Ojos Azules

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Creo que ya corregí algunos errores, espero que así sea, aquí esta publicado de nuevo.

Apolo y Adrián estaban parados en el patio de la grna mancion, Adrian le explicó cual era su relación con Orion, aunque el Omega no le pidió explicaciones, depues de todo ellos se conocieron ase unas horas y el Alfa no tenía porque explicarle nada.
El mayor sonreía mientras Apolo le hablaba de su familia ya que quería conoserlo más, de repente paso algo sorprendió al Alfa.

Los ojos de Apolo se tornaron azules, brillando como los suyos cuando se transformaba en su lado animal.

–Tengo que ir con mi hermano y mi Papi, algo está pasando–dijo el menor, pero Adrián noto que Los ojos de Apolo veían a un punto fijo.
El Alfa pasó su mano frente a la cara del menor pero sus ojos no se movieron.

–Adrián lo lamento pero mi hermano me nesecita, tengo que buscar a mi padre–dijo el Omega corriendo hacia la casa

–Espera cachorro ¿que está pasando? –preguntó siguiéndolo notando qué aunque parecía que no veía nada el Omega caminaba sin tropezar

–Mi hermana ya no quiere  esperar–respondió y entonces el Alfa comenzó a correr al igual que el pequeño

Apolo llegó junto a su padre, el Alfa Al notar el color de los ojos de su hijo supo que elgo estaba mal, sus hijos tenían prohibido usar su conexión a no ser que algo malo pasara. Entonces escucho la voz de sus dos hijos mezclada

–Papá, nuestra hermana decidió que quiere ver el mundo hoy–todo pareció pasar en cámara lenta.
Los presentes miraron al  cachorro Omega, toda la sala se quedo en completo silencio y un solo grito de dolor se escucho un llamado hacia un Alfa en particular, en ese momento Deimos miró a su hijo frente a él y con esa mirada llena de preocupación y aprobación el Omega combinó de forma, se transformó en un Tigre, cosa que extraño a todos, si era un Omega no podía transformarse teniendo sólo 11 años.

–¡Noha!–grito to Deimos para que su amigo lo ayudara mientras él y su cachorro corrian para llegar junto a Alex

–Alfa León, el Omega de mi amigo ha entrado en labor–dijo el Lobo, dirigiéndose al Anfitrión de la reunión

–El hospital está demaciado lejos–respondió este dando una seña a sus guardias para que llamaran a la partera de la familia

Era tradición en cada Clan que los bebés de la Familia líder nacieran en la casa del Alfa, si esto no era posible había dos opciones el Hospital o de estar en los territorios de otro Clan el Alfa de este se encargaría del parto del Omega invitado, en este caso Javier el Alfa León tenía que preparar todo para el parto y así lo hizo desde que supo que Alex estaba en su último mes, pensando en eso preparo una habitación por si el parto se adelantaba en la seremonia o durante la caza.

Todo paso rápido después de eso, Deimos llevó a su esposo a la habitación indicada por Javier, siendo seguido por su Beta, sus hijos y los miembros del Clan Lobo, Guillermo, Noha y su esposo
Dante y Apolo permanecían en su forma animal, al igual que Guillermo, Javier tenía curiosidad por los dos niños tigres pero no preguntaría nada hasta que el parto terminará y todo estuviera más calmado.

Por otro lado los presentes en la seremonia se quedaron en la sala de firma, esperando que todo terminará y pudieran terminar la seremonia para los Alfas y Betas que faltaban por firmar. Pero se quedaron con una pregunta en la cabeza todos, ¿Por qué ese Omega podía tomar su forma animal antes de cumplir 15 años? Eso los tenía intrigados, y querian respuestas pero saben que no era el momento, así que solo se quedaron en la sala, hablando entre ellos y especulando.

Por su laso Adrián estaba encantado con Apolo al igual que su Alfa interno, su felicidad era inexplicable, ese Omega era uno en un millón, había leído sobre el vínculo entre gemelos pero nunca lo había visto, además era muy raro que pasara a no ser que se entrenarán desde pequeños pero nunca funcionaba al 100% siempre había algo que lo obstruia ya que normalmente un hermano no quería que el otro se enterara de todos sus secretos así que se bloqueaba y sólo cuando este quería podian comunicarse, pero en el caso de Apolo y Dante, parecian tenerse tanta confienza que ambos podían acceder a la cabeza del otro cuando quisieran, eso era lo que más le gustaba de su Omega, confiaba en su familia y no dudaría en defenderla con uñas y diantres de ser necesario.

El final de la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora