Capitulo 1

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El trío de oro se encontraba atravesando los pasillos del castillo, rumbo al comedor, cuando chocaron con un grupo de estudiantes de segundo año. Los jóvenes murmuraban entre sí y señalaban una gran imagen que alguien había pegado a la pared de piedra. Cuando los tres se acercaron lo suficiente pudieron comprender de qué se trataba. Era una foto vergonzosa de Hermione la cual llevaba una inscripción escarlata en la parte inferior: "Hermione Granger, una perra necesitada de atención."
La mirada de Hermione se enfrió al instante, y Ron, a su lado, se quedó en silencio con la boca abierta sin poder creer lo que veían sus ojos.
Harry se dirigió al patio que se abría frente a ellos y donde se encontraba la dueña de aquella "broma": Pansy Parkinson, junto a su fiel secuaz Blaise Zabini.
—¿Es en serio Pansy? —Harry arremetió contra la joven con furia, pero ella no parecía asustarse fácilmente.
—Miren, es Harry Potter. —se dirigió a Blaise y le susurro al oído, en un tono lo suficientemente fuerte como para que el joven mago escuche las hirientes palabras— Ya da flojera decir su nombre. De hecho, ya da flojera su existencia. El innombrable nos habría hecho un favor matándolo aquella noche. —Simuló un bostezo, cubriendose la pequeña sonrisa maligna con la palma de la mano. Harry la fulminó con la mirada. Estaba a punto de contraatacar cuando Draco Malfoy apareció entre las columnas de granito.
—¿Qué es todo este alboroto? ¿Acaso comenzaron a divertirse sin mi? —Les recriminó a sus amigos, ignorando la presencia de Harry.
—No te pierdes de mucho, solo Pansy y sus bromas artísticas. —Mencionó Blaise tranquilamente.
—Deberías vigilar a tu amiga más a menudo Malfoy.
—¿Por qué lo dices Potter?
—No te hagas el ignorante. La próxima vez los haré vomitar sapos vivos. —Amenazó Harry poniendo los ojos en blanco y retomando su camino, sin esperar respuesta.
Draco lo observó irse en silencio junto a una Hermione furiosa y un Ron sorprendido. Fue entonces que se percató de la imagen colgada en la pared.
—Pansy. ¿Tú hiciste eso? —La observó con una ceja enarcada.
—Por supuesto. ¿Gracioso no?
—Lo sería si entendiera a qué se refiere.
—¿No te enteraste? —Blaise le dirigió una mirada de sorpresa.
—La perra de Granger siendo una sangre sucia. —Comentó Pansy restándole importancia.
—Podrías ser más específica. —Comentó Draco poniendo los ojos en blanco.
—Por favor cariño, el chisme lleva rondando los pasillos del castillo hace días.
—Granger y Viktor Krum terminaron su relación dramáticamente. —Le explicó Blaise.
—Ah. —Draco se mostró pensativo— Tal vez oí algo al respecto, pero ya saben, los dramas amorosos no son de mi interés.
—Oh, este podría serlo. Al menos a Pansy la enloqueció.
—Esa sangre sucia llora por los rincones, queriendo ensuciar el buen nombre de Viktor. —Pansy presionó con rabia el apunte de química que llevaba en la mano.— Acusándolo, ridículamente, de ser violento y agresivo. ¿Se lo imaginan?
—Oh, yo sí. —Afirmó rápidamente Draco— Tiene todas las pintas de ser un cavernícola.
Blaise se echó a reír ante el comentario de su amigo pero a Pansy no pareció hacerle mucha gracia.
—Es mentira. Viktor es un hombre de clase alta, honorable y respetable. Aún no entiendo cómo alguien como él se involucró con esa ridícula. Pero ya se recompondrá, y ella tendrá su merecido. —Pansy sonrió ante la idea de una Hermione siendo destrozada ante la mirada pública— Ya lo saben, el karma es una perra.
—¿El karma, o Pansy Diabla Parkinson? —Bromeó Draco.
—¿Acaso hay diferencia?
La joven le guiñó el ojo con una sonrisa que le rememoraba al aspecto de una serpiente venenosa. Poniéndose en pie se despidió de los chicos, informando que llegaría tarde a su cita de estudio de defensa contra las artes oscuras, y desapareció por los corredores del castillo.
Draco se quedó en silencio pensativo. Aún podía observar de lejos el burdo cartel que había confeccionado su amiga. Algo dentro de si no le permitía reírse de aquel espectáculo.
Tal vez la idea de imaginar a una Hermione indefensa bajo el violento poder de Viktor Krum le revolvía el estómago y daba pie a una ira burbujeante en su interior. De ser verdad no sería capaz de quedarse inmovil. No era amigo de la joven, de hecho era el primero en molestarla con pequeñas bromas y comentarios estúpidos, pero eso no significaba que la odiaba o que le deseaba el mal como Pansy lo hacía. Pansy. Si, sin duda se había pasado de la raya con aquello.
Despidiéndose de Blaise, se dirigió a aquella pared y arrancó la imagen. La hizo un bollo y con un delicado movimiento de los dedos conjuro un sencillo hechizo, haciendo que el papel se prenda fuego y se consuma hasta convertirse en cenizas.

Amor entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora