Secreto

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Cuando llegaron a la habitación donde los gemelos dormían, los dejaron en la cama, ambos estaba dormidos o eso parecía pero por más que les llamaban no despertaban, parecían en un especie de coma.
Los doctores leones no podían despertarlo con nada, después de unas horas de analizarlos decidieron que lo mejor era dejarlos "dormir" y esperar a que despierten por su cuenta.

–Apolo–el niño se encontraba acostado en el jardín de su casa–Apolo, te estoy hablando –lo llamo su hermano nuevamente

–¿No es hemoso? –preguntó el él Omega mirando el cielo
–Si lo es, pero nuestros padres nos esperan, tenemos que irnos–respondió su gemelo Alfa
–Podemos quedarnis un poco más–dijo el Omega aún acostado–ven, acuastate a mí lado–palmeo el lugar con la mano
Dandte se acercó acomodándose junto a su hermano ambos mirando al cielo, depues de unos minutos viendo las estrellas ambos se quedaron dormidos

Los gemelos despertaron despus de dos días, para ese momento todas la heridas de Apolo ya estaban sanada incluso la que continuamente se habría, ya todo estaba bien.
Adrián que era el que se encontraba en la habitación en cuanto despertaron llamo a sus padres y a los doctores, analizaron a los chicos y todo parecía en su lugar.

–¿Qué fue lo que pasó?–preguntó uno de los médicos
El caso de esos dos niños lo tenía fascinado
–Mi hermano nesecitaba sanar–inició Dante
–Pero no podía hacerlo yo solo–continuó Apolo
–Así que tomó energía de mi, pero para eso no podíamos hacerlo despiertos–continuó Dante, toda esa citación era divertida para ellos.
–Así que decidimos entrar en "coma"–dijo entre comillas el Omega ya que no era eso lo que pasó
–Nunca quisimos hacerlo durante la seremonia, eso sí es algo que no controlamos–terminó de decirle el Alfa

Adrián era el más feliz, de verdad que esos dos eran únicos y uno de ellos era su pareja, no podía estar más feliz, la diosa Luna le dio el mejor regalo de todos.

–¿Me permites revisar tur heridas?–preguntó una mujer con ropa de enfermera

–Ya no tengo pero adelante–Aseguró el Omega dejándose levantar la playera por la mujer.

Sorprendida la Beta se alejo dando paso al doctor quien comprobo lo dicho por el menor, no hay heridas, nisiquiera cicatrices.

–¿Cómo hacen eso?–interrogó un Miembro del consejo, un Oso anciano.

–En los libros se habla de este tipo de coneccion–comentó Dante

–En todos dice que la coneccion nunca funciona del todo porque uno de los dos gemelos no permite el acceso al otro–Continuó Apolo

Pero nosotros nos tenemos tanta confíen a que podemos entrar en la mente del otro cuando queramos–se escucharon las voces de los niños al mismo tiempo y sus ojos brillaban en amarillo 

–No, eso no es verdad, ustedes hacen algo más– Aseguró el Alfa anciano

–No, usted quiere un secreto que no existe–aseguró Dante–Solo los que nacemos con nuestra alma en dos cuerpos entendemos esta coneccion–aseguró el menor haciendo enojar al mayor

–Nos tenemos tanta confianza que uno puede entrar a la mente del otro sin pedir permiso–dijo Apolo molesto

–Pará mí no hay secretos con Apolo, ambos somos uno solo–Asegoro Dante gruñendo al Oso anciano

–Eso de la confianza es mentira, todos podemos hablar mediante un vínculo mental–aseguró al Alfa oso molesto por ser "humillado" por dos niños.

–Si, pero no todos pueden ver lo que el otro ve–aseguró el Alfa menor ya fastidiado.

No podían explicar cómo lo hacían, no lo sabían, sólo podían hacelo desde pequeños, era elgo que disfrutaban y cin el tiempo entrenando aprendieron a hacerlo a voluntad. Que un Alfa molesto quisiera un secreto que no existe era irritante, los ponía de ml humor y no querían seguir escuchándolo.

Dante se acomodo en la cama acurrucandose jusnto a su hermano quien lo abrazo con cariño y como buen Omega arrullo a su copia exacta antes de quedarse dormidos.

El final de la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora