💙 Eres mi punto débil 💙 || Tenya Iida x Reader

🐸¿Podía pasarnos algo más?🐸

-Pasen, pasen su casa es mi casa. Nos dijo la señora, los tres entramos agradeciéndole su hospitalidad.
>Gracias Señora Emilia. Le dijo Iida
-Es un placer, dejenmen traerles algo para que se pongan en las tardes tiende a ponerse algo frío, tu niña ven conmigo tengo una buena cantidad de vestidos muy bonitos que ya no usó. Me dijo la señora tomandome del antebrazo llevandome más dentro de la casa, dentro era algo oscura, pero es seguro por la falta de ventanas, mientras íbamos entrando el olor a pan recién hecho iba desapareciendo y me llegaba un olor similar a laboratorio, lo se muy bien por mi padre que trabaja en una clínica, pero realmente no comente nada.
-Bien llegamos, esta es mi habitacion, espero que los bichos no se hayan comido esos vestidos. Me dijo mientras sacaba un maletín debajo de su cama.
-Mira que bonito este. Me dijo enseñandome uno color amarillo, estaba segura que tal vez en sus buenos tiempos era un color amarillo hermoso. Aunque hay que desempolvarlo un poco, ve afuera y lo haces mientras yo buscó algo de ropa para los otros chicos. Me sonrió amable, yo asenti. A la izquierda hay una puerta que da a una salida trasera, si notas un olor feo es porque mate unas gallinas hace poco para hacer sopa y enterre esas cosas cerca.
Le dije que no había problema y me dirigí donde me dijo y como me lo advirtió apenas abri la puerta me llegó un horrible olor, ¿por que se le ocurrió enterrarlo tan cerca?, empecé a mover el vestido para quitar el polvo de encima, estornudando de vez en cuando.

Unos minutos más tarde ya el vestido se encontraba más vivo que antes y si como lo adivine era un color de amarillo bonito.
Volvió a entrar y cerré la puerta, agradeciendo que ya se fuera un poco el olor.
Volví con la señora, ella me dijo que me lo pusiera ahí mismo, yo asenti si problema alguno.

-Vez que bonito te queda, bueno aquí solo podemos ver muy poco por la luz, pero ya puedes salir, ya tus amigos se están cambiando.

Las dos caminamos otra vez a la sala principal otra vez.
A los segundos Iida y Clark entraron a la casa ya con algo de ropa.

+¿Por que se cambiaron afuera, si ví que había otras habitaciones? Les dije a los dos extrañada.
>Los dos hicimos lo que la señora Emilia nos dijo.
-Si, sucede que las habitaciones están muy pero muy sucias, me da vergüenza que vean que una señora las tiene así.
+Ah, entiendo de todas formas gracias por la ropa, ya después nosotros se la lavamos y que le parece que nos veamos en el pueblo para devolversela?
-Tranquila niña se las regalo, de todas formas yo no las usó. Me sonrió con calidez. Bueno tengo que ir a terminar con el pan que se me va a quemar.
+Yo la ayudó si quiere.
>Nosotros también. Dijo Iida tomando a Clark del cuello que parecía que iba a irse para no ayudar.
-Claro que me pueden ayudar es por aquí. Nos dijo llevándonos por un pasillo para llegar a una cocina de leña, muy bonita.
+Huele sabroso. Comente.
-Claro mi pan es el favorito, hacen que los hombres se mueran por ti. Me dijo guiñandome el ojo, yo solo solte una ligera risa incómoda y nerviosa. Bien pasame eso cosa para sacar el pan.

Todos mirábamos maravillados la cocina, ya en nuestros tiempos no se ven mucho, y el pan por dentro de veía muy, pero muy sabroso.

La señora lo saco y los empezó a poner en la mesa del lugar, daban ganas de comerlos de una vez, y creo que a Clark más le sonó el estómago.

-Ay niño Río Emilia. Espera unos momentos que se enfrien y te los puedes comer con algo de queso de cabra.
-¡¿En serio?!, ¡que bien! Le sonrió el pelirosa como un niño. No me importa quemarme así que voy a tomar.... Dijo acercando la mano a uno de los panes, cuando Emilia le pego en la mano con su palma.
-Niño te dije que esperes, esos panes son especiales, mejor come los que vienen en camino, esos saben mejor.
-Esta bien... Dijo con tono regañado, tocándose la mano con la que la señora le pegó. Lo siento.
-Tranquilo, se que se ven sabrosos. Le sonrió con aires maternales. Pero ya veo que eres inquieto
+>Tu crees?Mencionamos sarcásticamente Iida y yo, de manera simultáneamente.