Capítulo 16

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Draco acababa de llegar a su habitación luego de una larga y agotadora clase de defensa contra las artes oscuras. Se acercaba la hora del té y tendría una cita en el bosque con Hermione para merendar juntos. El joven quería aprovechar aquellas horas para tomarse un baño cálido y alistarse. Sin embargo, unos firmes golpes del otro lado de la puerta lo interrumpieron.
—¿Pansy? ¿Gregory? ¿Qué quiere...?
El golpe seco en la frente lo hizo trastabillar hacia atrás. Escuchó la ruda voz de la joven que una vez había sido su amiga, pronunciando un hechizo que no supo reconocer a tiempo. Sintió sus extremidades pegandose violentamente al cuerpo y los músculos volviéndose rígidos. No podía moverse. Un dolor agudo le recorrió las sienes antes de perderse en una oscuridad cegadora.

Hermione se encontraba en su lugar favorito del bosque esperando a Draco. Había preparado un picnic con las delicias favoritas de su amante. La joven miró la hora en su celular y levantó la vista con el ceño fruncido, Draco nunca llegaba tarde. Le envió un mensaje preguntándole si se encontraba bien pero no recibió respuesta alguna. Al cabo de unos minutos pudo escuchar el crujido de hojas secas y el sonido característico de la capa rozando la corteza de los árboles. Hermione se puso en pie y corrió hacia Draco para besarlo pero este se apartó con una mirada sumamente fría.
—¿Draco? ¿Qué pasa?
—Tenemos que hablar.
A Hermione no le agradaba aquel tono. Ella lo invitó a sentarse sobre la manta y tomar un bocado pero Draco decidió mantenerse de pie.
—Se terminó.
—¿Qué?
—Eso. Este cuentito —señaló a la joven con la mano y luego se señaló a sí mismo— ya se terminó.
—¿A qué te refieres? No entiendo, ¿pasó algo malo?
—Escucha Granger... —Draco depositó sus finos dedos sobre la frente en un gesto de exasperación— Todo fue un juego, ¿entiendes?
—¿Un juego?
—Si, todo esto fue una simple apuesta con mis amigos. No creían que sería capaz de quitarte aquella máscara de frialdad, me decían que no sería capaz de conquistarte, claramente se equivocaban. —Hermione escuchó cada palabra con un nudo en la garganta y la mirada enrojecida del llanto— Pero ya se extendió mucho tiempo, entiéndeme, no es que seas mala, simplemente no eres mi tipo.
—¿Que no soy tu tipo? —Hermione comenzó a gritar— ¡No puedes decir esto! ¿Por qué lo dices? No te creo. No puede ser verdad.
—Pues lo es.
—No... Espera, ¿Acaso es tu padre? ¿Pasó algo con él? Sea lo que sea podemos resolverlo juntos, no necesitas mentirme.
—No estoy mintiendo.
—¡No te creo! ¡Tú no eres así! ¡Te conozco Draco! Ahora... por fin te conozco.
—Pues creo que no me conoces en absoluto sino sabrías que alguien como yo jamás podría estar con alguien como tu.
—¿Alguien como yo? ¿A qué te refieres?
—Ya sabes como son las cosas Granger, los sangre pura no se mezclan con los sangre sucia.
Draco se dió media vuelta y se marchó sin mirar atrás. Hermione se quedó allí un buen tiempo, mirando un punto fijo en el suelo con la mirada perdida y las lágrimas atragantadas. Se sentía mareada y con ganas de vomitar, no podía creer lo que acababa de pasar. Podía sentir el alma haciéndose trizas frente a ella.

Harry se encontraba recorriendo los pasillos del castillo junto a Ron y Blaise. Su mejor amigo cada vez se sentía más a gusto con el chico slytherin y Harry no podía evitar sonreír al verlos, todo aquello era una gran locura. Sin duda él y Ron nunca se hubieran imaginado que Blaise sería tan buena compañia o que incluso tendrían cosas en común. Los tres jóvenes se encontraban sumidos en una charla sobre sus planes para el receso invernal cuando se encontraron con una Luna muy preocupada.
—¡Chicos! ¿han visto a Hermione? No la encuentro en ningún lado.
—Debe estar con Draco, tenían una cita hoy. —Comentó Blaise.
—No lo creo. Lo vi camino a la sala común de slytherin y se encontraba solo. Intenté llamar su atención pero no me hizo caso.
—Umm que raro...
—Vamos a buscarla. —Dictaminó Harry acomodándose la capa.

Cuando los chicos la encontraron, Hermione seguía llorando en posición fetal sobre la manta. Sus amigos la rodearon, sacándola de su vorágine de pensamientos depresivos.
—¡Herms! ¿Que paso?
La muchacha no se sentía capaz de hablar. Se limitó a dedicarle una mirada vacía a Blaise. Eso fue suficiente para que el aludido comprenda de qué se trataba el asunto.
—¿Es Draco? ¿Qué pasó con él?
—Tú debes saberlo. Lo sabes todo.
—No lo entiendo Herms...
—No me llames así. —Hermione se puso en pie tambaleando y se alejó de él— Tú serpiente asquerosa. Vete de aquí.
—Ey —Harry la estrechó entre sus brazos y le acarició el pelo lleno de hojas secas— Blaise solo quiere ayudar. ¿Acaso Draco te hizo algo? Dime que ocurrió y me encargaré de él.
Hermione miró a Harry a los ojos con un gesto triste.
—Me dijo que no me quiere y que nunca lo hizo. Que todo fue una apuesta entre ellos. —La joven fulminó a Blaise con una mirada asesina.
—Espera ¡¿Qué?!¡Eso no es verdad! Draco te ama. Lo sé, me lo ha dicho, y aunque no me lo dijera lo conozco desde que somos niños, puedo darme cuenta de todo lo que le pasa con solo mirarlo. —Blaise respiró hondo con el corazón acelerado, sabía que Draco jamás mentiría de esa forma, al menos no a Hermione— Todo esto debe tener una explicación. Debemos encontrarlo.
—No quiero saber nada de él. —Hermione se dejó caer en el suelo junto a las piernas de Harry y él se sentó a su lado.
—Herms, por favor, no te pongas así. Estoy segura de que en el fondo sabes que Blaise tiene razón. Hace meses que están juntos, Draco lleva las últimas semanas demostrandote, incluso demostrandonos a nosotros, lo mucho que le importas.
Hermione se limpió la cara con la manga de su capa y se quedó en silencio unos instantes, pensativa. Finalmente dejó que Ron le ayudara a ponerse en pie. Se acercó a Blaise con las mejillas rojas y se forzó a sonreír.
—Lo lamento. Tienes razón.
Blaise le sonrió.
—Vamos a buscar a Draco.

Blaise dirigió al equipo a través de los pasillos del castillo hasta llegar a la sala común de slytherin. Los hizo pasar utilizando un encantamiento temporal de invisibilidad para que ningún directivo los viera rompiendo las normas. Una vez dentro los condujo hasta la habitación de Draco. Blaise tocó la puerta con los nudillos pero al no recibir una respuesta intentó inútilmente abrir la puerta, alguien le había puesto llave.
—Déjamelo a mí. —susurró Luna acercándose a la puerta.
La joven se acercó a la puerta y sacando su varita susurró "alohomora." Ante aquella palabra mágica la cerradura giró sobre sí misma y la puerta se abrió.
Los jóvenes soltaron quejidos de sorpresa y preocupación al ver lo que les esperaba del otro lado: Draco se encontraba tirado en el suelo de su habitación con la boca vendada y una herida sangrante en la frente, el joven había sido atacado con un hechizo inmovilizador y su cuerpo se encontraba rígido sobre la alfombra. Al verlos los ojos de Draco se iluminaron. Hermione corrió hacia él y le quitó la venda. Harry se encargó de romper el hechizo que lo mantenía preso.
—Por Merlín ¡Gracias! ¡Llevo horas así!
—¿Horas? ¿Desde cuándo? —preguntó Hermione alarmada mientras lo ayudaba a incorporarse.
—Desde que terminaron las clases.
El corazón de Hermione dio un vuelco una vez más. Eso significaba que...
—¿Entonces nunca llegaste a nuestra cita?
—Pues claro que no. Lo lamento —Draco la observó con el gesto triste, se sentía mal por haber dejado a la chica plantada, sin poder dejarle siquiera un mensaje.
—Pero entonces... ¿Con quién hablé? —se preguntó Hermione en voz baja.
—¿Qué?
—Eso no importa ahora. ¿Que paso? ¿Quién te hizo esto?
Blaise ayudó a Draco a sentarse en el pequeño sillón mientras que Luna traía una maleta de primeros auxilios para que Hermione le curara las heridas de la cabeza.
—Estaba a punto de alistarme para salir cuando Pansy y Gregory tocaron a la puerta. Lo único que recuerdo fue recibir un golpe en la cabeza y escuchar a Pansy conjurando un hechizo. Entonces me desmayé, no sé cuánto tiempo estuve inconsciente, me desperté hace un rato y no sabia que hacer, no podía moverme —Draco soltó un quejido cuando Hermione le limpió una herida— Fue horrible, me sentía claustrofobico.
Hermione soltó un suspiro de alivio. Todo el sufrimiento que había sentido en la última hora se desvaneció al cruzar mirada con el joven que tan feliz la hacía y que tanto amaba. La muchacha no pudo contenerse y lo abrazó con fuerza, él le correspondió y le depositó un beso en la coronilla.
—¿Te encuentras bien? —Le preguntó él susurrando.
—Ahora si. —Ella se apartó unos instantes para mirarlo a los ojos y finalmente cortaron una vez más la distancia con un tierno beso— Te amo. —le susurró ella contra su boca.
—Y yo te amo a ti.
Harry se aclaró la garganta en un intento de llamar la atención de los jóvenes enamorados.
—Lamento interrumpir el momento pero debemos solucionar esto.
—Draco... —Hermione comenzó a explicarle lo ocurrido en el bosque— Alguien allí afuera se está haciendo pasar por ti.
—Pansy. —Dictaminó Draco con la voz cargada de rabia.
Draco y Blaise cruzaron miradas cómplices, sabían que era hora de enfrentar a la pequeña hija de satanás. Sin embargo Hermione no iba a quedarse cruzada de brazos ante aquella situación. Pansy había sido su peor pesadilla, la había maltratado, humillado y despreciado desde que eran tan solo unas niñas y ella había sido paciente, muy paciente, después de todo quería honrar los valores de amor y respeto que sus padres le habían inculcado, pero ahora Pansy no solo se había metido con ella, ahora había puesto sus oscuras manos sobre la persona que mas amaba en el mundo. Al ver lo que le había hecho a Draco su sangre se llenó de ira. Esta vez no sería complaciente, bondadosa ni paciente. Hermione sabía que ella era la indicada para poner a Pansy en su lugar.
—Voy a matarla. —Sentenció la joven y antes de que sus amigos puedan replicar se puso en pie y salió disparada por la puerta, rumbo a cobrar su venganza.

Amor entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora