Aun No Te Perdono Pero Te Necesito

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Como lo prometió, Adrián era caballeroso y cariñoso con él, pero aunque sabe que tendrá un celo muy feo si no lo pasan juntos y restaura su lazo, no está seguro del todo de querer pasar este celo con él, no después de lo que pasó estos últimos años.

Cuando estaba en la sala viendo un poco de televisión recibió una llamada de su madre, Su tía habló con su abuelo para que su hija sea entrenada con Dante y tome el lugar de Alfa en caso de que a Dante le pase algo, lo que la tía no sabe porque nadie lo comenta además de que Liotari pasa gran parte del tiempo en la manada de los lobos, esa niña de casi 10 años es una Alfa y será la siguiente si a Dante le pasa algo, no está siendo entrenada por su abuelo como debe ser pero si por los lobos, ya que ella tiene un gran apego a estos por la forma en la que nació.

Por su parte Ades decidió decirle la verdad a Jano, él era su Omega pero después de años encerrado no está listo para encadenar se a una relación donde seguro tendría responsabilidades siendo el Omega del favorito para ser el siguiente Alfa de su manada de nómadas, no quería eso, no ahora.

–Ades, vamos a caminar un rato ¿si?–preguntó Jano llegando a su patio donde el Omega leía tranquilo

–En realidad no tengo ganas–respondió sin interés

–Vamos, tus hermanos disfrutan cambiar y salir a correr–insistió

–Ese es el problema–se escuchó una voz a sus espaldas–El no es Apolo, es Ades–Mimir

–¿No te enseñaron a no meterte en conversación ajena?–preguntó Jano enojado

–Entre ellos tres y yo no hay nada ajeno–respondió el Alfa de cabello Azul eléctrico–el que esté yo aquí debió darte una pista–hizo brillar sus ojos en morado

Jano miró a Ades quien los tenía del mismo color, en lugar del reflejo normal, se podía ver el reflejo de lo que Mimir estaba viendo. Jano se sorprendió un poco seguía sin entender el poder de los ahora trillizos, era por esa razón que odiaba que Apolo usará el suyo, en cuanto lo marcará, lo obligaría a terminar con eso.
Pero ahora se daba cuenta que era imposible su idea, son como una red conectada mentalmente y sólo tienen acceso algunos afortunados, estaba claro que son su actitud el no sería uno de ellos.

–Ahora sí no te molesta, Ades y yo tenemos que tomas un avión de regreso al clan pantera–dijo regresando sus ojos al color natural

Extendió si mano al Omega quien cerró su libro y la acepto comenzando a caminar dentro de la casa.

–Espero con esto quede claro que ninguno de ellos te pertenece y en un par de meses cuando regreses al territorio estés más tranquilo–le guiño un ojo antes de entrar junto al Omega.

Jano se quedó paralizado en su lugar esa familia escondía muchos secretos, pero estaba claro que el no podía ser parte de ellos.

Dante estaba acostado en su cama con Gus en sí pecho, el menor dejando suaves carisias sobre este mientras el Alfa acariciaba su espalda con cariño.

–Te quiero–dijo Gus mientras el Alfa dejaba un beso en su cabeza

–Yo te amo–respondió sin dudas

–Eres un gran Alfa, serán un gran líder como tu padre–aseguró el menor acomodándose sobre Dante

–Tu serás una gran Luna–sonrió acariciando las piernas de su chico una a cada lado de su abdomen

–Aún estas a tiempo de arrepentirte–aseguró el Omega con sus manos sobre el pecho de sí novio

–Jamás, tu serás mi luna y quien tenga a mis cachorros–beso las manos del chico–Claro, solo si tú quieres tener cachorros–soltó sus manos y lo tiro sobre la cama nuevamente

Apolo caminaba por la casa cuando reconoció un olor, era algo que hace mucho no olfateaba, más bien dicho alguien a quien no veía ni quería ver, la madre de Adrián, esa mujer oscura olfato hasta encontrar la habitación pero al llegar escucho algo que lo dejo impactado, decidió quedarse a escuchar todo para después decirle a Adrián o a sus hermanos.

–Entiende, si no nos deshacemos de él, todo terminará para nosotros–gruñó la mujer

–Pero hermana, es el alma gemela de tu hijo–respondió la otra mujer

–Eso no importa, se supone que cuando mi marido tomará el cargo el moriría y yo me quedaría en su lugar hasta que Adrián tuviera edad para hacerlo–gruñó recordando el plan del consejero

–Si pero el no murió y además todo el consejo fue renovado–seguía la conversación

–Todo por ese maldito Omega, mi ex-esposo me dejó, mi hijo me odia y todo el plan se fue a la basura–gruñó molesta

–Creo que tu venganza ya llegó muy lejos–le aseguró

–Mer ¿No entiendes?–pregunto exasperada–no puedo permitir que mi hijo tenga un heredero, menos con esa rata–gruñó al recordar a Apolo.

–Hermana, ese niño no tiene la culpa de nada, tu venganza era con la familia de tu esposo por matar a tu Alma gemela, no con ese niño–la mentó se estaba molestando

Era verdad que hace años décadas atrás su hermana estaba enamorada de un Alfa, era muy guapo pero en una pelea el padre de Adrián lo mató, fue un accidente, además el hombre en cuestión lo reto a un duelo por el cargo de Alfa, fue su culpa de nadie más, eso no lo entendía la mujer.

La mujer se cambió el nombre se operó y nadie nunca más la reconoció cuando se casó con el Futuro Alfa dio a luz dos niños Alfa y Omega pero ella nunca amo al hombre, estaba decidida a hacer sufrir a sus hijos y matar al hombre pero eso se arruinó cuando Adrián conoció a Apolo.

–Entrará en celo en unos días al igual que mi hijo, si logro colar algún Omega a la habitación de mi hijo ese día y que este quede embarazado no tendrá de otra más que marcarlo y casarse con el dejando a Apolo, posiblemente matando lo por el lazo irremediablemente roto–todo eso lo dijo con un brillo malvado en los ojos

El Omega al escuchar esto último salió lentamente del pasillo por donde llegó busco a Adrián hasta encontrarlo pero este estaba hablando con uno de sus betas no podía interrumpirlo

Además solo podía mostrarle el recuerdo no tenía más pruebas, sabía que el Alfa le creía pero tenía miedo de lo que la loca mujer podría hacer.

¿Qué debía hacer? ¿Era buena idea decirle ahora o tendría que esperar un poco?

La tal Mer no estaba de acuerdo, podía recurrir a ella y tratar de que le contará todo algo más sobre lo que su hermana planeaba. No sabía que hacer ahora.

El final de la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora