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Dios, mi espalda.

Me remuevo en el colchón, sintiendo un dolor horrible en mi espalda baja, mientras que mis brazos sentía un ligero ardor. Joder.

Poco a poco, empecé a abrir los ojos, sintiendo molestia al momento de que la luz me molestó en mi vista. Bostece, me estiré y al momento de hacerlo, mi brazo y cuerpo, choque con otra piel.

Me quedé quieta, tratando de no ver lo que mi mente ya empezaba a imaginarme. Fui girando mi cabeza hacia dirección donde estaba aquel intruso.

Abrí los ojos sorprendida, y solté el grito de mi vida.

—¡Ahhhhh! — tomé la sábana y me enrolle, levantándome de golpe, pero sin saber, que él estaba desnudo, deje a la vista a su amiguito. —¡Ahhh!

—Dios, ¿Porqué gritas, mujer? — se quejo, mientras que yo trataba de no asustarme más de lo que ya estaba. —¿Qué haces? Regresa a la cama — se acomodo en una posición de lado, hundiendo su codo en la almohada y recargando su mejilla en la palma de su mano.

—¿T-Tú y y-yo...? — lo señalé y me señalé a mi misma. No quería creerlo.

—Follamos, ¿Alguna otra duda?

Solté un jadeo de sorpresa. No podía creerlo.

Dios, ¿Porqué?

—E-Esto nunca p-paso, só-sólo vete — dije, aún con la sábana enrollada en mi cuerpo, corrí hacia mi baño, dónde tomé una de mis toallas de baño y me la enrede en el cuerpo, cuando me miré por el espejo, abrí mis ojos sorprendida y aterrada. —¡Ahhhhh!

Algo había en mi pecho, era como raíces, raíces negras.

Ambas puntas iban hacia atrás de mi espalda, tenía miedo con encontrarme una marcas iguales en esta

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Ambas puntas iban hacia atrás de mi espalda, tenía miedo con encontrarme una marcas iguales en esta. Lentamente fui girandome y solté un jadeo al ver que efectivamente, había una marca así, hasta mi espalda baja.

Pegué un brinco al parpadear y ver a Jungkook detrás de mí, mirándome por el espejo, mientras una sonrisa de lado se formaba en sus labios

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Pegué un brinco al parpadear y ver a Jungkook detrás de mí, mirándome por el espejo, mientras una sonrisa de lado se formaba en sus labios.

—¿Te gusta? Las hice yo mismo — lo miré de mala manera.

—¡Eres un idiota! ¿¡Sabes lo que acabas de hacer!? ¿¡Quien demonios te dió permiso para tatuar mi espalda y mi pecho, eh!?

Me gire hacia él y lo empuje con molestia.

Él bufó con sarcasmo.

—¿Tatuar? ¿Quien dijo que te tatué? — abrí mi boca, mostrándome un poco sorprendida. Entonces, ¿Cómo lo hizo? —Los demonios marcan a su presa con este tipo de...marcas — paseo la yema de su dedo mi pecho, haciéndome soltar un jadeo. —Pero no todo debe ser malo, ¿No crees?

Fruncí el entrecejo.

—¿A qué te refieres?

Él sonrió.

—Verás, gracias a esta marca...puedo hacerte sentir, dolor... — al instante, un pequeño dolor en mi pecho se implantó, haciéndome gruñir debido a la pequeña opresión que empezaba a hacerse. Abrí la boca y solté un jadeo. —Puedo hacerte sentir felicidad...— de pronto, aquel dolor y opresión, fue cambiada por una felicidad inexplicable, como si hubiera ganado la lotería. Sonreía como idiota. —Y lo más importante, es que puedo hacerte sentir...placer.

Inmediatamente, la felicidad se convirtió en una necesidad. Necesidad de besarlo, de sentir su tacto sobre mí, pero sobre todo, de sentirlo dentro de mí. Solté un gemido, al momento en que me recargaba sobre su pecho y pasaba mis brazos detrás de su cuello, para hablarlo hacia mí y besarlo. Él también siguió el beso.

Sentí las marcas arder como el infierno, pero el placer continuaba ahí, así qué, era una sensación extraña, pero agradable. Él tomó de mis muslos y me levanto, sentándome en el lavamanos, inconscientemente solté un gemido y lo atraje más hacia mí.

Mientras nos besábamos, yo me tomé la libertad de quitarme la toalla y él, de bajarse su pantalón chandal y sin pedírselo, entro en mí de una sola estocada.

Me separé de sus labios y pegué mi espalda al cristal del espejo, mientras abría mi boca, tratando de buscar aire. El ardor se había intensificado al tenerlo dentro de mí, pero eso no le impidió empezar a moverse, dándome estocadas cada vez más duras y profundas. Sentía que estaba en el infierno, me quemaba, pero realmente, me gustaba.

De pronto, mi vista se vió nublada por el orgasmo que llegó de golpe y bastante fuerte. Grité, mientras me aferraba a sus hombros, enterré mis uñas y ví un líquido negro salir de ahí, no era sangre, o tal vez sí, pero su sangre, era negra. Cómo su alma.

Después de aquella extrema explosión en mi vientre y feminidad, recargue mi cabeza en su hombro, jadeando por aire.

A los minutos, salió de mi, arrancandome un gemido al sentirlo salir lentamente. Él levantó su pantalón y después, me tendió la toalla, mientras una sonrisa estaba en sus labios. Con mis mejillas un poco sonrojadas, tomé la toalla, me baje del lavamanos y me la volví a enrollar. Nadie decía nada, hasta que él hablo.

—Esas lindas marcas, traen una sorpresa en ellas — fruncí el entrecejo, nuevamente.

—¿Qué tipo de sorpresa?

Él tomó mis hombros y me giró hacia el espejo, ambos nos reflejamos, pero de repente, me dió una vista de ambos, yo vestia de negro, él igual, pero lo que me sorprendió, fue que mi rostro tenía las mismas raíces que mi pecho y mis ojos se mostraban negros, en mi espalda, habían unas enormes alas negras.

Dí un paso hacia atrás y aquella vista se borró, quedando nuevamente él y yo, en el baño.

Me giré y lo ví con ojos de sorpresa.

—Así te verás, después de morir.

Imposible.

“El diablo no viene a ti con la cara roja y los cuernos, viene disfrazado de todo lo que siempre has querido”.


—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

»Devil ✔️ +18 [ Lizkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora