Si No Fueras Tu

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Esa mañana todos regresarían a casa. Apolo se levantó con mucho ánimo, corrió a la habitación de Adrián y le salto encima gritando su nombre.

Apolo saltaba sobre el querido despertarlo pero el Alfa trataba de hacer que se detuviera molesto

–Vamos, ya es hora–decía el niño

YA BASTA–dijo el Alfa con sus ojos en dorado

Apolo se quedó quieto, sus ojos se cristalizaron con lentitud bajo de la cama y con la mirada en el piso se disculpo antes de salir.

Adrián se regaño mentalmente se levantó y fue al cuarto de Apolo tocó la puerta antes de entrar.

–Cachorro, amor–lo llamó el Alfa

–Ya hice mi maleta, y prepare el desayuno, te deje dormir un rato más, te espero abajo–dijo tomando su maleta listo para salir.

–Espera, perdóname no fue mi intención gritarte–aseguró el Alfa

Apolo lo miró y salió de la habitación, como dijo lo espero en la entrada al edificio mientras llegaban Joge y Eni por ellos para regresar a casa.

Dante llegó a su casa junto con Erika, presentó a la chica y sus padres la recibieron con gusto eso sí les asignaron habitaciones separadas cosa que Dante aceptó sin problemas.

Mientras esperaba la llegada de su hermano jugo con sus otras dos hermanitas, Liotari y Cris hasta que escucho la puerta habrirse, corrió a los brazos de su hermano quien lo abrazo antes de salir a correr los dos juntos en su forma animal, ya se extrañaban, en la puerta quedó tirado el collar que Apolo portaba todos los días, Dante se lo quito y Adrián lo recogió con un suspiro, en cuanto regresará se lo podía nuevamente.

Emabos jóvenes pasaron la tarde corriendo hasta que oscureció, regresaron a casa donde los esperaba Alex y Deimos con batas y su ropa, ambos tomaron su forma humana y recibieron la ropa, se la colocaron y entraron a cenar, Dante precento a Apolo con Erika, la chica abrazo al gemelo con alegría y el le regresó ese abrazo, se llevarán bien, penzo el Alfa mirando a su hermano hablar con ella animado.

–Amor–lo llamó Adrián antes de subir a las habitaciones a dormir

–Adrián, cariño–le respondió abrazándolo, ahora con 17 años ya era más alto y le llegaba un poco arriba del hombro a Adrián

–¿Ya puedo ponertelo?–preguntó enseñando el collar

–Sí, disculpa, sabes que a Dante no le gustarespondio dejando que el Alfa lo colocará en su cuello

–Apolo hay algo que quiero hablar contigo–dijo mientras cerraba el cuello del collar.

Apolo miró al hombre con curiosidad pero asintió intentando no estar nervios, pero tenía miedo, el otro día vio por error una mensaje en el celura del Alfa estaba algo confundido porque el remitan te estaba guardado como Chiquita.D y no sabía quién era pero algo lo ponía alerta

–Yo salgo con alguien–dijo el Alfa una vez estuvieron en el patio de la casa

Apolo no dijo nada solo lo miró sorprendido

–Pero no es lo que tu crees, ella tiene Alfa, además este embarazada–dijo risueño Adrián al ver la cara de su chico

Nuevamente el Omega no dijo nada dejó que Adrián continuará.

–Ella y yo tomamos clases de baile juntos–continuó–ella quiere sorprender a su Alfa y yo a ti–sonrío feliz

–Tengo que admitir que este último año nuestra relación no ha sido la mejor–dijo Apolo

–No, ambos nos hemos separado un poco, además de la clara diferencia de edades–respondió el Alfa

–Creo que la luna fue cruel contigo–río Apolo–unirte a un niño–canginuo con la mirada en el pasto

–Eso no es del todo correcto–le respondió Adrián

–Claro que si, tu ya tienes 23 yo apenas 17–respondió el Omega–cuando tenga edad para que me marqués tendrás 26 años–gruñó molesto

–Pero ella sabe lo que hace–refutó al escuchar la triztesa en la voz del menor

–Pero pasas tus celos sólo y yo también, tienes que salir de la casa en cada uno de ellos y yo sofro mucho–le dijo aun trizte y al mismo tiempo molesto

–Apolo eso es lo que menos me importa... –el menor lo interrumpió

–Pero a mi si me importa–gruñó llorando

–cada vez que sales a pasar tu celo a otro lado no puedo con el pensamiento de que puedes estar pasándolo con alguien que no sea yo–llorando miro al Alfa

–Eso jamás lo haría–susurro el Alfa

–y lo sé, pero la angustia me gana–susurro mirandolo a los ojos.

–Apolo, yo también sufro en tus celos, sufro por poder controlar las ganas que tengo de tomarte y marcarte–le confesó el Alfa.

Apolo lo miró con ojos brillantes, él aún deseaba marcarlo, eso calmo un poco al Omega pero aún seguía preocupado

Ambos se miraron, aún tenían a cosas que arreglar, pero Apolo podía estar tranquilo, Adrián no lo engañaba, solo salía con sus amigos, cosa que el también hacía algunas asociaciones, ya tenía amigos en el territorio tigre y le encantaba salir con ellos, no por eso engañaba al Alfa con alguno de ellos, aun seguía pensando en lo cruel de la luna por darle tal sufrimiento a ambos pero ella sabe lo que hace

El final de la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora