Magia

55 2 0
                                    

—¿Calle?—Se supone deberías estar durmiendo pequeña.—No podía seguir durmiendo, además tú y mamá me excluyeron —Mia tenía los ojos cristal, ella estaba apunto de llorar, eso me mataría—, no me llevarán al aeropuerto para despedirnos.
—Alto ahí, no te excluimos pequeña, es solo que mi vuelo es de madrugada, necesitas descansar, hoy regresas a clase necesitas estar al 100%
—Reducir las horas de sueño no me afectaran, ¡lo prometo!, ustedes nunca tomaron mi opinión.


Mierda, nunca imaginé que pensar en ella antes que en mis necesidades terminaría por dañarla.

—Ok, Mia tienes que entender que pensé en ti antes que en mí, eso en mi mundo es hacer lo correcto, y sí aún sabiendo lo que significa ir conmigo, estaría más que encantada a que nos acompañaras.

—¿Estas segura?, ¿no lo haces solo por compasión al ver mis ojos llorosos?

Es oficial, esta niña será mi muerte.

—¿Calle, estás lista? —Bárbara entraba a la habitación, obvió se sorprendió por la visita de su hija—, ¿Mia?

—Calle aceptó que las acompañé.

—Ni siquiera intentaré saber cómo llegamos a eso Mia, y como sé que será imposible darte vuelta, así que vamos, se nos hace tarde y no queremos que nuestra visita pierda su vuelo. 

—No sería mala idea, así ella podría estar más tiempo con nosotras— Mia por favor, mi corazón no resistirá tanto.

—Pequeña, eso fue lindo, pero necesito volver, retrase mi vuelo solo un par de días, no puedo hacerlo más.

—Lo sé, así que vamos, mínimo conseguí que no me dejaran acá en la soledad.

Bárbara solo sonrío al escuchar a su pequeña, por mi parte tomé la única maleta que traje conmigo además de mi bolso, los días en México fueron increíbles, francamente no tengo idea como es que se habían esfumado, ahora tenía que regresar a mi vida y dejar que este par continuará con sus deberes, claro, ¿la diferencia? dos promesas, una con cada chica, y Dios, ya quería volver a verlas.

El camino no fue tan largo, por el horario el tráfico era mucho menos a lo que solía ser, todo el transcurso nos la pasamos platicando entres las tres, de alguna forma Mia parecía tener más energía de lo normal, B por su lado nos miraba discretamente cada cierto tiempo, no fue hasta llegar qué nos interrumpió para indicarnos que debíamos bajar, y siendo franca no parecía tan difícil, sería mucho más normal de lo que pensaba, y sí, no lo fue hasta el momento de abordar.


—Castaña espero y disfrutaras tu visita en mi amado país, así como la pequeña estancia en nuestra casa, fue por mucho los mejores 15 días que hemos pasado en mucho tiempo, ¿no es así Mia?

Y sí, ahí me quebré.

—Oh pequeña, no llores, por favor, por favor, nos veremos antes de lo que te imaginas, ¿recuerdas las llamadas? estaremos en constante contacto, vamos, no llores.

Ella en verdad estaba haciendo el mayor esfuerzo por no llorar, se estaba conteniendo, fue ahí cuando entendí algo importante, hice lo que mis padres hacían cuando yo estaba igual, la abracé lo más fuerte que pude.

—Okay, déjalas salir, estoy aquí Mia, lo estaré aún si no estoy físicamente contigo.

—Sé que así será, pero no puedo detenerlas.

—Y no tienes que retenerlas por mí, ¿de acuerdo? Te haré una promesa, más bien es una invitación para ambas—La pequeña se despegaba lo suficiente para ver mi rostro—, no sabía como hacerlo, lo haría cuando estuviese segura de que no interrumpiría algo importante en la agenda de tu mami o con tu escuela, pero bueno.

—Dilo— B era quien tomaba mi mano animándome a continuar—, somos nosotras.—Quisiera que pasarán navidad conmigo—no supe cómo detenerme—, sé muy bien que son fechas familiares, así que pensé que podrían ir tus abuelos, no quiero arruinar algún plan o algo parecido, pueden rechazar mi oferta sí así lo desean, juro que no me sentiré mal.


Un pequeño silencio se hizo en la sala, fue hasta que anunciaron que podíamos abordar el vuelo que ambas chicas sonrieron entré sí.

—De hecho, no te había comentado pero estaremos en NY un par de meses por trabajo, me informaron hace apenas unos días, y por obvias razones Mia viene conmigo, así que Daniella Calle, tendrás el honor de tenernos en tu ciudad por todo diciembre y enero, deberás prepararte.

—¿Están locas? porque lo dicen hasta, ¿saben lo nerviosa que estaba? —Al parecer abrace más de la cuenta a la pequeña ya que sé quejo un poco—, lo siento pequeña pero ustedes me darán algo.

—Entonces, ¿estas segura de que no te olvidarás de nuestras llamadas?—Nunca lo haría, y cuando esté muy ocupada prometo avisar a tu mami.


Quise seguir hablando pero Bárbara nos tuvo que detener, era eso o perder mi vuelo, Mia me sujetó más fuerte, dejando un pequeño beso en mi mejilla, y sí, me derretí, sabía que no podía quedarme más tiempo, B por su lado una vez que había bajado a la más pequeña, se acercó a mí y me abrazo susurrando pequeñas palabras.

—"Te veré antes de lo que imaginas, los días contigo fueron mágicos", y sí, tal como hizo la pequeña me dio un beso tal vez un poco más cerca a mis labios.

Lo único que pude hacer fue sonreír como una estúpida, ese par se quedaba con una parte de mi ser, las vi una última vez antes de cruzar las puertas, ¿quién diría que había encontrado el combo perfecto?

Narrador:

No seamos los primeros en ponernos límites, la vida no es lo que deseamos, es lo que hacemos para vivirla lo más plena posible.


MEY

Editando me la pase con escuchando el álbum de Juliana,  lo juro, es magia. 

NUDITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora