Capitulo 2

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Draco Malfoy

*Imagen*
Problema solucionado.

12:35

Hermione observó su celular con expresión confundida. ¿Draco Malfoy? ¿Draco Malfoy estaba siendo amable con ella? Se incorporó sobre su cama y le hizo zoom a la foto que el joven le había mandado. Se trataba de la palma del joven en primer plano, la cual contenía una pequeña montaña de polvo grisáceo que aparentaba ser ceniza, mientras que en el fondo de la imagen se podía apreciar un muro de piedra vacío. El mismo muro donde se encontraba la broma orquestada por Pansy.
A la muchacha le costaba creer aquello. ¿Sería una nueva broma? Se dejó caer una vez más sobre la cama haciendo peso muerto. Las pequeñas estrellas fosforescentes que había pegado en el techo azul francia de su habitación perdían su brillo cada vez que la luz del sol las atrapaba. Se encontraba a solas desde el almuerzo, no le apetecía ver a nadie y mucho menos después del espectáculo de aquella mañana. En su mente se debatía si responderle al muchacho o si ignorarlo. ¿Qué podría decirle? ¿Gracias por tu extraña amabilidad? se sentia una idiota marioneta, cualquier palabra o accion, por mas minima que fuera, podria ser utilizada en su contra, como venia pasando hacia meses. Como lo hacía él. Los recuerdos del último medio año le revolvían el estómago. Enterró el rostro en la almohada ahogando un grito de rabia y cansancio. No sabía cuánto tiempo sobreviviría sintiéndose así. Una vez más la ansiedad la inundaba, sus manos comenzaban a temblar, su pulso aumentaba y le dolía respirar. Presionó la almohada con fuerza antes de dejarla ir. Se puso en pie y tomando su capa y su bolso salió de la habitación.
Tomó el camino que había aprendido en el último mes atravesando los pasillos menos transitados y cruzó el patio más desértico para evitar miradas curiosas. Una vez más se encontraba en el bosque. Atravesó las sendas conocidas y acarició las cortezas de los árboles a su paso, respirando cada vez más hondo, intentando encontrar la paz. Llegó a un pequeño claro y se sentó sobre una gran roca. Sacó un cigarrillo de menta del compartimiento secreto en su túnica y lo encendió con un pequeño hechizo flameante. Cuando la llama anaranjada le iluminó el rostro recordó el mensaje que intentaba ignorar. Sacó su celular una vez más y releyó el pequeño texto de dos palabras intentando encontrar el truco escondido.
Vacío. No había nada que analizar. Tal vez el muchacho recibió un pelotazo en la sien durante el último partido de quidditch acomodándole las escasas neuronas de forma milagrosa. Pero de ser así se hubiera enterado, sería la noticia del año sin lugar a dudas. Exhaló el humo mientras se le escapaba una pequeña sonrisa por aquella idea. La joven sería capaz de pagar por ver a un Draco recibiendo un pelotazo.
Observó por última vez su celular antes de meterlo en el bolsillo de la túnica. El sol se encontraba en su punto más alto pero un manto de nubes grises opacaba su luz. A través de los árboles, a varios metros de distancia, Hermione aún podía visualizar perfectamente las altas torres del castillo. Ya no quedaban trabajos por hacer esa semana, las clases por primera vez en meses comenzaban a darle un respiro. Pero eso no la alegraba, ya nada lo hacía. Un hueco profundo y oscuro comenzaba a ocupar el lugar donde debía estar su corazón, ocasionándole un eléctrico dolor que atravesaba sus venas. Los únicos momentos en los que podía descansar de ese tormento se encontraban allí, escondida en ese bosque, alejada de todos, donde nadie hacía preguntas estúpidas ni exigía cosas imposibles, y donde Pansy no podía alcanzarla con sus comentarios filosos e ignorantes.
Dio la última calada y dejó que la colilla desapareciera entre sus dedos con un simple hechizo desvanecedor. Reincorporándose respiró hondo y dio media vuelta, al alzar la mirada se detuvo en seco reprimiendo un chillido. Draco se encontraba frente a ella con la capucha de su túnica cubriendole la dorada cabellera.
—¡Casi me das un susto de muerte! —atinó a mascullar mientras se apartaba.
—¿Hermione Granger fumando a las afueras del castillo? Eso sí es nuevo. —pronunció el muchacho con aires de grandeza. Hermione lo miró con disgusto y rabia.
—¿Qué haces aquí? —respondió seca.
—Parece que no soy el único que está teniendo un mal día. —contestó Draco mientras sacaba un cigarrillo de su túnica. El rostro de Hermione se suavizó. Ella tampoco sabía que el muchacho fumaba.
—No sabía que este era tu lugar. Ya me iba.
Draco la tomó por el brazo en un suave movimiento veloz, para evitar su partida. Sus manos estaban pálidas y frías, provocandole un escalofrío a la muchacha.
—Suéltame. —Gruñó Hermione fulminandolo con una mirada asesina.
—Estaba esperando un "gracias" de tu parte. —Mencionó tranquilamente el muchacho alzando su celular con la mano libre.— ¿Acaso esos muggles no te enseñaron modales?
Una ira burbujeante comenzó a subir por las venas de la joven bruja al oír aquella descarada mención a sus padres.
—Los muggles tienen más modelades y respeto que tú y tu par de serpientes venenosas. —La joven comenzó a forcejear para liberarse de su agarre.— No vuelvas a hablar de mis padres Malfoy. —Hermione sabía que si dejaba que aquella rabia la consumiera comenzaría a escupir veneno.
—Ey ey —El joven la observó sorprendido.— ¿Desde cuándo eres tan agresiva Granger?
—¡Suéltame de una vez!
—¡Está bien! ¡Solo quería ser amable contigo!
—¿Amable? —Los ojos de Hermione se agrandaron como platos— ¿Es en serio? ¡Desde que apareciste lo último qué haces es ser amable!
—¡Solucioné lo que Pansy hizo esta mañana! ¿Acaso eso no es ser amable?
—¡Solo prendiste fuego un estupido cartel! ¡Eso no soluciona nada!
—Si eso es lo que crees está bien. —La expresión de Draco se enfrió— No se para que me molesto.
Hermione lo observó confundida y molesta. ¿Qué era todo ese espectáculo? ¿A quién quería engañar? Era una verdad universal: los Malfoy solo se preocupan por sí mismos y por nadie más.
Draco la observó alejarse y al recordar la conversación que dió inicio a todo aquello le lanzó unas últimas palabras.
—No me importa compartirlo.
—¿Qué?
—El lugar. —señaló a su alrededor agitando el dedo índice en el aire— No me importa compartirlo.
Hermione escuchó cada palabra, las saboreo en su mente, pero no emitió respuesta. Simplemente siguió su rumbo hacia la sala común de Ravenclaw.

Amor entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora