Capitulo 10

412 18 8
                                    

Hermione se sentía una estúpida. Se había tragado el orgullo y había intentado hablar con Draco pero él no respondió ni un solo mensaje. La frustración se deshacía dejando un vacío. No sabia que pensar ni que sentir y comenzaba a arrepentirse de tomar el consejo de Luna.
Sin embargo en los últimos días decidió hacer cambios en sus deprimentes hábitos, volviendo a compartir tiempo con sus amigos y realizando actividades que la reconfortaban. Así, de a poco, comenzaba a sentirse más viva que en los últimos meses.
Esta vez Hermione caminaba junto a Harry y Ron rumbo a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Al llegar al punto de encuentro, a las afueras del castillo, ya se encontraban varios estudiantes reunidos, entre ellos Draco quien se hallaba apoyado sobre el tronco de un árbol mientras conversaba en voz baja con Blaise. El joven se tensó al notar la presencia de Hermione pero esta fingió no percatarse de su presencia. En ese momento Hagrid llegaba al lugar y todos los estudiantes se acercaron con respeto hacia él, dando inicio a la clase.
Esta vez la criatura mágica era un Aethonan, un tipo de caballo alado, normalmente visto en Gran Bretaña e Irlanda. Todos quedaron asombrados ante la majestuosidad que irradiaba el animal. Su piel era tan blanca como la nieve y parecía resplandecer bajo el sol.
Hagrid les hizo tomar nota sobre los datos más excéntricos de la especie. Les explicó cómo debían actuar ante ellos y esperó que alguien se ofreciera de voluntario para llevarlo a la práctica. Hermione fue la primera en acercarse al animal.
El sol atravesaba los árboles creando un halo de luz que rodeaba a Hermione y al corcel, haciendo destellar los rizos castaños de la joven bruja. Draco se sumió en una ensoñación observando la belleza de aquella imagen, pero su paz no duró mucho tiempo, ya que un susurro inquietante lo sacó de sus pensamientos. Pansy se encontraba al fondo de la multitud conjurando un hechizo en voz baja. Draco no pudo identificarlo entre el bullicio de la clase pero no hizo falta, rápidamente notó como el corcel se alteraba sollozando, como si un ser invisible le estuviera arrancando la crin plateada. Bastó un segundo para que el Aethonan, en un arrebato de miedo e ira, lanzará una patada al aire golpeando a Hermione en la cabeza. Un único golpe seco que dejó a la joven en el suelo, completamente inconsciente, con una herida sangrante en la sien. Draco ni siquiera se detuvo a pensar en sus acciones y en las consecuencias que las mismas tendrían en el futuro, simplemente se lanzó corriendo hacia ella y la alzó en brazos gritando su nombre pero la joven no daba señal alguna. Él le dirigió una expresión de horror a sus amigos y corrió con Hermione en brazos hasta la enfermería. Hagrid le gritó indicaciones mientras intentaba calmar a la criatura, dando por finalizada la clase. Harry y Ron corrieron detrás de Draco con los rostros besados por el pánico, incapaces de comprender lo sucedido.

Hermione despertó confundida y con un agudo dolor en las sienes. Intentó incorporarse sobre la cama pero unas manos delicadas se lo impidieron. Al levantar la mirada se encontró con Draco, quien reflejaba una sincera preocupación en su rostro. El muchacho soltó un suspiro de alivio al verla despierta. Harry y Ron se levantaron de sus asientos y se acercaron a ella.
—¿Cómo te sentís Herms? —preguntó Harry poniéndole el dorso de la mano sobre la frente.
—Me duele la cabeza, pero creo que estoy bien.
Los tres muchachos se miraron entre ellos con algo de recelo. Harry y Ron intentaban comprender la extraña actitud de Malfoy hacía su amiga pero no encontraban pistas. Hermione rápidamente notó la densidad que se generó en el silencio absoluto. Miró a sus amigos con una sonrisa, intentando tranquilizarlos.
—Estoy bien, de verdad. —le costaba hablar pero logró disimularlo— ¿Les molestaría dejarnos a solas unos minutos?
Los chicos gryffindor asintieron lentamente y luego de una última mirada amenazadora hacia Malfoy desaparecieron por las puertas de la enfermería dejándolos en el completo silencio.
—¿Segura que estas bien? —Draco se sentó en el borde de la cama intentando, inútilmente, mantener cierta distancia.
—Si.
Draco bajó la vista hacia sus propias manos temblorosas, una angustia se formaba en su garganta y le impedía respirar.
—Lo lamento mucho. —Susurró.
—No fue tu culpa. —contestó ella extrañada por sus palabras.
—Fue Pansy. Le lanzó un hechizo al Aethonan para que se asustara y te atacara. No tenía ni idea, lo juro. Para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. —Draco balbuceaba atropellando las palabras.
Hermione nunca lo había visto tan angustiado como hasta ese momento, y aquella demostración de sentimiento bastó para que la joven olvidara por unos instantes el tiempo que llevaban distanciados. Su primer instinto fue tomarle la mano, logrando que Draco se quedará inmovil. El silencio inundó la habitación, solo se podían percibir sus respiraciones.
—No es tu culpa que ella me odie. Estoy bien, tranquilo. —Hermione le soltó la mano y tomó el coraje suficiente para atravesar sus dedos en el fino cabello dorado del joven, intentando despejarle el rostro para verlo a los ojos. Él le devolvió la mirada tímidamente.
—¿No estás enojada conmigo?
Ella negó con un movimiento de cabeza que le recordó el dolor previo, arrancándole una pequeña mueca de dolor. Él la invitó a recostarse otra vez.
—En realidad ahora que lo mencionas —la joven tomó aire con dificultad— si estoy enojada contigo.
—Lo sé... —Draco se sentía derrotado. No sabía cómo explicarle a la joven lo que le pasaba— lo lamento mucho. Yo solo... me es muy difícil.
—Lo sé, para mí también es difícil.
Ninguno sabía qué decir pero tampoco querían despedirse, por lo que se limitaron a compartir el silencio en aquella habitación llena de camas vacías. A unos metros una ventana abierta daba paso a una ligera brisa. Por primera vez en semanas se sintieron en paz estando juntos, como aquellos primeros días en el bosque. Draco se quedó junto a ella hasta los primeros atisbos del atardecer.

Amor entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora