aún lado los nervios, sólo que había aún algo que la estaba inquietando—. Tu departamento luce muy hogareño.

—Bienvenida Señorita Calle a mi humilde hogar, y sí, tal vez muchos esperan un departamento lujoso o con grandes modificaciones para la actualidad, sin embargo, no va tanto conmigo, si bien entiendo la modernidad, prefiero lo que me haga sentir cómoda, algo que me logre hacer sentir tranquila sin saturarme de "tecnología", este es mi pequeño rincón en el cual disfruto hacer lo que quiera y solo conectarme con el exterior cuando es tiempo, mientras eso llega solo somos nosotras dos, aunque por ahora solo yo, Mia esta con mis padres visitando el museo.

—La energía se percibe tan bien, es como decirlo, el lugar indicado, el correcto.

—Gracias, es grato escuchar eso de ti, siéntate por favor, o ¿quieres hacer el recorrido de mi casa ahora?

—Lo has dicho tú, es tu casa, tus reglas.

B sonrió nuevamente y la sujetó de la mano, arrastrandola con ella.

—Prefiero enseñarte nuestra zona segura y después interrogar sobre tu presencia en casa.

—Ok, eso sonó sospechoso, no me siento segura ahora.

—Podría ser... pero solo relájate y olvida el resto —. Ambas continuaron caminando por uno de los pasillos de aquel departamento—. Para aclarar, el departamento es mío, lo adquirimos con Maca hace años, ambas contribuimos, pero como sabes termine siendo yo la dueña total del piso después de lo ocurrido, no pude irme, acá tengo los mejores recuerdos de la persona que más he amado, decidí quedarme y enseñarle a Mia el lugar en el que fuimos felices, con ella continuamos construyendo nuevos recuerdos, esta es una de las habitaciones para invitados, no solemos ocuparla mucho solo para visitas de los abuelos o alguno de mis amigos que vienen, no hay mucho que enseñar en sí, tenemos dos habitaciones solo una cama, buró, baño propio y listo, las cosas básicas.

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